martes, 4 de mayo de 2010

Meditar y Orar. Lamentaciones.



Lamentaciones 3:40-45

También es cierto que, según estas palabras, Dios restringe el escuchar las oraciones. Es como si la oración se bloqueara por una masa de nubes. Como si Dios no quisiera que se accediera a Él. ¿Eso puede suceder? Sí. Ocurrió con la nación de Israel en tiempos de juicio.

¿Significa el hecho de que tal vez Dios haya bloqueado el acceso a Él mediante el no escuchar la oración, que no vale la pena meditar y orar? En lo absoluto.

"Sigan pidiendo, y se les dará, sigan buscando, y hallarán, sigan tocando y se les abrirá".

En medio de las crisis esa es la actitud a seguir. Y quien la siga, tendrá su recompensa al tiempo y la manera de Dios.


sábado 1 de mayo de 2010
Meditar y Orar
Orion

Un rey huye de sus enemigos.


Otro rey se enfrenta al ejército más poderoso, mejor armado y más cruel de su época.

¿Qué hacer?

¿Cómo enfrentarse a problemas tan complejos y difíciles que parecen no tener solución?

Estos 2 reyes hicieron 2 cosas que les permitieron salir airosos: meditaron y oraron a Jehová, quien les dio la ayuda que necesitaban.

El primer rey era David. Estaba en medio de una situación comprometida, puesto que sufrió traición de parte de su propio hijo, Absalón. Este quería ser rey de Israel, aun cuando el elegido por Jehová era Salomón. La conspiración de Absalón era a gran escala, a fin de apoderarse del trono, para la que contó con una red nacional de espías que tenía que proclamar su gobernación real en un momento fijado de antemano. Después de ofrecer sacrificios para invocar la bendición de Dios sobre su gobernación, obtuvo el apoyo del consejero más respetado de su padre, Ahitofel, y muchas personas se pusieron de su parte.

David sabía que se venía una importante crisis y preveía un ataque a gran escala, por lo que David tuvo que huir. Por cierto huyó descalzo, de forma rápida, y mientras huía, recibía insultos y humillaciones por parte de enemigos.

En medio de esa terrible crisis, en la que su propio hijo y un respetado consejero le traicionaron, y otros antiguos hombres de su grupo de colaboradores hicieron lo mismo, David hizo lo que siempre había hecho: buscar a Jehová.

El Salmo 143 fue escrito por David en plena huida. ¿Qué refiere el Salmo?

He recordado días de mucho tiempo atrás; he meditado en toda tu actividad; de buena gana me mantuve intensamente interesado en la obra de tus propias manos.
Salmo 143:5

¿Meditar en plena crisis? Sí. El meditar en la actividad divina, el recordar hechos salvadores que Jehová había efectuado antes a favor de David, le ayudó en esa crisis que vivía en ese momento.

Se mantuvo intensamente interesado en la obra de Dios. No sabemos exactamente qué meditó David, pero lo que sí está claro es que el meditar le fue de gran ayuda. Le permitió centrar sus pensamientos, y mantener el control de sus emociones.

En situaciones de crisis, es importante tomar distancia del problema o circunstancia, y meditar. Tal vez escuchar música relajante, salir a caminar a un parque, a estar a solas con la naturaleza en un parque, puede ayudar a enfocar con claridad los hechos. Centrarse a pensar en el problema hace que se vea peor. Dirigir los pensamientos hacia el poder de Dios, hacia asuntos espirituales, puede contribuir a que la mente tenga la señal correcta de centrarse.

David había sido pastor, y había tenido la costumbre de mirar al cielo en la noche, ver las estrellas. ¿Por qué no hacer lo mismo, tal vez en la noche? Y si uno puede, el observar imágenes de la naturaleza, o el universo, es parte también de traer a la mente el hecho de que Dios tiene el poder y la sabiduría para ayudar.

