lunes, 26 de abril de 2010

El Amor Divino del Padre y el Nuevo Nacimiento del Alma



Revelaciones Angelicales – el Evangelio revelado nuevamente por Jesús



El Amor Divino del Padre y el Nuevo Nacimiento del Alma





Dios es un Dios de Amor, y ningún hombre puede venir a Él, a menos que reciba este Amor en su alma. (Jesús)

La Sra. Padgett cuenta de su gran felicidad en su progreso.

Cómo el alma de un mortal recibe el Amor Divino, y cuál es su efecto. ¿Qué es un alma perdida? (Jesús)

El Amor Divino: Qué es y Qué no es (Juan el Apóstol)

Samuel describe la felicidad que viene al dueño del Amor Divino.

Cristo puede estar dentro de ti -- Qué significa. (Jesús)

¿Cuál es la cosa más grande en todo el mundo? (Salomón)

Todos los pecados y errores serán erradicados con el tiempo de las almas de los hombres. (John Garner)

El gran Maestro del mundo será el Maestro mismo viniendo otra vez a la tierra en forma de sus Divinas Revelaciones. (George Whitefield)

Helen Padgett comenta sobre el mensaje de George Whitefield.

El Amor Divino del Padre no solo convertirá al hombre en un habitante del Reino del Padre, sino también realizará la gran hermandad del hombre en la tierra. (Jesús)




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El Amor Divino del Padre y el Nuevo Nacimiento del Alma





Dios es un Dios de Amor, y ningún hombre puede venir a Él, a menos que reciba este Amor en su alma



Yo estoy aquí, Jesús

Estás en mejor condición esta noche y continuaré mis mensajes.

Dios es un Dios de Amor, y ningún hombre puede venir a Él, a menos que él reciba el Amor del Padre en su alma. Como los hombres están inclinados al pecado, al error y a la violación de las Leyes de Dios, ellos pueden ser redimidos del pecado por la obtención de este Amor; y Este puede ser logrado solamente por la oración, y la fe en la voluntad de Dios de otorgar este Amor a cada uno quien pida por El. No quiero decir que hay que rezar oraciones "formales", o estar conforme con cualquier credo o dogma de las iglesias. La oración eficaz es esta, que emana del alma y de las serias aspiraciones de un hombre.

Así deja que los hombres sepan, que a menos que ellos tengan ansias reales en el alma por este Amor, El no les será concedido. No bastarán los simples deseos intelectuales. El intelecto no es la facultad del hombre, que le une con Dios. Sólo el alma está creada a la imagen del Padre. Y a menos que esta semejanza se perfeccione, llenándose el alma con el Amor Divino del Padre, la semejanza jamás será plena.

El Amor es lo Único Grande en los designios de Dios de la existencia real. Sin El, todo sería caos e infelicidad; pero donde existe, existen también la armonía y la felicidad. Digo eso, porque sé por la experiencia personal, que es verdad. Que los hombres no piensen, que Dios es un Dios, quien quiere la adoración de los hombres simplemente con sus facultades intelectuales -- porque no es verdad. Su Amor es lo único, que puede unir a Él con ellos. Este Amor no es el amor, que forma parte de la existencia natural del hombre; el amor que aquellos hombres tienen, que no han recibido una parte del Amor Divino, no es suficiente para llevarles a ser uno con el Padre. Tampoco tiene este amor el carácter, que les capacitaría para entrar en las Esferas Celestiales y llegar a ser como los ángeles, que están llenos de este Amor Divino y que siempre cumplen la Voluntad del Padre. Este Amor se encuentra sólo en las almas de aquellos, quienes Lo han recibido por el servicio del Espíritu Santo -- el único instrumento de las operaciones de Dios, que es utilizado para realizar la salvación de los hombres.

Yo he visto las intervenciones del Espíritu en las almas de los hombres, y sé que lo que te digo es la verdad. Ningún hombre debe descansar en la promesa, que algún otro instrumento o medio, si no el Espíritu Santo, le capacitará a procurarse este Amor. Él no debe descansar en el pensamiento, que pueda convertirse en parte del Reino de Dios sin Este, porque ningún amor, si no este Amor Divino, puede darle el derecho y calificarle para entrar en este Reino.

Cuando estuve en la tierra, enseñé la doctrina de la salvación sólo por la mediación del Espíritu Santo en cumplimiento de los mandamientos del Padre. La sola creencia en mí o en mi nombre sin este Amor jamás capacitará a nadie, que se convierta en el dueño de este Amor. Como consecuencia, el concepto, que todos los pecados contra mí, o incluso contra los Mandamientos de Dios, pueden ser perdonados a los hombres, pero el pecado contra el Espíritu Santo no les será perdonado, ni en la tierra ni en el mundo de los espíritus. Esto significa, que mientras un hombre rechaza las influencias del Espíritu, peca contra El; y este pecado le impide recibir este Amor Divino. Consecuentemente, en este estado, es imposible que se le perdone y se le permita entrar en el Reino Celestial del Padre.

