martes, 4 de mayo de 2010

No todo el que dice "Señor, Señor" entrará al Reino de los cielos.









También puedes entrar en contacto con migo, solo conversando como lo haces con un buen amigo, cuéntame lo que quieras, pídeme un consejo, yo se como responderte tengo muchas formas, pregúntame lo que quieras y luego vuelve los ojos a tu mundo, la respuesta puede estar en alguna persona que se te acerque, en algún articulo de periódico o revistas, o en una canción que escuches, en una película que se este rodando.


No todo el que dice "Señor, Señor" entrará al Reino de los cielos.
Como he dicho, "Yo soy amor, pero también fuego consumidor",
aunque prefiero ser lo primero.

Oración:

Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo.

Amén!


Señor, ayúdame a esparcir tu fragancia
Donde quiera que vaya.
Inúndame de tu espíritu y vida.
Penétrame y toma totalmente posesión de mí
De manera que toda mi vida sea una irradiación de la tuya.
Ilumina a través de mí y aduéñate totalmente de mí,
De manera que cada persona con la que entre en contacto
Advierta tu presencia en mí.


Que no te anuncie con palabras sino con mi ejemplo,
Con la fuerza contagiosa de mis obras
Y con el desbordante amor que mi corazón saca del tuyo.

Card. Henry Newman


EMAIL DE DIOS


Viendo Dios todo el mal que había en la tierra,
mandó a un ángel para averiguar qué hacer.

Cuando el ángel regresó, le dijo a Dios que el 95% de la
gente se portaba mal y sólo el 5 % se portaba bien;
y añadió que cada día más personas usaban Internet.
Así que Dios decidió enviarles un E-mail :



"Mi Hijo o Hija Amado/a":

"¡Te amo! Gracias por dejarme amarte.
Sigue portándote bien. Y ayúdame a que también otros me
dejen amarlos, para que se arrepientan
y se salven." "Cree solamente y podrás ver cosas grandes
y extraordinarias,... sólo si crees... y ayudas a otros
también a creer." "Mi trabajo no es fácil...nunca
lo ha sido desde la creación del mundo.
Pero en estos momentos me duelen
las telas de mi corazón......

mi corazón ruge dentro de mí porque mi pueblo,
los mismos que yo creé con mis propias manos,

me han dado la espalda."

"Pero como fuente de fe, soy manantial de vida,
manantial de amor para aquellos que entienden
que tengo su vida en mis manos,
mas no sólo su vida material,

sino su vida espiritual... su salvación...
su felicidad eterna.

Ayúdame a propagar este mensaje...a decirles
a todos que yo vivo y vosotros también viviréis...
pero sólo si creen, si se amistan conmigo,
y como te he prometido, serás salvo tú y tu casa.



Yo no estoy lejano, estoy más cerca de lo que tú imaginas."

"No soy un dios de piedra, soy un Dios que tengo ojos para ver,
oidos para oir, boca para hablar, manos para palpar y

pies para caminar entre mi pueblo, entre los que me buscan,

entre los que me creen, entre los que invocan mi
verdadero nombre, porque como he dicho:



No todo el que dice "Señor, Señor" entrará al Reino de los cielos.
Como he dicho, "Yo soy amor, pero también fuego consumidor",
aunque prefiero ser lo primero.

"Recuerda, no estoy lejos, sólo invoca mi nombre,
porque, como también te he prometido:

"antes de que tu oido derecho escuche tu oración, ya Yo la he oido."



Así es que recuerda que te amo...

sólo haz que otros entiendan lo mismo.

Tus gestiones las he de agradecer y gratificar como sólo

YO sé hacerlo."

"No te tomo más tiempo, era sólo que necesitaba que recordaras esto."

Dios.


Hablar con Dios



Yo conozco tu corazón, pues habito en el.
mi mayor interés no son las palabras, las vestiduras, mi mayor interés es estar con tigo. Yo siempre estoy dentro alrededor, y fuera de ti.
Soy la brisa que te rosa, el agua que te moja, esa electricidad que recorre tu cuerpo cuando te emocionas, soy todo lo que se mueve en ti, tus sentimientos, tus emociones, tus lagrimas, tu risa, tu alegría, tu angustia, estoy en todos los estados de tu vida, es por eso que puedes pasar fácilmente del dolor mas amargo a la paz mas inmensa.

Algunos de ustedes imponen, vestiduras, horarios, días, fechas, sitios, para entrar en oración con migo. Pero yo te digo: naciste libre, desnudo. En mi mundo el de lo absoluto, no existe el tiempo ni la fecha, solo existes tu, yo, y toda la creación, no necesitas vestiduras para venir a mi, tu oración es lo único que cuenta, los envoltorios pertenecen al mundo de lo relativo, no hay hora ni fecha para la oración, cada acto, cada sonrisa, cada acción, son una oración si se hace desde la espiritualidad, entra en contacto con migo cada vez que lo desees, aquí te estoy esperando, siempre estoy.

