lunes, 26 de abril de 2010


Revelaciones Angelicales—el Evangelio revelado nuevamente por Jesús


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Las Leyes de Conexión y Comunicación Entre los Espíritus y los Mortales


Las Verdades Superiores del Padre sólo pueden ser transmitidas por los Espíritus Celestiales a través de un mortal, quien ha sido preparado por el Amor Divino del Padre. (Juan, el Apóstol)

Una continuación de la explicación por Juan, de las Leyes Espirituales, que gobiernan la Conexión y Comunicación entre los espíritus y los mortales.

Juan declara, que muchos espíritus intentarán comunicarse con el hombre, y tratarán de enseñar doctrinas falsas.




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Las Leyes de Conexión y Comunicación Entre los Espíritus y los Mortales





Las Verdades Superiores del Padre sólo pueden ser transmitidas por los Espíritus Celestiales a través de un mortal, quien ha sido preparado por el Amor Divino del Padre



Yo estoy aquí, Juan el Apóstol.

Deseo escribir por un corto tiempo esta noche sobre un tema, que yo considero importante, y que tú puedes considerar interesante.

Como tal vez sabes, ha pasado algún tiempo desde que escribí algo de carácter formal, y siento mucho que tanto tiempo haya pasado, sin que hubiera podido comunicar algo de las Verdades espirituales. Yo también siento, que tu condición haya estado de tal modo, que me fue imposible establecer una conexión contigo, que es necesaria a fin de que yo pueda entregarte estos mensajes de la naturaleza mencionada. (pregunta por Padgett)

Bien, no estuviste en esta condición de mente, que me permitiese establecer la conexión necesaria contigo. Debemos tener una mente, que esté llena de pensamientos de las materias superiores de la Verdad, aun cuando no usemos aquellos pensamientos. Nuestros pensamientos son todos espirituales, y nuestras Verdades sólo pueden ser recibidos por una mente en condición espiritual. Y últimamente, no tuviste tanto de esta mente espiritual como antes. Nuestro contacto no estuvo tan estrecho, y la conexión necesaria, que nos permite expresar estas Verdades espirituales por tu mente, no estaba en estado perfecto.

Y cuando digo "mente," sólo me refiero a los órganos del cerebro, que son influidos por los pensamientos de la mente. Porque te digo, lo que posiblemente no conoces: que estos órganos componentes del cerebro no siempre y en todas las condiciones están receptivos al mismo control por las mentes de los espíritus. Puedes recibir un mensaje largo y profundo de materias, que pertenecen a lo que puedes llamar lo material, por tu cerebro; sin embargo, en condiciones parecidas de estos órganos, no podrás recibir mensajes de las Verdades superiores. Las condiciones de estos órganos cerebrales se determinan por la condición del alma en posesión de temas espirituales.

Me resulta difícil expresar concretamente lo que intento transmitir, pero esto sí comprenderás: que la capacidad del cerebro humano para recibir varios tipos de mensajes, depende del desarrollo y la posesión de materias espirituales del alma. Un médium, quien es bueno sólo intelectual y moralmente, no puede recibir aquellos mensajes de las Verdades superiores, porque no puede haber ninguna conexión entre el cerebro de tal médium y la mente del Espíritu superior, quien posiblemente quiere comunicarse. Y así comprenderás, por qué sucede que, los mensajes de espíritus arraigados todavía en la tierra, o de aquellos, quienes sólo tienen un desarrollo intelectual, son tan numerosos y más frecuentemente recibidos por médiums, que los mensajes de espíritus sobre el desarrollo del alma.

Un pensamiento espiritual -- quiero decir, un pensamiento, que sólo puede venir de un espíritu, quien tiene el desarrollo del alma, que convierte al alma en Divina -- no puede jamás pasar por el cerebro humano, que nunca haya sido desarrollado por un alma, en cual el Amor Divino ha entrado y desplegado Sus poderes regenerativos. Pensamientos materiales pueden transmitirse por un cerebro que es plenamente material, pensamientos morales por un cerebro, que ha sido influido por verdades morales, y pensamientos espirituales por un cerebro, que ha asimilado aquellas Verdades, que llegan sólo con el desarrollo del alma por el Amor Divino. Esta es la Ley de Conexión y Comunicación.