El Amor de Dios no necesita del amor del hombre para darle una Esencia Divina. Sino al contrario, el amor de hombre tiene que ser completamente envuelto en, o absorbido por, el Amor Divino del Padre para convertirse en Divino en su naturaleza. Para que así el hombre sepa, que su amor es solo la sombra de lo que es el Amor del Padre, y que mientras él se rehuse recibir este Amor del Padre, él se verá obligado a permanecer lejos del Padre, y disfrutar sólo la felicidad, la que su amor natural le proporciona.

Estoy tan seguro, que todos los hombres pueden recibir este Amor (si ellos sólo Lo buscan por el verdadero Camino, y con serio deseo y fe), y sé que es posible, que todos los hombres sean salvados. Pero los hombres tienen el gran don del libre albedrío, y el empleo de este regalo para buscar y encontrar este Amor parece ser una dificultad, que impedirá a una gran mayoría de la raza humana, recibir la gran bendición de la redención.

Mi Padre no desea que ningún hombre viva por toda la eternidad sin este Amor. Pero vendrá la hora, y muy pronto (en un sentido relativo -- ed.), cuando el privilegio de la obtención de este Amor será retirado de la humanidad. Los hombres tal vez piensan, que este tiempo de separación jamás vendrá, pero en esto están equivocados y se darán cuenta, cuando será tarde.

La armonía del universo de mi Padre no depende de que todos los hombres reciban este Amor Divino porque, por la función de las Leyes de armonía de Dios en las almas de los hombres, todo pecado y error será erradicado, y sólo la verdad permanecerá. Pero la ausencia de pecado no significa, que todas las partes de la creación de Dios se poblarán de espíritus y hombres, quienes sean igualmente felices, o quienes estén llenos de la misma categoría de amor. El hombre, quien es libre de pecado y tiene sólo su amor natural, estará en perfecta armonía con los otros hombres, que poseen el mismo tipo de amor. Pero él no estará en armonía con aquellos espíritus, quienes tienen este Amor Divino y la suprema felicidad conferida por El. Sin embargo, estas diferencias en el amor y la felicidad no crearán discordia o falta de armonía en el universo.

Adán y Eva (o a quienes personifican) no tuvieron este Amor Celestial, sólo el amor natural, que pertenecía a su creación como seres humanos, sin embargo, ellos eran comparativamente felices. Pero su felicidad no fue como esta de los ángeles, que viven en los Cielos Celestiales, donde sólo existe el Amor Divino de Dios. Ellos fueron mortales, y cuando la tentación vino a ellos, el amor, que ellos poseían, no pudo resistirla, y sucumbieron.

Así aun cuando el hombre pueda después vivir para siempre y estar libre de pecado y error, sin embargo, él siempre estará sujeto a tentaciones, a las que este amor natural posiblemente no puede resistir. Quiero decir, que su naturaleza será sólo la naturaleza, que Adán y Eva tenían -- nada más y nada menos.

Incluso en esta condición, posiblemente puede resistir a todas las tentaciones, que le asalten; sin embargo, él siempre estará sujeto a caer de su estado de felicidad, y así llegar a estar más o menos infeliz. Este es el futuro de los hombres, quienes no hayan recibido el Amor Divino.

Pero el espíritu, que tiene este Amor Divino, se transforma, de hecho, en parte de la Divinidad Misma, y jamás estará sujeto a la tentación o infelicidad. Él estará libre de todos los poderes que quizás existan para conducirle a la infelicidad -- como si él fuese un dios mismo. Quiero decir, no puede ser despojado de su Divinidad por ningún poder o influencia o instrumento en todo el universo de Dios.

Este Amor transforma a un hombre mortal y pecador, en un espíritu inmortal y libre de pecado, destinado a vivir por toda la eternidad en la presencia de, y uno solo con, el Padre.

Así, si los hombres sólo pensaran y notaran la importancia de la obtención de este Amor Divino, ellos no descuidarían tanto sus pensamientos y aspiraciones en cuanto a aquello, que determina su futuro estado por toda la eternidad.

La importancia de estas Verdades no puede ser presentada ante los hombres a su consideración con suficiente énfasis. Cuando les llegue el tiempo a ellos para pasar al otro mundo, cuanto más hayan meditado sobre y obtenido conocimiento de estas verdades, mejor será su condición en el mundo de los espíritus.

El mundo de los espíritus no les ayudará tanto a procurar un entendimiento más claro de estas materias espirituales, porque los hombres difieren y tienen sus opiniones en este mundo igual que en la tierra. Por supuesto, no tienen todas las tentaciones para satisfacer sus pasiones y apetitos, como lo tenían en la carne. Pero con respecto a su opinión sobre las cosas espirituales, las oportunidades no son mucho mayores, excepto en esto: que a causa de la libertad de pasiones e influencias de la carne, ellos pueden más pronto dirigir sus pensamientos a los asuntos superiores, y de este modo, darse cuenta más pronto de que sólo este Nuevo Nacimiento en el Amor Divino puede salvarles completamente de los resultados naturales, que siguen de la posesión exclusivamente del amor natural.

Un espíritu es sólo un hombre sin cuerpo terrenal y sin los cargos que necesariamente se dan por las obligaciones en la vida terrenal. Incluso como un espíritu, algunos retienen estos cargos por mucho tiempo después de pasar al otro mundo, y entonces serán relevados de ellos por el pago de los castigos de una ley violada.

