viernes, 26 de noviembre de 2010

Blog motivacional. Hechos de los apostoles..








-------------------------------------------------------------------------------------
Get it!!
We re at internet, so a lot of possibilities to get in touch with germanies,
italians, canadians; y can get it at any instant when y decide do it. It depends on your priority or your goal at this actual moment!!
-------------------------------------------------------------------------------------






Comentario a Hechos de los Apóstoles
Capítulo 1



¿Tendría Lucas pensado escribir un tercer volumen? Algunos afirman que la forma abrupta en que termina el libro de los Hechos así lo exige. Es posible que Lucas haya pensado en esto. Sin embargo, también puede ser que su ministerio haya sido detenido por el martirio, como afirma Gregorio Nacianceno. Al menos, permaneció junto a Pablo durante su segunda prisión mientras que otros lo abandonaron para salvar su propia vida. Pero la palabra "primero" no implica necesariamente que sea otro volumen. Lo que tenemos en el evangelio de Lucas y el contenido del libro de los Hechos se complementan de manera perfecta. El evangelio de Lucas nos da las buenas nuevas de la vida, muerte y resurrección de Jesús. Los Hechos nos muestran la continuación de la obra del Evangelio en la primera generación de la Iglesia. Esta obra del Espíritu Santo nunca llegaría a término durante esta época.

Teófilo «"amante de Dios; amado por Dios"» fue el que primero recibió este libro, como lo fue también con el Evangelio de Lucas. La Biblia no nos dice prácticamente nada sobre él, por lo que ha estado sujeto a mucha especulación. ¿Era el abogado que debía atender el caso de Pablo en Roma? No parece que sea así. En todos sus juicios anteriores, Pablo se había levantado para hacer su propia defensa. ¿Era un noble griego convertido bajo el ministerio de Lucas? ¿Era un filósofo en busca de la verdad? ¿Era Teófilo un título, o un nombre de persona? No sabemos nada con seguridad, aunque este nombre era muy corriente. Lo más probable es que fuera un amigo personal en quien Lucas podía confiar, porque leería el libro, haría copias y las haría circular.

Las cosas que jesús comenzó a hacer y a enseñar (1:1)

"En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar".

El hecho de que el evangelio de Lucas tratara sobre lo que Jesús "comenzó a hacer y a enseñar" nos muestra dos cosas. La primera, que la Iglesia tuvo sus comienzos en el Evangelio. El evangelio de Lucas termina con un grupo de creyentes convencidos. Jesús "les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras" (Lucas 24:25). Ya no era un grupo de discípulos fácil de dispersar, sino un cuerpo unido de adoradores que habían recibido un mandato y se hallaban esperando a ser investidos con poder de lo alto (Lucas 24:46-53). En otras palabras, ya eran la Iglesia. Como afirma con claridad Hebreos 9:15-17, la muerte y el derramamiento de la sangre de Cristo fueron los que hicieron efectivo el Nuevo Pacto. De esta manera, los creyentes que se hallaban a diario en el templo, especialmente en las horas de oración (Hechos 3:1), bendiciendo (dándole gracias) a Dios, ya eran el Cuerpo del Nuevo Pacto.

Lo segundo que nos muestra es que la obra de Jesús no terminó cuando Él ascendió. Como ya se ha hecho notar, el libro de los Hechos nos presenta las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar por el Espíritu Santo a través de la Iglesia.

Las instrucciones finales (1:2, 3)

"... hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios"

Se ve con claridad también que Jesús no ascendió hasta haberles dado mandamientos (mandatos, instrucciones) por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido (los escogidos para Él, para que siguieran adelante con su obra). Aquí la palabra "apóstoles" podría no estar limitada a los Doce, sino incluir también a otros "enviados", comisionados por Jesús (como lo fueron los setenta en Lucas 10:1). Es evidente que incluye a aquellos a quienes Jesús se mostró (se presentó) a sí mismo (en formas definidas y en momentos determinados) después de sus sufrimientos, dándoles muchas pruebas infalibles (pruebas positivas, señales seguras, evidencia inequívoca y convincente) de que estaba vivo.

En estas apariciones demostró con claridad que no era un espíritu, ni un fantasma. Ellos lo tocaron. Les enseñó sus manos y sus pies diciéndoles: "Yo mismo soy" (Lucas 24:28-43). Durante un período de cuarenta días, estuvo con ellos una y otra vez. No fueron visiones. Fueron apariciones personales, reales y objetivas de Jesús. Ellos lo reconocieron y aprendieron de El con una comprensión real las verdades relacionadas con el Reino (Gobierno, poder real y autoridad) de Dios. Ahora entendían por qué tanto la cruz como la resurrección eran necesarias para nuestra salvación. Ambas eran revelaciones del grandioso poder y el amor de Dios.