Y esta Ley de Conexión y Comunicación, si intentas entenderla, te capacitará a comprender la causa, por la cual nosotros no podemos comunicar estas Verdades superiores.

Te puede parecer, que si nosotros controlamos tu cerebro, y no usamos o transmitimos tus pensamientos, sino sólo los pensamientos, que provienen de nuestras mentes, no importaría, de que naturaleza fuesen tus pensamientos; y que, como tu cerebro es utilizado por nosotros como un mero instrumento, nosotros (teniendo posesión de tu cerebro) podríamos escribir cualquier cosa que deseamos. Y, mirando superficialmente a la afirmación, podría ser razonable suponer, que tuviese razón.

Pero como te dijimos antes, la conexión y nuestra capacidad de usar tu cerebro, están gobernadas por leyes. Y una de estas leyes es, que un alto pensamiento no puede transmitirse por un cerebro humano, que no está en la condición, que lo califique para recibir el pensamiento -- igual que un cerebro, en asuntos de mero conocimiento material, no puede recibir una concepción o comprensión de alguna verdad intelectual y transmitirla, con la cual no había estado familiarizado. Un cerebro no puede ser utilizado por la mente de un humano, para esclarecer un problema de geometría, cuando el cerebro jamás ha sido utilizado por esta mente para familiarizarse con, o conocer los principios de geometría. Esta es una analogía incompleta, pero tal vez sirva para ilustrar lo qué quiero decir.

En la concepción por la mente humana de una verdad (material o espiritual), hay que usar el cerebro, para manifestar o dar a conocer aquella concepción. Esto es absolutamente cierto, cuando la idea o el pensamiento se origina en la mente del hombre, quien está utilizando su propio cerebro para formular o manifestar aquella idea o aquel pensamiento. La mente puede tener el pensamiento o conocimiento de alguna rama de enseñanza, sin embargo, cuando jamás ha utilizado el cerebro para darle una forma concreta al pensamiento o conocimiento, el cerebro no puede manifestarlo o transmitirlo. Esta ley se aplica específicamente a las capacidades del cerebro, donde la propia mente del hombre intenta utilizar o controlarlo. Y como consecuencia de esto, es posible, que la mente humana tenga el pensamiento y el conocimiento de cosas, que el cerebro no puede expresar -- al menos no por el momento.

En muchas de las cosas materiales de la vida, como con los grandes inventos, el conocimiento de estos inventos permanece dormido en la mente, y puede pasar mucho tiempo, antes de que este conocimiento se formule y exprese por el cerebro. A veces nunca pasa por el cerebro, en absoluto. La mente y el cerebro no son lo mismo ni cosas equivalentes. Una es operadora, y el otro es lo que se utiliza para operar, así que las propiedades de la operadora puedan manifestarse a otros.

Pero esta ley, aplicada a y controlando la conexión entre la mente y el cerebro, propiedad del mismo hombre, no sirve para o controla tan absolutamente la conexión de la mente con el cerebro, donde la mente es de un espíritu y el cerebro es de un mortal. Porque, en tal caso, la mente del espíritu puede tomar un control tan completo del cerebro del mortal, que las manifestaciones del primero no son gobernadas o limitadas por experiencias especiales (o falta de experiencias), que el cerebro del mortal podría haber tenido en su uso por la mente mortal a lo largo de específicas líneas de expresión o manifestación. Así, como tal vez sabes, y como ha sido demostrado por el trabajo y la experiencia de muchos médiums humanos, las mentes de espíritus controlaron los cerebros de estos médiums, para que estos cerebros transmitiesen las expresiones de los espíritus en varios idiomas y también verdades matemáticas, con las que estos cerebros mortales jamás se familiarizaron, o jamás las asimilaron y expresaron por cuenta propia antes.