Bien, he escrito mucho y tengo que terminar. Así con mis bendiciones y mi amor, diré buenas noches.

Tu espíritu compañero,

Jesús






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La Sra. Padgett cuenta de su gran felicidad en su progreso



Yo estoy aquí, Helen

Bien, ¿no fue esto un maravilloso mensaje del Maestro? Estuvo tan lleno de esperanza, que debería llevar a los hombres a pensar y trabajar para recibir este Amor Divino, del que él habló. Me alegro que pueda decir, que Lo tengo ahora en una magnitud considerable; y mientras más recibo de El, más feliz estoy. Pensé que estaba feliz cuando entré en la Tercera Esfera, y más aún en la Quinta, y entonces extremadamente en la Séptima, pero en efecto, no sabía cuál era la felicidad hasta llegar a mi presente hogar en los Cielos Celestiales (anotación del editor: En la Segunda, Cuarta, y Sexta Esfera se encuentran aquellos espíritus, quienes desarrollan su amor natural hacia un estado puro, pero quienes no tienen el Amor Divino. Los espíritus, quienes desarrollan sus almas obteniendo la posesión del Amor Divino no se alojan por mucho tiempo en la Segunda, Cuarta, y Sexta Esfera, sino progresan hacia y por la Tercera, Quinta, y Séptima Esfera, y a los Cielos Celestiales). Y supongo, de manera como avance, superior será la felicidad en cada esfera progresiva a esta, de donde yo continúo progresando.

Pero por supuesto, el Maestro ha sido el gran profesor, cuyo amor y poder me ayudaron más que el de todos los otros. Él es tan maravilloso en su amor y sabiduría, que casi le adoro, aunque él dice que tengo que adorar solo a Dios, y yo sigo sus directrices.

Mis experiencias aquí son tan maravillosas, que apenas me doy cuenta de lo que significan. Mi tiempo en el mundo de los espíritus ha sido tan corto, y sin embargo, el maravilloso conocimiento de las verdades espirituales, y la gran felicidad, que recibí, me hacen preguntarme con asombro, como podía ser.

Tú escribiste mucho esta noche, y pienso que sea mejor terminar. Así buenas noches,

Tu cariñosa esposa,

Helen






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Cómo el alma de un mortal recibe el Amor Divino, y cuál es su efecto. ¿Qué es un alma perdida?



Yo estoy aquí, Jesús

Vengo esta noche para decirte que estás en mejor condición que anoche y, de hecho, que en algunas de las noches pasadas. Quiero escribirte un mensaje sobre la pregunta, cómo el alma de un mortal recibe el Amor Divino, y cuál es Su efecto, aun cuando la mente pueda más tarde entregarse a aquellas creencias, que tienden a impedir el crecimiento del alma. También, ¿qué es un alma perdida?

Como sabes, el influjo de este Amor es causado por el otorgamiento del Espíritu Santo en respuesta a la oración sincera y las ansias. Quiero decir oración y ansias por el Amor Mismo, y no oraciones por beneficios materiales, que los hombres más a menudo y más naturalmente piden y desean. Las oraciones de los mortales por aquellas cosas, que tienden a hacerles exitosos y felices en su amor natural, también son respondidas, siempre cuando sea indicado. Pero estas no son las oraciones, que traen el Amor Divino o causan, que el Espíritu Santo opere sobre los hombres.

Como las oraciones del alma sincera, seria ascienden al Padre, esta alma se abre al influjo de este Amor. Las percepciones del alma entonces se agudizan y se relacionan más con las condiciones o la influencia, que siempre acompaña la presencia de este Amor. Por consiguiente, Su entrada en el alma es más fácil y, en Su recepción, más perceptible a los sentidos del alma. Mientras más seria es la oración y sinceras las ansias, más pronto viene la fe. Y con esta fe viene la realización, que el Amor Divino infiltra el alma.

Cuando el Amor Divino una vez encuentra un alojamiento en el alma, ella (el alma) se transforma, de hecho, en una substancia cambiada (en tal magnitud como recibe el Amor y participa en la esencia de este Amor). Y como el agua puede teñirse por un ingrediente extraño a sí misma, que cambia no solo su apariencia sino también sus cualidades, así este Amor Divino cambia la apariencia y las cualidades del alma. Y este cambio de cualidades continúa por siempre. Las cualidades naturales del alma, y la esencia del Amor llegan a ser uno y amalgamado, y el alma se convierte en algo totalmente diferente en su consistencia de lo que fue antes del influjo del Amor -- pero esto sólo corresponde a la magnitud del Amor obtenido.

Conforme a como este Amor se incrementa en cantidad, el cambio y la transformación aumentan. Finalmente, la transformación puede llegar y llegará a ser tanta, que toda el alma se convierte en algo de esta Divina Esencia -- una existencia de Divinidad -- y participa en Su naturaleza y substancia misma.

