lunes, 24 de mayo de 2010

Jesús enseñaba mediante parábolas








lunes 24 de mayo de 2010
El Reino de los Cielos es semejante a...
Publicado por Orion
Jesús enseñaba mediante parábolas.

Era una forma de enseñar verdades profundas, y permitir a las mentes inquisitivas y abiertas, buscadoras de la verdad, hallar el entendimiento correcto de aquello que Jesús deseaba transmitir.

En el capítulo 13 de Mateo, se alistan una serie de 7 parábolas.






El sembrador
El Trigo y la Mala Hierba
El grano de Mostaza
La Levadura
Un Tesoro escondido
La Perla de gran valor
La Red Barredera y los Peces
7. Es el número de parábolas. Y es este un número sagrado, que significa lo completo, por determinación divina, referente a los propósitos de Jehová.

¿Qué es lo más importante de esta serie de 7 parábolas?

Indudablemente, cada una tiene una interpretación diferente. Sin embargo, el punto central da cada una de estas 7 parábolas, es la frase:


El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a


He aquí el punto clave para poder entender acertadamente estas parábolas. Que cada una de las 7 manifiestan diversos aspectos de una misma realidad: El Reino de los Cielos.

Jesús quería que sus discípulos entendieran mejor qué era el Reino de los Cielos. Por eso inició cada parábola (a excepción de la primera, que estaba conectada a las otras 6) con esta frase:


El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a


Obviamente la pregunta es: ¿qué es, según Jesucristo, el Reino de los Cielos?

Entender realmente qué es el Reino de los Cielos, y los diversos aspectos que se ilustran mediante estas 7 parábolas, son parte de "los secretos sagrados del Reino de los Cielos".

No se puede entender acertadamente esta serie de parábolas cuyo objetivo es enseñar sobre el Reino de los Cielos, y dejar de lado qué es este Reino.

Así que, antes de considerar cada una de estas parábolas, es importante reconocer el punto común y central de las 7: El Reino de los Cielos, para poder verlas en una visión global.

El Reino de los Cielos es, según lo explicó Pablo en Efesios 1:9-11


Por cuanto nos dio a conocer el secreto sagrado de su voluntad. Es según su beneplácito que él se propuso en sí mismo 10 para una administración al límite cabal de los tiempos señalados, a saber: reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo, las cosas en los cielos y las cosas en la tierra. Sí, en él, 11 en unión con el cual a nosotros también se nos asignó como herederos, por cuanto fuimos predeterminados según el propósito de aquel que opera todas las cosas conforme a la manera como su voluntad aconseja.
Efesios 1:9-11


El Reino de los Cielos es la administración que Dios se propuso de acuerdo a Su Voluntad, una administración que reúne a 2 grupos de personas. Pablo lo señala como las "cosas en los Cielos" (los 144.000) y las cosas en la Tierra, quienes vivan bajo la gobernación del Reino de los Cielos.

Nótese que la reunión de ambas cosas (las de los Cielos y la Tierra) son, según la Voluntad de Dios, y son parte del secreto sagrado de Dios.

Así que Jesucristo, en quien "cuidadosamente ocultados están TODOS los tesoros de la sabiduría y del conocimiento de Dios", es quien conoce y entiende lo que es el Reino de los Cielos, y progresivamente ha administrado este conocimiento a quienes se haya concedido. Porque, según lo estableció el mismo Jesús, el entendimiento de estas parábolas son parte de un secreto sagrado. Y los secretos sagrados encerrados en estas parábolas, entran en la categoría de aquellos entendimientos y revelaciones de los que señaló el fiel José:

"¿No pertenecen a Dios las interpretaciones?" (Génesis 40:8)

Entendemos que el Reino de los Cielos es un gobierno que rige desde el Cielo a la Humanidad. Está compuesto por Jesucristo y Su Novia, la Nueva Jerusalén, los 144.000. Pero este Reino dirige a la Humanidad en este planeta, así que apropiadamente, tanto los 144.000 como quienes vayan a vivir para siempre en la Tierra, están representados en estas 7 parábolas. Es de entenderse que, a diferente grado, puesto que el nivel de exigencia que tenga un Rey del Reino de los Cielos, no es el mismo que tenga un súbdit@ de dicho Reino, aun cuando ambos deban demostrar las cualidades que Jesús hizo explícitos en esta serie de parábolas.

Pero, llamativamente, existe esta cita bíblica sobre el Reino de Dios, que dice dónde está el Reino:

Pero cuando los fariseos le preguntaron cuándo vendría el reino de Dios, les contestó y dijo: “El reino de Dios no viene de modo que sea llamativamente observable, 21 ni dirán: ‘¡Miren acá!’, o, ‘¡Allá!’. Porque, ¡miren!, el reino de Dios está en medio de ustedes”.

Lucas 17:20-21

Dijo Jesús que el reino de Dios, o Reino de los Cielos, está en medio de ellos, es decir, de los fariseos. La palabra griega que se traduce "en medio", significa algo que está dentro, metido en un lugar. Se ha tomado esta traducción como medio para enseñar que el Reino de Dios está en el corazón del creyente, como una realidad espiritual.

Hay religiones "cristianas" que niegan que vaya a existir un Reinado Milenario de Cristo, que gobierne la Tierra, y alegan que el Reino de los Cielos es sólo espiritual, dentro del corazón del hombre y la mujer.

Existe otra postura que niega totalmente la anterior, niega el carácter espiritual del Reino de los Cielos enraizada en el corazón del creyente, y alega que el Reino de los Cielos es el gobierno celestial de Jesús y sus coherederos.

Pero, ¿no es cierto que con el "corazón se ejerce fe"? ¿Fe en qué? En el Reino de los Cielos, como meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres.

El Reino de los Cielos es una realidad espiritual que Dios hace existir en el corazón del creyente. Realidad espiritual que se manifiesta externamente por medio de ese gobierno que ve en visión Daniel, y que es dado a un Hijo del Hombre y a los Santos del Supremo, y que alcanza una expresión plena cuando la Tierra esté llena del "conocimiento de Dios, como las aguas cubren el mismísimo mar".

El Reino de los Cielos es una realidad espiritual, dentro del corazón, y una realidad externa, con cosas en los Cielos y en la Tierra.

Y ambas realidades son explicitadas por Jesús en cada parábola.

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