Pero en estos ejemplos, el cerebro es utilizado sólo en la esfera del intelecto; y el espíritu, quien se posesiona de un cerebro mortal, y lo utiliza para expresar y manifestar el conocimiento de su propia mente espiritual, no hace otra cosa (en esencia), que la mente humana, controlando su propio cerebro, hubiera podido hacer, si hubiese entrenado el cerebro en aquellas direcciones. La capacidad del cerebro, entrenado o no por la mente humana, limita el poder del espíritu de controlarlo, en la manera y para los propósitos intelectuales mencionados.

Pero esta ley tiene una fase adicional, y esta es: Mientras mayor sea la experiencia general del cerebro en su ejercicio por la mente humana, más perfectamente puede controlarlo la mente espiritual. Todo esto depende de hechos, y no puedo quedarme aquí para explicarlos, tal como las cualidades del médium y las susceptibilidades del humano, cuyo cerebro el espíritu intenta controlar.

Y las mismas leyes se aplican a la divulgación de la verdad y de principios a lo largo de los niveles de la moral. Un espíritu no puede nunca utilizar el cerebro de un mortal para entregar, o transmitir por el, preceptos morales o verdades, que este cerebro no es capaz de recibir. Y no quiero decir por esto, que el cerebro tiene que estar familiarizado con alguna o muchas verdades morales particulares, o tiene que haber sido utilizado por el humano para el propósito de recibir o dar a conocer estos preceptos. Pero en su capacidad esencial, el cerebro tiene que estar habilitado potencialmente para transmitir y recibir estas verdades; y así la capacidad relativa del cerebro de recibir y transmitir estas verdades morales necesariamente limita el control del espíritu para expresar esas verdades a través de el.

La conexión del espíritu con el humano, se determina por el desarrollo del cerebro y de las cualidades morales del humano en el momento, cuando se intenta la conexión. Y esto significa el verdadero desarrollo de estas condiciones, y no lo que ellas puedan parecer a otros humanos, o incluso al individuo mismo. Y en un alto grado, este desarrollo determina el poder del espíritu de utilizar el cerebro mortal para divulgar las verdades intelectuales o morales.

Un médium puede recibir solamente estas verdades, como su desarrollo interior lo permite, y un espíritu puede formar una conexión con un médium sólo de acuerdo al grado y la naturaleza de las verdades, que el médium posea. La posibilidad de conexión, y el tipo de ella, yace en la base de las cualidades del médium. Y estas variables declaradas, son las que determinan y limitan tanto el poder del espíritu de transmitir sus pensamientos, como la capacidad del mortal de recibirlos.

El espíritu, quien intenta escribir a través de un médium, puede formar una conexión, cuando la condición del médium esté en armonía con la suya. A menos que exista esta armonía, es imposible para el espíritu escribir aquellas cosas, que exigen un mayor grado de desarrollo, que el que el médium posee, en ese momento. Entonces comprenderás de cierta manera, por que tan pocas Verdades espirituales superiores, jamás han sido entregadas al mundo por los poderes médiales de algún mortal, quien poseía los dones como de escritura automática (como se llama), de clarividencia, o poderes de inspiración. En cuanto a aquellas verdades, que no exigían un mayor grado de desarrollo, que el que tenía el médium, no se presentó ninguna dificultad transmitir las mismas, y muchos médiums tenían éxito recibiendo la verdad adecuada para su condición.