Cuando este Amor entra una vez y realmente posee el alma, y produce el cambio mencionado, el Amor jamás sale ni se disocia del alma. Su carácter de Divina Esencia jamás se revierte a este del amor natural. Y conforme a Su presencia, el pecado y el error desaparecen. Esto sucede, porque es absolutamente imposible, que esta Esencia, el pecado y el error ocupen las mismas partes del alma al mismo tiempo, como es imposible que dos objetos materiales ocupen el mismo espacio al mismo tiempo, como dicen tus filósofos.

La Divinidad jamás cede a lo que no es lo Divino. El hombre trabaja para la realización de lo Divino, cuando él persigue el Camino proporcionado para la obtención de la Divina Naturaleza. Y como él avanza y obtiene una porción de lo Divino, no importa, cuán pequeña esta sea, no puede jamás retractar sus pasos, a tal grado que esta Esencia Transformadora desocupe su alma.

Pero esto no significa, que un hombre no pueda perder la conciencia de la existencia de esta Esencia dentro de su alma, porque frecuentemente sucede así. La lujuria de sus apetitos carnales y malos deseos le colocan en una condición, donde él puede dejar de tener una conciencia de la existencia del Amor Divino en su alma. Y en lo que se refiere a él mismo, él será como si él jamás hubiese tenido alguna experiencia del cambio del que hablé.

Este amor no puede ser erradicado jamás por el mal, en el que el hombre se mueva, o por creencias mentales, a las que llegue, sin embargo, el progreso de este Amor en su alma puede ser detenido y estacionarse, como si ya no existiera. Y el pecado y el error pueden parecer otra vez como los únicos elementos dominantes de su vida y existencia. Sin embargo, una vez que se llegue a ser dueño de este Amor, no puede ser forzado a abandonar su alma por el pecado y el error, no importa cuán profundos e intensos estos dos sean.

Yo sé que esto puede parecer extraño e imposible al pensamiento intelectual del hombre, y que no está de acuerdo con lo que se me atribuyó en mi enseñanza, que un alma puede perderse. No obstante, un alma que una vez ha recibido esta Divina Esencia, no puede perderse, aun cuando su despertar de su condición dormida y su realización de la presencia y vida de este Amor puedan rezagarse mucho por el pecado y el error y creencias dirigidas erradamente. Y un alma atormentada por tales condiciones, posiblemente tiene que aguantar mucho sufrimiento y tinieblas.

Pero que no se me entienda que esto significa, que un alma no pueda perderse, porque sí puede. Muchas almas ya se perdieron y se perderán más, y muchas se darán cuenta de esto, cuando ya es tarde.

Ahora, ¿qué es un alma perdida? No es una, que un hombre puede en efecto perder en el sentido de ser despojado de ella o ser separado de ella, o incluso su pérdida con respecto a su posible carencia de la conciencia de ella. Porque él puede creer a veces, que ha perdido su alma, en el sentido de no tener ninguna, sin embargo, él está equivocado en esa creencia. El alma, que es el hombre, no puede ser jamás separada del mismo. Y mientras viva en el cuerpo físico o en el cuerpo espiritual, su alma estará con él. Sin embargo, él puede tener un alma, conscientemente o no, y al mismo tiempo, él puede haberla perdido. Esto posiblemente parece paradójico al intelecto mortal o al intelecto de un espíritu, pero es la verdad. Entonces, ¿qué es un alma perdida? Cuando Dios dio al hombre un alma, esta alma fue hecha a la imagen, pero no en la Substancia, de su Creador. Y al mismo tiempo, le fue otorgado el privilegio de que el alma puede convertirse en la Substancia del Padre y, en cierto grado, en Divina, y con el derecho y capacitada para vivir en el Reino Celestial del Padre, donde todo es de Su Divina Esencia y Naturaleza.

Cuando los primeros padres perdieron este privilegio por su acción de desobediencia, sus almas perdieron la posibilidad de convertirse en parte de la Divina Naturaleza, y llegar a ser uno solo con el Padre en Su Reino. Ellos no perdieron el alma natural por eso, que era un parte de su creación, sino esta parte de su alma, que tenía la posibilidad de la obtención de la Esencia de Divinidad e Inmortalidad que tiene el Padre.

Como he dicho hasta ahora, este gran privilegio fue restaurado a la humanidad con mi venida, y el alma perdida llegó a ser otra vez objeto de la recuperación del hombre; y ahora él tiene este privilegio, que los primeros padres tuvieron antes de su caída. Pero los hombres pueden también perderlo como ellos lo hicieron. Como las almas de los primero padres se perdieron, hasta que ellos recibieran la Divina Esencia del Padre en ellas, así pasa con los hombres ahora. Sus almas están perdidas hasta que y a menos que ellas reciban esta Divina Esencia en ellas. Y como los primeros padres perdieron su privilegio, que sus almas se convirtieran en una viva, Divina substancia por su desobediencia y negativa, así ahora los hombres pierden su privilegio de salvar sus almas de la separación de la unión Divina con el Padre por la misma desobediencia y negativa.

El alma perdida es tan real como las verdades de las inmutables leyes del Padre. Y sólo por la operación del Amor Divino, el alma perdida puede convertirse en un alma recuperada.