Algunos eruditos bíblicos ven un paralelo entre estos cuarenta días y los cuarenta días durante los cuales Dios estuvo con Moisés en el monte Sinaí, entregándole la Ley. Ciertamente que la enseñanza de Jesús era una "ley" mejor (torah, instrucción). Pero ahora la enseñanza era para todos, no en un lugar restringido como el monte Sinaí, sino en muchos lugares, y hasta a quinientos a la vez (1 Corintios 15:6). Hasta en el día de la resurrección, había otras personas con los apóstoles en el aposento alto (Lucas 24:33) y recibieron su instrucción. Poco después vemos que había ciento veinte presentes (Hechos 1:15). Por tanto, las instrucciones definitivas de Jesús nunca estuvieron limitadas a los once apóstoles.

La promesa del padre (1:4, 5)

"Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días."

El evangelio de Lucas condensa los cuarenta días posteriores a la resurrección y salta hasta la exhortación final a los ciento veinte para que se quedaran (esperaran, se sentaran) en Jerusalén hasta recibir la promesa del Padre, que Jesús mismo les había hecho (Lucas 24:49; Juan 14:16; 15:26; 16:7, 13).

En Hechos 1:4, Lucas va de nuevo al tiempo inmediatamente anterior a la ascensión. Jesús los había reunido. El griego indica que estaba compartiendo una comida con ellos. 3 En aquel momento, repitió el mandato, insistiéndoles en que no debían salir de Jerusalén. Esto era muy importante. El día de Pentecostés hubiera tenido poco efecto si sólo dos o tres de ellos se hubieran quedado en la ciudad.

No existe conflicto aquí entre este mandato y el dado el día de la resurrección de marcharse a Galilea (Mateo 28:10; Marcos 16:7). Al comparar los evangelios podemos ver que inicialmente. Jesús les ordenó a las mujeres que les dijeran a los discípulos que se fueran a Galilea. Debido a que no habían creído en realidad, Pedro y Juan fueron a la tumba. Dos de los otros discípulos (no de los Doce) decidieron irse a su casa en Emaús, mientras que los demás se quedaron donde estaban. Jesús se les apareció por la noche aquel mismo día y les echó en cara su incredulidad. Tomás no estaba presente cuando Jesús se les apareció, sin embargo, y se negó a creer el relato de su aparición. Jesús se les apareció de nuevo a la semana siguiente y llamó a Tomás para que creyera en El. Después los discípulos, junto con Pedro, se encontraron con Jesús en Galilea. Hubo una demora, pero Jesús necesitaba tratar con Pedro. Todavía cargaba con la culpa de haber negado a Jesús y le hacían falta una humillación especial y una nueva comisión también especial (Juan 21). Es probable que hubiera otras apariciones en Galilea (entre las cuales se hallaría la de los quinientos), ya que Jesús había pasado mucho tiempo allí durante su ministerio. Entonces, casi al final de los cuarenta días, los apóstoles y los demás regresaron a Jerusalén, donde Jesús les dio su enseñanza final.

(Lucas no menciona la visita a Galilea, posiblemente porque ya estaba descrita en otro lugar y su propósito era centrar la atención en el día de Pentecostés que se acercaba.)

Es especialmente significativo sobre la Promesa del Padre que Jesús les diera sus instrucciones por el Espíritu Santo (Hechos 1:2). El Jesús resucitado estaba lleno del Espíritu todavía, como lo había estado durante todo su ministerio anterior. Así como el Padre dio testimonio de su Hijo cuando el Espíritu descendió sobre El (y entró en El) de una manera especial, también el Padre dio testimonio de la fe de los creyentes derramando el Espíritu Santo prometido que les dio poder para servir.

El que se llame "la promesa del Padre" al don del Espíritu, lo relaciona también a las promesas del Antiguo Testamento. La idea de la promesa es uno de los lazos que unen al Antiguo Testamento con el Nuevo. La promesa hecha a Abraham no era sólo una bendición personal y nacional, sino que en él y en su simiente todas las familias de la tierra serían bendecidas (Génesis 12:3). Cuando Abraham creyó (confió) en la promesa de Dios, su fe quedó asentada como crédito a favor suyo en la cuenta de su justicia (Génesis 15:6).

La historia de las relaciones de Dios con su pueblo es una revelación gradual, hecha paso a paso. Primeramente promete la derrota de la serpiente antigua, el diablo, por medio de la simiente de la mujer (Génesis 3:15). Después les hace su promesa a los descendientes de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Judá y de David. Finalmente, Jesús aparece como el Hijo más insigne de David, el David o Amado de Dios. (David significa "amado".)

Jesús les había prometido ya este poderoso derramamiento del Espíritu a sus seguidores (Juan 7:38, 39; y especialmente desde el capítulo 14 hasta el 16). También lo había hecho Juan el Bautista, cuyo bautismo se limitaba a bautizar en agua. Ahora Jesús, el prometido por Juan, los bautizaría en el Espíritu Santo (Marcos 1:8). Además, Jesús prometería también que "ocurriría pocos días después" (después de no muchos días). 5

No hay comentarios:

Publicar un comentario