Y este hecho -- y también ley -- te explicará, por que el mismo espíritu puede comunicarse a través de varios médiums, sin embargo, las comunicaciones son de un carácter diferente. Esto es, las comunicaciones a través de un médium contienen un carácter superior o inferior de verdad que aquellas transmitidas a través de algún otro médium, con el resultado, que aquellos mortales, quienes escucharon o leyeron sobre estas diferentes comunicaciones (especialmente cuando sus mentes son analíticas), han sido propensos a creer, que no fue el mismo espíritu, quien hizo las dos comunicaciones. Pero esto no es una conclusión justa; porque el espíritu estaba en la misma condición -- poseyendo el mismo conocimiento - - en el momento de ambas comunicaciones, sin embargo, los médiums, a causa de su diferencia en el desarrollo, fueron incapaces de recibir el mismo carácter de mensajes.

Puedes rebuscar la historia completa de comunicación con espíritus y de médiums, y no encontrarás ningún mensaje del carácter de aquellos, que han sido transmitidos a través de ti, y por las razones, que yo declaré.

Swedenborg fue el último y casi perfecto instrumento para recibir estas Verdades superiores. Y, sin embargo, él, a causa de su falta de desarrollo de alma, y por estar atado más o menos a sus creencias ortodoxas y su conocimiento científico (que le ocasionó coordinar y acomodar estas Verdades a sus ideas de correspondencia y conceptos parecidos) falló, y no se le pudo utilizar con éxito para transmitir las Verdades, que hemos comunicado a través de ti. Y después de él, otros médiums dotados y (en algunos aspectos) exitosos fueron utilizados por espíritus de conocimiento y progresión superior para transmitir Verdades. Pero sus condiciones fueron tales que, bajo el régimen de leyes gobernando la conexión, estos médiums pudieron recibir sólo aquellas verdades, que sus condiciones de desarrollo les permitían recibir. Los efectos de esta limitación no dependían de la condición y de la capacidad de los espíritus de difundir estas Verdades superiores, sino de la capacidad de los médiums para recibirlos.

Tú mismo experimentaste, cómo esta ley funciona y controla la comunicación y la conexión espiritual. Porque, como bien sabes, pasó mucho tiempo, antes de que pudieses recibir algunos mensajes de espíritus de estas Verdades superiores, aunque los espíritus muchas veces estaban presentes contigo, listos y ansiosos por entrar en conexión y entregar sus mensajes. Y tú estabas dispuesto, intelectualmente, para recibirlos, pero a causa de tu condición -- o falta de condición -- los espíritus no los podían entregar, y se veían obligados a esperar, hasta que obtuvieras la condición necesaria.

Por todo esto, comprenderás, por que tan pocos mensajes conteniendo Verdades espirituales altas, o incluso verdades morales, llegan por médiums. Los médiums, en su mayor parte, tienen un desarrollo de tal índole, que solamente pueden recibir mensajes, que tratan de asuntos materiales de la vida. Este tipo de mensajes, estoy obligado a (y puedo sinceramente) decir, son aquellos que los mortales más desean conocer, buscando información del mundo de los espíritus.

Alguna vez, en tu lectura de la literatura espiritual, observaste probablemente, la gran diversidad de opiniones de los espíritus sobre el mismo tema, y a veces opiniones contradictorias, causando así dudas en los mortales sobre como son los hechos existentes en el mundo de los espíritus con respecto al tema en cuestión. Bien, esto se debe, en gran parte, a las condiciones de los médiums, y también al conocimiento de los espíritus, quienes intentan comunicarse; porque el conocimiento de los espíritus se determina por el grado de su progreso y desarrollo.

Muchos espíritus creen, que lo que ellos aprendieron es verdadero, y así expresan con firmeza la verdad de este conocimiento. Y también creen a menudo, que lo que ellos saben es todo lo que posiblemente se conoce sobre el tema, que quieren comunicar. Y estos espíritus son, en su mayor parte, honestos en sus creencias, y verdaderos (como ellos creen) en sus mensajes. Y así, es importante para los mortales entender, que no todo lo escrito o dicho por espíritus se debe aceptar como la última verdad de todos los tiempos. Por otra parte, a declaraciones aparentemente contradictorias no se las debe tomar como fraudulentas sólo porque son contradictorias. Un espíritu con mayor conocimiento, utilizando un médium en armonía con él, puede transmitir a los hombres la más exacta y mayor verdad, que lo que pueda un espíritu con menos conocimiento y desarrollo transmitir a través de un médium en armonía con él.