Los hombres pueden creer y enseñar, que hay una parte de lo Divino dentro de ellos, que causará, que sus almas progresen y se desarrollen hasta que ellos alcancen la condición de Divinidad, que les convertirá en una parte de la Divinidad del Padre. Pero están totalmente equivocados en este pensamiento. Porque el hombre fue la creación suprema de Dios, más perfecto, y hecho a Su imagen, sin embargo, no hay nada de lo Divino en el hombre. Y si no tiene nada de lo Divino, es completamente imposible para él, que progrese a una posesión de lo Divino. Él por sí mismo, no importa cual sea su desarrollo, jamás puede convertirse en algo mayor o más perfecto, o de una naturaleza superior, a lo que él fue en su creación.

Lo Divino viene de arriba. Y cuando está implantado una vez en el alma de un hombre, no puede haber límite para Su expansión y opulencia, incluso en los Cielos Celestiales. Todos los hombres tienen que buscar este Amor, y no habrá almas perdidas. Pero desgraciadamente, muchos no lo harán, y los cielos espirituales abundarán de almas perdidas, a quienes les falta la Divina Esencia del Padre.

He escrito suficiente por esta noche, y estoy contento como recibiste mi mensaje. Continúa rezando al Padre siempre por más de Su Amor Divino, y tus oraciones serán respondidas. Pronto notarás, con la certeza que viene de la posesión consciente de la Divina Esencia, que tu alma no está perdida y jamás estará.

Así, con mi Amor y mis bendiciones, diré buenas noches y que Dios te bendiga.

Tu hermano y amigo,

Jesús






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El Amor Divino: Qué es y Qué no es, y cómo puede ser obtenido



Yo estoy aquí, Juan, apóstol de Jesús

Vengo esta noche para decir sólo unas pocas palabras, y estas en referencia al Amor - al Amor Divino del Padre, que Él reotorgó a la humanidad en la venida del Maestro.

Este Amor es lo supremo en todo el mundo, y lo único, que puede llevar al hombre a ser uno solo con el Padre, y cambiar el alma del hombre, como ha existido desde su creación, en una Divina Substancia llena de la Esencia del Padre. No hay nada más en todo el Universo de Dios, que puede ser el principio, que el hombre se transforme en una nueva criatura y un habitante del Reino del Padre. Y cuando los hombres tengan este Amor, entonces tienen todo lo que les transformará, no solo en hombres perfectos sino también en ángeles Divinos.

Los hombres entonces comprenderán, los preceptos morales del amor fraternal, y también del Ser Uno con el Padre, y ellos no tendrán que buscar otra ayuda para acarrear aquellas cualidades a la vida de la raza humana, que le traerá paz y buena voluntad.

Entonces todos los hombres sabrán, que cada hombre es su hermano; y él podrá hacer a cada uno como él quiere que los otros hagan a él, y esto sin esfuerzo o sacrificio de su parte. Porque el Amor causa Su propio cumplimiento, y toda Su beneficencia fluye hacia el prójimo, como cae el rocío del cielo. Envidia, odio, cizaña, celo y todas las otras cualidades inicuas del hombre desaparecerán, y sólo paz y alegría y felicidad permanecerán.

El Amor Divino es tan abundante, que puede ser poseído por todos los hombres, sencillamente buscándolo por las sinceras ansias por Su influjo. Pero el hombre tiene que comprender, que El no es suyo por materia de derecho, ni es forzado jamás en él, sino viene sólo en respuesta a la sincera, veraz oración de un alma que está llena de ansias por Su venida.

Este Amor no viene por la observación de simples reglas morales, o por acciones buenas y por el ejercicio del amor natural de un hombre hacia sus prójimos, porque ningún hombre puede merecérselo jamás por hechos, acciones o un corazón bueno que pueda tener.

Todas estas cosas son deseables, y causan sus propias recompensas, y traen la felicidad y la paz que resultan de buenos pensamientos y bondadosos hechos; pero todo esto no encauza este Gran Amor al alma del hombre. El Padre, Solo, trae este Amor. Y sólo cuando el alma se abre para Su recepción, puede este Amor encontrar Su hogar en esta alma.

El es mayor que la fe o la esperanza, porque es la Substancia real del Padre, mientras la fe y la esperanza son cualidades, las que un hombre puede tener por sus propios esfuerzos, y las que le son conferidas, para que pueda notar la posibilidad de obtener este Amor. Sin embargo, ellas son solo instrumentos; El - el Amor Divino - es la finalidad y la plenitud de su ejercicio.

Pero los hombres no deben creer, que todo amor es el Amor Divino, porque es muy diferente en Su Substancia y Sus Cualidades de todos los otros amores.

Todos los hombres tienen el amor natural como una parte de sus posesiones, y no necesitan rezar por un otorgamiento de este; aunque porque ha sido contaminado por el pecado, necesita ser purificado y liberado de esta decadencia. Y el Padre siempre está dispuesto y listo a ayudar a los hombres, para que logren esta purificación.

Pero el Amor Divino no forma parte de la naturaleza del hombre, ni Le pude conseguir o tener nadie, a menos que alguien Lo busque. Viene de afuera y no se origina adentro.