También puedes entrar en contacto con migo, solo conversando como lo haces con un buen amigo, cuéntame lo que quieras, pídeme un consejo, yo se como responderte tengo muchas formas, pregúntame lo que quieras y luego vuelve los ojos a tu mundo, la respuesta puede estar en alguna persona que se te acerque, en algún articulo de periódico o revistas, o en una canción que escuches, en una película que se este rodando.

EN CUALQUIER MOMENTO Y LUGAR, HABLAMOS TU Y YO....
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ORACIÓN PARA INICIAR EL DÍA



Ofrezcamos al señor Dios todas las obras del día,

Señor Dios del cielo y de la tierra, creador padre,

redentor hijo, Santificador Espíritu Santo,

Te ofrecemos, Señor todas las obras de este día;

Nuestro trabajo y nuestra oración;

Nuestras alegrías y nuestro cansancio.

Te ofrecemos, Señor, todas las cosas.

Danos firmeza en nuestra vocación cristiana,

Paciencia para resistir las cosas que nos hacen sufrir,

Audacia para confesar tu santo nombre y

sabiduría para adivinar donde está la verdad.

Nos consagramos a tu ley santa de caridad,

nosotros que hoy queremos estar cerca de Ti.

Amén.



Pidamos el amparo y protección de la Virgen Madre de Dios:

Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios,

no desprecies nuestras súplicas en nuestras necesidades,

antes bien líbranos de todos los peligros

¡Oh Virgen gloriosa y bendita!



Invoquemos la protección de los Ángeles Custodios:

Ángeles del Señor custodios de nuestro camino,

llevadnos hoy y siempre hasta Dios en la gracia

de Jesucristo nuestro Señor. Amén



GRACIAS SEÑOR POR ESTE NUEVO DIA QUE NOS REGALAS,

PERMITE QUE TODO SEA PARA GLORIA Y HONRA TUYA,

SEÑOR, QUE TU PALABRA SEA LUZ EN NUESTRAS VIDAS

Y TU PRESENCIA EN NUESTRA COMPAÑÍA.

AMEN



DESPUES DE DIOS YA NO BUSCO NADA, TODO LO ENCUENTRO EN EL.




Que grande es tu amor Señor,
que puedes amar a aquel que te rechaza.
Más a tu dolor con tanta indiferencia,
¿Cómo te puedo yo consolar?

Que grande es tu amor Señor,
que puedes perdonar todas nuestras faltas.
Más aún la Cruz Clavada en tu Alma,
¿Cómo te puedo yo aliviar?

Que grande es tu amor Señor,
que siempre escuchas mis plegarias.
Más aún me llames y quizá no atienda,
¿Cómo puedo ser constante y atenta?

Que grande es tu amor Señor,
que me colmas de profunda alegría.
Más aún sueño tu rostro contemplar,
¿Cómo puedo yo el cielo alcanzar?


Autor: Allison María Avila Sánchez



PIDEME



Cuando, las horas de desaliento te invadan el alma,

y las lágrimas afloren en tus ojos, Búscame: YO SOY AQUEL

que sabe consolarte y pronto se detienen
tus lágrimas.

Cuando desaparezca tu ánimo para luchar en las dificultades de la vida,

o sientas que estas pronto a desfallecer, Llámame:

YO SOY LA FUERZA capaz

de remover las piedras de tu camino

y sobreponerte a las adversidades del
mundo.

Cuando, no encontraras donde reclinar tu cabeza, corre junto a mi

YO SOY EL REFUGIO, en cuyo seno encontrarás guarida para tu cuerpo,

y tranquilidad para tu espíritu.

Cuando te falte la calma, en momentos de gran aflicción,

y te consideres incapaz de conservar la serenidad de espíritu,

Invócame: YO SOY LA PACIENCIA
que te ayudará a vencer las dificultades más dolorosas

triunfar en las situaciones más difíciles.

Cuando te debatas en los misterios de la vida y

tengas el alma golpeada por los obstáculos del camino, grita por mi:

YO SOY EL BALSAMO que cicatrizará
tus heridas y aliviara tus padecimientos.

Cuando el mundo sólo te haga falsas promesas y creas que

ya nadie puede inspirarte confianza, Ven a mi:

YO SOY LA SINCERIDAD, que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes

y a la nobleza de tus ideas.

Cuando la tristeza o la melancolía intenten albergarse en tu corazón

por mi: YO SOY LA ALEGRIA que te infunde un aliento nuevo y te hará conocer
los encantos de tu mundo interior.

Cuando, uno a uno, se destruyan tus ideales más bellos y te sientas
desesperado, Apela a mi: YO SOY LA ESPERANZA que te robustece la Fe.