Ahora, de lo que he escrito, es evidente que, para recibir la mayor Verdad y el conocimiento más extenso del mundo de los espíritus, los médiums tienen que esforzarse para procurar un desarrollo mayor y más intenso de su naturaleza espiritual, así como de su capacidad intelectual. Esta adquisición es absolutamente necesaria para la recepción de las Verdades superiores, que son vitales para la humanidad.

Así ves, comunicación y conexión dependen de la condición de ambos, espíritus y mortales trabajando al unísono, aunque más, podría decir, de la condición de los mortales. Porque si el médium está en el estado preciso de desarrollo, siempre hay muchos espíritus presentes con este médium acondicionado y listo, entonces una conexión puede establecerse.

El Maestro está aquí esta noche y ha escuchado mi comunicación, y se une conmigo diciendo: "¡Ten fe y busca con toda tu alma este Amor!" Cree que yo soy tu amigo y ángel especial.



Tu hermano en Cristo,

Juan.




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Una continuación de la explicación de Juan, de las Leyes Espirituales, que gobiernan la conexión y comunicación entre los espíritus y los mortales.



Yo estoy aquí, Juan.

Déjame escribir unas pocas líneas esta noche. Como no he escrito por mucho tiempo, estoy ansioso por decir unas pocas palabras, que tal vez te ayuden.

Yo estaba presente muchas tardes, cuando esperabas recibir comunicaciones y sufriste desengaño por razones o causas, que no pudiste comprender, excepto que no estuviste en aquella condición, que hubiera facilitado a los espíritus establecer una conexión contigo.

Bien, es cierto, y es la inmediata causa de la falta del poder de comunicación. Pero mejor que entiendas más que esto. Porque para subsanar la dificultad, tienes que tener cierto conocimiento de su procedencia.

Te expliqué la ley, que controla la conexión y comunicación, y intenté hacerlo lo más sencillo y comprensible posible, para que así puedas, al menos, captar su significado. Pero veo, que hay algunas cosas, que todavía no entiendes, y a causa de ello, tuviste la reciente experiencia de no poder recibir muchos mensajes, que esperaban ser entregados a través de tu cerebro y mano.

Como dije, el primer y principal requisito es, que estés en aquella condición de alma, que, por sus cualidades, facilitará a los espíritus, que deseen escribir los mensajes superiores, formar una conexión o unión contigo. Esto significa sencillamente, tomar el comando y el control de tu cerebro, que por ciertas cualidades y pensamientos, que tiene, estaría en armonía con los pensamientos, que estos espíritus desean transmitir a través de el; igual como es absolutamente necesario, que el medio material, por el que debe fluir el fluido eléctrico (es decir, la electricidad -- ed.), sea un medio, que posea tal naturaleza y cualidades, que permitan al fluido pasar por el. Un alambre o medio pueden estar hechos de madera, y el fluido eléctrico estará presente, listo a correr por el, pero no puede. ¿Y por qué? No porque el alambre o la madera posiblemente no sea perfecto en sí mismo, como tal, sino porque el alambre no tiene aquella naturaleza y cualidad, que permita al fluido eléctrico hacer una unión con el y así controlarlo. Y así sucede con el cerebro del mortal. Pero el cerebro, cuando está preparado apropiadamente, tiene la posibilidad de poseer aquellas cualidades, que permitirán esta unión y este control, que la madera no tiene. El cerebro, cuando está desprovisto de esta preparación, es igualmente no receptivo a la conexión y unión con, y control de, estos espíritus como es un alambre de madera a una unión con el fluido eléctrico.