Es el resultado de la adquisición individual, y no objeto de la posesión universal. Puede ser poseído por todos, puede ser poseído por sólo unos pocos; y cada hombre tiene que determinar para sí mismo, si quiere tenerlo o no. Con Dios no existe consideración de la persona; ni existe ningún camino real para obtener este Amor. Todos tienen que perseguir el mismo Camino, y este Camino es aquel, que Jesús enseñó: la apertura del alma, para que así el Amor pueda encontrar un alojamiento en ella, lo que puede lograrse sólo por la oración sincera y la ansia por Su influjo.

Este Amor es la vida de los Cielos Celestiales, y la única llave que abrirá las puertas; y cuando el mortal entra, cualquier otro Amor es absorbido por El. No tiene substituto, y es, de Sí Mismo, una cosa aparte. Es de la Esencia de lo Divino, y el espíritu, que Lo posee, es Divino, mismo. Tú puedes tenerlo, todos de los hombres pueden tenerlo, o no. Tú tienes que decidir esta pregunta por ti mismo. Ni incluso el Padre puede hacer la decisión por ti.

Cerrando, déjame repetir, que El es lo supremo en todo el universo de Dios; y no solo lo supremo, sino también la suma de todo. Porque de El emana todo lo que conlleva la paz y la felicidad.

No escribiré más esta noche, y con mi amor para ti y las Bendiciones del Padre, diré buenas noches.

Tu hermano en Cristo,

Juan






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Samuel describe la felicidad que viene al dueño del Amor Divino



Yo estoy aquí, Samuel, profeta del Antiguo Testamento

Vengo para escribirte, que estoy contigo en amor y espero que estés bendito y feliz en el presente.

Yo sé que las preocupaciones de la vida te impiden, notar la influencia de este Gran Amor, que te rodea, y que está listo y esperando llenar tu alma totalmente. Pero si rezas más al Padre y practicas tu fe, encontrarás, que tus preocupaciones disminuirán, y paz vendrá a ti en tal abundancia y belleza, que te sentirás como un hombre nuevo.

Como Juan dijo, con esta fe, el Amor fluirá dentro de tu alma, y notarás los gozos de nuestras condiciones Celestiales en cierto grado. Porque el Amor, que tú puedes tener, es el mismo Amor, en su naturaleza, que aquel que nosotros tenemos, y que nos ha transformado en ángeles a todos y habitantes del Reino del Padre. Sólo cree, y notarás, cuán dispuesto está este Amor, para adueñarse de tu alma, y hacerte tan feliz, que incluso los problemas que tendrás, no serán suficientes para quitarte la gran paz, que va más allá de toda comprensión.

Ya he pasado muchos años en el espíritu y he poseído este Amor por mucho tiempo. Yo sé por la experiencia actual, lo que El es y qué gran alegría confiere a Su dueño. Así puedes confiar en lo que te prometo, y sentir la certeza, que me da mi conocimiento actual. Soy ahora un enteramente redimido hijo del Padre, y uno quien sabe, que Su Amor Divino en el alma convierte al hombre o al espíritu en la Esencia del Padre. Cuando este Amor entra en el alma del hombre, El se multiplica igual que la levadura en la masa, y continúa obrando, hasta que el alma entera esté impregnada por El, y todo de pecado o error esté totalmente erradicado.

El Amor origina todas las cosas, que el hombre puede desear o imaginarse, e incluso más. La descripción del Amor por Pablo, y de las cualidades y condiciones maravillosas que irradian de El, no contiene todas Sus emanaciones y la felicidad resultante.

Pero no debo escribir más esta noche, porque es tarde y ya estás cansado. Así, cree lo que te he dicho, e intenta seguir mi consejo, y pronto experimentarás la paz y la felicidad, que sólo este Amor puede conferir a las almas de los hombres.

Vendré pronto y te escribiré otro mensaje que será beneficioso para la humanidad.

Así con mi Amor y mis bendiciones, diré buenas noches.

Tu hermano en Cristo,

Samuel






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Cristo puede estar dentro de ti -- Qué significa



Yo estoy aquí, Jesús

Yo deseo esta noche escribirte en alusión al camino, por lo que, como aconseja el predicador, "Cristo puede estar dentro de ti."

Yo sé que es casi universal entre los predicadores de las iglesias ortodoxas, que enseñan a sus oyentes, que el camino a la salvación es, recibir a Cristo en ellos, y con eso serán capaces de llegar en unidad con el Padre, y dejarán de permanecer sujetos a los efectos del pecado y del mal. Bien, esta enseñanza es el verdadero fundamento de la salvación para los Cielos Celestiales, con tal que sea comprendido por los predicadores y la gente, cuál es el verdadero significado de "Cristo en ti". A menos que este significado sea comprendido, el hecho que el predicador o la gente cree que ellos tienen a Cristo en ellos, no dará los resultados, que ellos suponen o desean.