Otro rey que meditó en medio de su crisis fue el rey Ezequías. Este se hallaba amenazado por el rey de Asiria, quien había enviado a un hombre llamado Rabsaqué para intimidar a Ezequías, diciéndole que no confiara en Jehová.

¿Qué hizo Ezequías al escuchar las amenazas del rey de Asiria?

Y aconteció que, tan pronto como el rey Ezequías lo oyó, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir y se cubrió de saco y entró en la casa de Jehová. 2 Además, envió a Eliaquim, que estaba sobre la casa, y a Sebná el secretario, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de saco, a Isaías hijo de Amoz el profeta. 3 Y ellos procedieron a decirle: “Esto es lo que ha dicho Ezequías: ‘Este día es día de angustia y de reprensión y de insolencia desdeñosa, porque los hijos han llegado hasta la boca de la matriz, y no hay poder para dar a luz. 4 Tal vez Jehová tu Dios oiga las palabras de Rabsaqué, a quien el rey de Asiria su señor envió para desafiar con escarnio al Dios vivo, y realmente le pida cuenta por las palabras que Jehová tu Dios ha oído. Y tienes que elevar oración a favor del resto que se puede hallar’”. 5 De manera que los siervos del rey Ezequías entraron a donde Isaías. 6 Entonces Isaías les dijo: “Esto es lo que deben decir a su señor: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “No tengas miedo a causa de las palabras que has oído, con las cuales hablaron injuriosamente de mí los servidores del rey de Asiria. 7 Mira, voy a poner en él un espíritu, y tendrá que oír un informe y regresar a su propia tierra; y ciertamente haré que caiga a espada en su propia tierra”’”.
Isa. 37:1-7

Ezequías enseguida comprendió que no podía enfrentar a Asiria solo. Por eso envió a consultar a Jehová por medio del profeta Isaías, quien buscaría la dirección de Jehová.

Ezequías no le dio vueltas al asunto. Tuvo la claridad de comprender que sólo podía actuar Jehová y ayudarle. La meditación sirve también para tener claridad sobre los límites del qué hacer y el qué no hacer.

Quien en medio de una crisis no sopesa los asuntos, corre el peligro de actuar apresuradamente. Por eso la importancia de la meditación. También eso incluye documentarse bien sobre la situación, a fin de reunir la información que permita tomar las mejores decisiones.

Tanto David como Ezequías en momentos de crisis oraron. Era su costumbre hacerlo.

Hoy en día la oración es una especie en extinción. Pocas personas tienen fe en el poder de la oración. La ven como un mecanismo poco práctico.

De veras escudriñemos nuestros caminos y explorémoslos, y volvámonos, sí, hasta Jehová. 41 Levantemos nuestro corazón junto con las palmas de nuestras manos a Dios en los cielos: 42 “Nosotros mismos hemos transgredido, y nos hemos portado rebeldemente. Tú mismo no has perdonado. 43 Has obstruido el acceso con cólera, y continúas siguiendo tras nosotros. Has matado; no has mostrado compasión. 44 Has obstruido el acceso a ti mismo con una masa de nubes, para que no pase la oración. 45 Haces que seamos simple basura y desecho en medio de los pueblos”.

Lamentaciones 3:40-45

También es cierto que, según estas palabras, Dios restringe el escuchar las oraciones. Es como si la oración se bloqueara por una masa de nubes. Como si Dios no quisiera que se accediera a Él. ¿Eso puede suceder? Sí. Ocurrió con la nación de Israel en tiempos de juicio.

¿Significa el hecho de que tal vez Dios haya bloqueado el acceso a Él mediante el no escuchar la oración, que no vale la pena meditar y orar? En lo absoluto.

"Sigan pidiendo, y se les dará, sigan buscando, y hallarán, sigan tocando y se les abrirá".

En medio de las crisis esa es la actitud a seguir. Y quien la siga, tendrá su recompensa al tiempo y la manera de Dios.

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