Se te dijo en numerosas ocasiones, que no estabas en la condición y que los espíritus no podían establecer una conexión, y que tenías que hacer esfuerzos para acondicionarte. Y esta afirmación y este consejo son totalmente ciertos. Se te dijo que reces más al Padre y pienses en cosas espirituales, y entonces llegarías a esta condición precisa. Esto también es cierto, y el consejo es útil. Pero no te dijeron, que significa el rezar al Padre o tener pensamientos espirituales. Y por eso, puedes hacer estas cosas de un modo, y, sin embargo, no lograr la condición precisa.

Durante un largo período en el pasado, sé que recibías muchos mensajes de las verdades superiores, y que fue necesario un cerebro altamente preparado para recibir las mismas. Y te vino el pensamiento: Por qué podías recibir estos mensajes en el momento de su entrega, y ahora no los puedes recibir, porque (como tú, además, crees) tu cerebro está en tan buena condición ahora, como lo tenía en aquellos tiempos. Bien, en el último pensamiento, estás equivocado. Y el hecho de tal equivocación debería ser suficiente para convencerte, que tu imposibilidad de recibir los mensajes, no debería sorprenderte. Durante el período mencionado, rezaste más a menudo por el influjo del Amor Divino, y tus ansias fueron intensas. Y los deseos por tener este Amor, lo que es vital para la preparación de tu cerebro, fueron mucho más activos. Y también tus pensamientos en cosas espirituales fueron mucho más frecuentes. En otras palabras, entonces buscabas aprender las Verdades de Dios con todo tu corazón y poseer Su Amor. Y por eso tu cerebro estaba continuamente en aquella condición, que facilitó a los espíritus establecer la unión y control para el propósito de sus superiores expresiones.

Ultimamente, no tenías las ansias o no rezabas las oraciones por el Amor tan frecuentemente. Y como consecuencia, las cualidades y los elementos de pensamiento, que poseían tu cerebro, no estaban así dispuestos, que pusieran tu cerebro en aquella condición, que lo hace receptivo a aquellos pensamientos espirituales de las verdades superiores. De lo anterior, no debes deducir que este estado es un asunto de la condición cerebral, producido por sí mismo, porque no es así. Tenías los deseos intelectuales de escribir y recibir los mensajes igual que los tenías siempre, y también de recibir los mensajes de las verdades superiores, que esperabas serían nuevos y también edificantes. Y tus deseos fueron reales, y sufriste desengaño porque no se dieron. Y eso sólo te demuestra, que hay algo más que las facultades puramente mentales o intelectuales, que es necesario preparar el cerebro para la recepción y transmisión de esto, lo que participa en la naturaleza de la verdad, y que tiene su origen en algo diferente a la simple mente humana. Estas verdades superiores provienen de espíritus, cuyas mentes, como puedes decir, son del alma. Y como tan sólo el alma puede tratar con el alma, es preciso que la preparación del cerebro venga del ejercicio de los poderes del alma sobre los órganos de este cerebro -- y como consecuencia la necesidad de que tu alma esté en aquella condición que produzca en el cerebro las cualidades, que reúnan y permitan a las verdades del alma ser recibidas y transmitidas.

No solo tienes que rezar al Padre por el influjo de este Amor Divino, sino también tienes que rezar tan a menudo, que notes la posesión de este Amor en tu alma casi continuamente. También, tienes que dirigir tus pensamientos (y no quiero decir sólo los pensamientos intelectuales, sino los pensamientos del alma, que como ya los tenías, los puedes tener otra vez) a las verdades espirituales, que te han sido reveladas, y al reino espiritual, donde crees que otras verdades espirituales están esperando a ser reveladas. Si tú entonces rezaras y creyeras, encontrarás los deseos, y las expectativas del cumplimiento de estos deseos, que vienen a ti, y un entusiasmo, que vendrá del desarrollo de tu alma por la posesión de este Amor, junto con los pensamientos de tu alma. Esto es, lo que significa la condición necesaria para facilitar a los espíritus, que entren en conexión.