Muchos, y puedo decir, la mayoría de estos Cristianos confesos, tienen sus ideas de lo que significa esta expresión, en términos activos, que no están de acuerdo con el verdadero significado de esta condición del alma. Ellos creen, que todo lo necesario es creer en Jesús como su salvador por su sacrificio y muerte, que creyendo así, ellos tienen a Cristo dentro de ellos, y que no se requiere nada más. Ellos no tienen ninguna noción de la distinción entre Jesús el hombre, y Cristo el Espíritu de la Verdad, o más correctamente, el Espíritu que manifiesta la existencia del Amor Divino en el alma.

Cristo no es un hombre en el sentido, que él es Jesús, el hijo del Padre, sino Cristo es esta parte de Jesús, o más bien la Cualidad, que vino a él después de recibir la plenitud del Amor Divino en su alma, y ser transformado en la Esencia misma del Padre en Su Amor. Así Cristo no es un hombre, sino es la manifestación de este Amor, que Jesús acogió, y se convirtió en parte de su existencia misma. Y cuando los hombres usan la expresión, "tener Cristo dentro de sí," si ellos pudiesen comprender correctamente el verdadero significado de la misma, ellos supieran que ella (la expresión) significa sólo que el Amor Divino del Padre está en sus almas.

El uso indiscriminado de las palabras "Jesús" y "Cristo" es la causa de muchos malentendidos entre estos Cristianos en cuanto a una cantidad de las expresiones en la Biblia.

Jesús se hizo Cristo sólo, porque él fue el primero, quien recibiera este Amor Divino en su alma, y manifestara Su existencia. Y este Principio de Cristo es uno que todos los hombres pueden tener, con el resultado que se convertirán en uno solo con el Padre en Su substancia de Amor e Inmortalidad.

Sería imposible para Jesús, el hombre, entrar o convertirse en parte de algún mortal; y sería igualmente imposible para Cristo, como el hombre Jesús - aun cuando perfecto y libre de pecado - convertirse en una parte de nadie.

No, el significado de tener a Cristo dentro de ti es, tener este Amor del Padre en tu alma, Amor que puedes sólo obtener por la mediación del Espíritu Santo como el instrumento del Padre para conferir este Amor al alma.

Para muchos, quienes oyen las exhortaciones del predicador en este particular, la expresión es simplemente un misterio, que ellos sólo aceptan intelectualmente, sintiendo por esta aceptación, que poseen a Cristo - tal misterio es su única evidencia de la Verdad del Amor del Padre.

Buenas noches,

Tu amigo y hermano,

Jesús






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¿Cuál es la cosa más grande en todo el mundo?



Yo estoy aquí, Salomón del Antiguo Testamento

Vengo sólo para decir que me gustaría escribirte muy pronto otro mensaje, transmitiendo una gran verdad del Padre. No escribiré más ahora, pero vendré pronto.

(¿Cuál es la cosa más grande en todo el mundo?)

La oración y la fe por parte de los mortales, y el Amor - el Amor Divino - por parte de Dios. El último está esperando, y lo primero causa, que El entre en las almas de los hombres.

Ninguna otra verdad es tan grande y de suma importancia para los hombres.

Deja que lo que te digo penetre en las profundidades de tu memoria, y haz la prueba. Yo sé, que tú sí lo intentas; pero intenta, y vuelve a intentar, y jamás cesa de intentar. El Amor vendrá a ti, y con El, la fe... y entonces el conocimiento... y entonces la posesión.

Podría escribir mucho más todavía; pero no debo, porque estás cansado.

Así con mi amor y mis bendiciones, diré buenas noches, y que el Amor del Padre te colme.

Tu hermano en Cristo,

Salomón






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Todos los pecados y errores serán erradicados con el tiempo de las almas de los hombres



Yo estoy aquí, John Garner

Yo estoy aquí para decirte que Dios es Amor, y que toda la humanidad son Sus hijos y el objeto de Su bondad y cuidado. Incluso el más vil de los pecadores no está más allá de los límites de Su cuidado y amor. Él es no un Dios, quien necesita reconciliación o sacrificio, sino más bien llama a todos Sus hijos para que vengan hacia Él y participen libremente en el gran banquete de amor, que Él ha preparado para ellos, y para disfrutar de la felicidad, que Su presencia da.

Así mi amigo, no pienses por un momento, que las puertas de Misericordia, o la entrada en las delicias de Su Hogar Celestial, están cerradas por la muerte del cuerpo. Porque yo te cuento, que la muerte del cuerpo es solo la entrada en una vida superior, con más oportunidades. Pero a pesar de lo que te diga, el alma que busca conseguir este Amor mientras está en la tierra, tiene una gran ventaja de tiempo sobre aquella, que espera hasta que su espíritu abandone el cuerpo antes de buscar el Amor del Padre. El mejor tiempo para los mortales para aspirar a obtener este Gran Don es Ahora, ¡y ningún tiempo es tan propicio! El Amor de Dios es para el mortal, incluso si él tiene pasiones y apetitos, a los que la carne le subyuga. Y cuando un mortal lucha contra las tentaciones, que estas cargas le imponen, y las supera, entonces cuando él entra en el mundo de los espíritus, él será más fuerte y más capaz para progresar, que cuando él pospone el gran intento hasta que él se transforme en puro espíritu. Es cierto que no existe una condición como el fin de la prueba, cuando el mortal entra en el mundo de los espíritus, pero la prueba en la tierra es el tiempo aceptado para buscar el Gran Premio.