Cuando la impiedad te revele las faltas y la dureza del corazón humano,

Aclámame: YO SOY EL PERDON,

que te levanta el ánimo y promueve

la rehabilitación de tu alma.

Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones,

y el escepticismo te aborde el alma, recurre a mi: YO SOY LA FE que

te inunda de luz y de entendimiento para que alcances la FELICIDAD.

Cuando ya nadie te tienda una mano tierna y sincera

y te desilusiones de los sentimientos de tus semejantes,

Aproximate a mi: YO SOY LA RENUNCIA

que te enseñará a entender la ingratitud de los hombres

y la incomprensión del mundo.

Y cuando al fín, quieras saber quién soy, pregúntale al río que murmura,

al pájaro que canta, a la estrellas que tintilan.

YO SOY LA DINÁMICA DE LA VIDA,

Y LA ARMONÍA DE LA NATURALEZA.

ME LLAMO AMOR.
SOY EL REMEDIO PARA TODOS LOS MALES

QUE ATORMENTEN TU ESPÍRITU





Orar sin desfallecer

Nuestros caprichos asfixian nuestra fe, hacen demasiado ruido en nuestra vida. Tantas veces tan eufórica como vacía. ¿O no?

Reflexionaba estos días, al hilo de aquellas palabras de uno de los muchos ciegos que deambulan por el Evangelio -“si quieres puedes curarme”-, sobre el poder de la oración. Un poder que nos acerca a la omnipotencia de Dios, pero sobre todo a Su intimidad. Hacer oración (con fe y con humildad) significa sumergir el alma en la cotidianidad del Espíritu Santo, en la sangre redentora de Cristo, en la misericordia infinita del Padre.

Tenemos al alcance de la mano la inspiración más poderosa si queremos ser felices. Porque orar es acceder a las confidencias del mismo Dios, descifrando Su Amor y Su Alegría, en natural conversación de hijos necesitados. Mostrándonos tal y como somos, exponiéndole dudas, sentimientos, llagas y miedos, o cada uno de los afectos que hacen posible el latido de nuestro extenuado corazón.

Pero nos falta tantas veces voluntad y constancia, piedad y confianza. Nos vemos arrastrados por el torbellino descabellado de la ofuscación mundana, sin tiempo ni ganas -eso pensamos- para las cosas de Dios. Y así nos va. ¿Ir a Misa? Uf, menudo compromiso. ¿Diez minutos de oración? Imposible, decimos, mientras miramos de soslayo el reloj. Y buscamos compensaciones en cualquier otra insustancial nimiedad.

Nos falta recogimiento y nos sobra cotilleo. Debemos pedir al Señor que sujete nuestras fantasías, que destierre de nuestra alma todo lo que no sea digno de Él. A pesar nuestro. Sé que es muy fácil escribirlo y no tanto vivirlo. Pero lo escribo a propósito (en primer lugar para aprender yo mismo). Nuestros caprichos asfixian nuestra fe, hacen demasiado ruido en nuestra vida. Tantas veces tan eufórica como vacía. ¿O no?

La oración es querer querer. Voluntad y amor. Querer ahondar en las almas, ir a la raíz de todo cuando nos sucede. No hay sabiduría mayor. Todo ello para que nuestro corazón sea cada vez más Suyo. Nada para nosotros, todo para Él. Sin Dios hasta las cosas buenas nos trastornan y nos hacen perder el norte. Y cada uno -si somos sinceros- tenemos constancia de ello. Porque nos diluimos en lo intrascendente y más trivial.

Es hora de recomenzar, de transformar el cansancio, el trabajo, las lágrimas y el dolor en el caudal de la más fértil oración. O lo que es lo mismo, en un trocito de Cielo. Y de esta forma conseguiremos que los hombres dejemos de cavilar con el corazón demacrado y el alma anestesiada por manías.

La oración todavía conserva el don de devolver la vista.

Porque Jesús sigue pasando a nuestro lado, sonriendo, tendiéndonos la luz de Su voz.

Lejos de ser un sortilegio o una fantasía.



Autor: Guillermo Urbizu




He venido a ti Señor,
para que me toques con tu mano antes de comenzar yo mi día.

Descansa un momento tus ojos en mis ojos
y deja que me lleve a mi trabajo la certeza de tu presencia.

Dame fuerzas, Señor, para llevar ligero mis alegrías y mis pesares.
Dame fuerza, Señor, para que mi amor dé frutos útiles.

Dame fuerza, Señor, para no renegar nunca de la pobreza,
ni permitas que doble mi rodilla ante el poder del insolente.

Dame fuerza, Señor, para levantar mi pensamiento sobre la pequeñez cotidiana.
Dame, en fin, fuerza para rendir mi fuerza enamorado a tu voluntad.

Amén

Mercedes

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