Por supuesto, en cuanto a asuntos comunes del mundo de los espíritus, donde no se precisa una condición especial del alma, los espíritus pueden entrar en conexión como desean. Y en tu caso, muchos de ellos, hubieran podido escribirte en los tiempos, cuando pensaste, que no podías recibir ninguna escritura. Pero nosotros pensábamos, que era lo mejor no permitir a ningún espíritu, que te escribiera, porque eso hubiera podido poner en peligro la probabilidad, que entraras en la condición, que deseamos, y que es necesaria, para que tu cerebro reciba nuestros mensajes vitales e importantes. Y como consecuencia, se le ordenó a tu Indio (un espíritu protector.--ed.), que no permita a ningún espíritu, que te escriba, y así lo cumplió, aunque muchos se esforzaron por hacerlo.

Bien, me alegro, que pudiera escribirte de esta manera esta noche. Y espero que consideres, lo que te dije, y te des cuenta de la importancia de que entres en la condición, de la cual hablo. El cerebro tiene que ser usado por un alma, que tiene el Amor Divino activo, y que así está preparada para recibir la conexión.

No escribiré más esta noche, sino diré sólo, que tenemos muchos más mensajes, que queremos transmitir.

Así, cree que estoy frecuentemente contigo en mi amor y deseo por ayudar y protegerte, y por hacer que tu misión tenga éxito.

Buenas noches,

Tu hermano y amigo,

Juan






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Juan declara, que muchos espíritus intentarán comunicarse con el hombre, y tratarán de enseñar doctrinas falsas.



Yo estoy aquí, Juan.

No escribo "San Juan", porque así no se me llama en los cielos espirituales, y ya te he escrito con frecuencia, así que me reconocerás cuando sólo escribo "Juan."

Bien, escuché lo que dijo el Maestro, y sólo puedo añadir, que jamás escribí las cosas, que declaran, que yo prediqué que la sangre de Jesús salva del pecado, o que Jesús fue una víctima propiciatoria por los pecados de la humanidad. Ni en mi Evangelio, ni en mis epístolas, ni en la Revelación escribí tales doctrinas. Como te he dicho antes, muchas cosas contenidas en estos libros fueron escritas por otros, para llevar a cabo ciertos planes e ideas de los autores. Jamás dije que Jesús era Dios y que él fue engendrado por el Espíritu Santo, o que él es igual a Dios, o que él salvó al hombre del pecado por medio de presuntas cualidades personales, que él poseía.

Así deja que tu mente elimine estas falsas doctrinas, y que reciba las verdades, que el Maestro escribirá, con una mente perfectamente imparcial, libre de todas las ideas preconcebidas.

(pregunta por el Sr. Padgett con respecto a 1 Juan 4: "... no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios...")

Quise decir, que muchos espíritus intentarían comunicarse con el hombre y tratarían de enseñar falsas doctrinas con respecto a Jesús y su misión, y que los únicos espíritus, quienes fueron capaces de transmitir la verdad, y dignos de credibilidad, fueron aquellos, quienes reconocieron que Jesús fue el hijo de Dios en el sentido, como te ha sido explicado (no que Jesús o Jesucristo era Dios). Sólo aquellos espíritus, quienes reconocen a Jesús como el hijo de Dios, y recibieron el Nuevo Nacimiento, y tienen conocimiento acerca del Reino de Cristo, o del Don del Amor Divino del Padre y del Camino como conseguirlo (como Jesús lo enseñó), deben ser reconocidos. Todos los otros espíritus, quienes no tengan este conocimiento, y en consecuencia no reconocieren a Jesús como el hijo de Dios, no se debe confiar en ellos como verdaderos discípulos de Jesús.

Eso no es nada misterioso o contrario a las leyes, que rigen la conducta o las creencias de los hombres. Si un espíritu, o también un hombre, no sabe nada acerca de cierto tema, él ciertamente no puede enseñar a otros sus cualidades o méritos; como consecuencia apliqué una ley común de la naturaleza, de como se debe probar a los espíritus. Porque tengo que decirte ahora -- y es una verdad, y era una verdad en el tiempo cuando escribí mi evangelio y las cartas, tal como es una verdad ahora, y siempre permanecerá como verdad -- que cada espíritu, quien reconoce a Jesús como el hijo de Dios, es un espíritu redimido, y ha recibido una porción del Amor Divino, y está progresando en el Reino, que Jesús ahora está formando. Y cuando di aquellas instrucciones a mis "niños", como les llamé, tenía la intención de que sus comunicaciones se hicieran sólo con aquellos espíritus u hombres, quienes habían recibidos este Nuevo Nacimiento.

Yo sé que todos los espíritus, que recibieron este Amor Divino en suficiente abundancia, son buenos espíritus, libres de pecado y de error, y que ellos tienen el poder o la inclinación a influir a los mortales, no al pecado o a hacer algo, que es contrario a la Voluntad del Padre; mientras todos los otros espíritus pueden, o no pueden, ejercer la influencia del mal sobre los mortales.

Como consecuencia, prueben a los espíritus, y si ellos no reconocen a Jesús como el hijo de Dios, déjenlos, y no reciban sus comunicaciones o enseñanzas, porque ellos no son creyentes en Cristo y el Nuevo Nacimiento.

Entre mis niños, o creyentes en la religión Cristiana, había muchas personas, quienes tenían el poder o don de comunicarse con los espíritus de los difuntos, y ellos se comunicaban así; y tales comunicaciones fueron dadas a conocer al resto de la congregación, y creídas por ella. Y en consecuencia, mi prohibición de la comunión con aquellos espíritus, quienes no eran creyentes en Cristo. No debes creer que esta época es la única, en la que los espíritus se comunican con los mortales, porque tengo que decirte, que en mi época era mucho más común que ahora. Y durante el servicio religioso en nuestras congregaciones y en nuestras otras reuniones, y a menudo en privado, nosotros teníamos estas comunicaciones.

Esto formaba una parte importante de los servicios de nuestras celebraciones, y una que nos mantenía en armonía continua con el poder del alma de aquellos, quienes vivían en la forma espiritual, y de quienes recibíamos poderes de curación y de hacer el bien en muchas otras maneras.

En aquellos días, la curación de los enfermos y otras cosas similares, formaron una parte muy importante de nuestro trabajo como Cristianos. Creímos en lo que Jesús nos había dicho en la tierra, e incrementamos nuestra fe, e hicimos muchas obras, que la gente, que no creía como nosotros, pensó que eran milagros.

Para nosotros, la curación de enfermos y estas otras cosas, fueron tan naturales como comer o dormir. Te digo que nuestra fe entonces fue una certeza. Poseímos la Substancia de la que Pablo habla, y estuvimos seguros haciendo estas cosas, tal como estuvimos seguros respirando y pudiendo ayudar materialmente a nuestros hermanos.

Pero después de pocos siglos, cuando los hombres venían a la iglesia por otros propósitos y no por recibir el Nuevo Nacimiento y por hacer la Voluntad del Padre, la fe, tal como yo la cuento, murió. Y el poder de hacer estas cosas, fue retirado a los hombres, y la iglesia se convirtió en una congregación de hombres de un mero servicio de labios afuera.

Y por todos los siglos, desde entonces hasta ahora, este poder no estuvo con los hombres, excepto que aquí y allá apareció algún creyente verdadero con una fe tal como nosotros teníamos, e hizo cosas maravillosas.

Así te digo, no dejes, que la Biblia, porque dice que Jesús era Dios, y que tenía aquellas otras cualidades con referencia a la salvación de los hombres, te distraiga de tus creencias y cree en lo que el Maestro te escriba.

No escribiré más esta noche, sino diré buenas noches.

Tu hermano en Cristo,

Juan.

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