Yo sé que escribo como algunos de tus predicadores en las reuniones de campamento, no obstante, lo que te digo, es una verdad; y feliz es el mortal, quien se da cuenta de este hecho y actúa de acuerdo con ello.

Jesús obra entre los mortales ahora, igual que cuando estuvo en la tierra; y aunque ellos no pueden ver su forma física u oír su voz de amor en tonos de bendición y súplica, se siente la influencia de su amor, y la persuasión de su voz espiritual es escuchada en los corazones de los hombres.

Él es aún el salvador de los hombres, como él fue en la tierra, y su misión no terminará hasta el cierre del Reino Celestial.

También se decretó, que el pecado y el error serán erradicados de la tierra y del mundo de los espíritus. Y el hombre será el triunfador y conquistador sobre el pecado y todo que tienda a pervertirle de lo que es bueno y justo. Los hombres, que tienen sólo su amor natural, serán liberados de toda disonancia, y vivirán como hermanos y amigos en paz y felicidad. Y los espíritus, quienes tienen el Amor Divino se convertirán en los ángeles de Dios y vivirán por siempre en la dicha de los Cielos Celestiales.

Así, exhorto a todos los hombres para que busquen el Amor Divino del Padre, y vivan en Su Presencia por siempre.

Tengo que terminar ahora. Pero antes de irme, déjame decirte que yo trabajo con el Maestro en la gran causa de animar a los hombres, para que busquen este Amor para llevarles a ser uno solo con el Padre.

Así, como tu hermano en Cristo, diré buenas noches.

John Garner.

P.S. Yo fui un predicador Cristiano de Inglaterra en el tiempo de la Reforma.






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El gran Maestro del mundo será el Maestro mismo, viniendo otra vez a la tierra en forma de sus Divinas Revelaciones



Yo estoy aquí, George Whitefield

Estuve contigo esta noche en la reunión de oración y escuché lo que el predicador dijo, y estuve interesado particularmente en sus ideas acerca de la venida del gran maestro del mundo. Yo vi que su idea de lo que constituía la grandeza en esta característica, surgió de su estima de la grandeza humana.

El maestro no será un gran predicador o un espécimen magnífico de desarrollo físico, o un hombre con una maravillosa voz, sino un hombre, quien puede revelar al mundo las Verdades del Padre con respecto a la relación del hombre con el Padre, y el Plan suministrado para la redención y reconciliación del hombre con el Padre.

Es un hecho, y yo sé lo que escribo, que la regeneración del alma humana es causada más por las meditaciones quietas de los mortales sobre las Verdades del Padre, y por ansias silenciosas del alma, que por las emociones, que surgen de los sermones fervorosos y persuasivos de los predicadores y evangelistas. Estos últimos pueden despertar a las almas muertas para una realización de la necesidad de una reconciliación con Dios, pero estas emociones no llevan tan a menudo al alma en relación, o unísono con el Padre, como las meditaciones silenciosas, de las que te hablo. Las ansias y aspiraciones verdaderas del alma por este Amor del Padre son imprescindibles. Y en esos casos, estas ansias no nacen de las emociones producidas, como mencioné, y especialmente donde las emociones son los resultados del miedo creado, porque se pintó a un Dios austero y vengativo. No, en el silencio de su cuarto en el hogar, donde el mortal está solo con Dios, de hecho, y él deja, que sus ansias vayan al Padre por el otorgamiento de Su Amor, a causa del amor, que él siente por el Padre; eso es donde y cuando este Amor Divino viene a él en respuesta y como un Poder regenerador.

Sólo el mortal y Dios necesitan estar solos. La excitación, o el magnetismo, que el predicador puede dar al mortal, no crea las verdaderas ansias o aspiraciones. Y si el predicador supone, que el gran profesor del mundo tiene que ser un hombre con este gran magnetismo personal, o con una voz que haga los sentimientos del mortal vibrar de emoción o excitación, entonces está equivocado.

Cuando Jesús estuvo en la tierra, él (así me lo contaron) jamás intentó crear emoción o excitación de esta manera; sino sus enseñanzas fueron como la voz baja, susurrante que entra en el alma y la atrae a una contemplación del Amor del Padre con todos los poder de las ansias de un alma, con hambre y anhelo.

Así digo, la concepción del predicador de este profesor no fue correcta. Y además, es cierto que habrá una revelación de la verdad, pero no habrá un profesor del mundo, sino sólo un revelador de las Verdades que serán dadas a conocer. El Maestro, mismo, será el gran profesor, quien vendrá otra vez a tierra en forma de sus revelaciones.

Ojalá pudiese yo venir y proclamar estas Verdades, pero no puedo. Sólo por medio de un humano, mis pensamientos pueden ser proclamados. Y ellos no serán mis pensamientos, tampoco serán los pensamientos de los mortales; porque lo que trato de inculcar en las mentes y la conciencia de los hombres, serán sólo aquellas Verdades, que aprendí de la misma fuente, de donde vendrán las revelaciones.

Por supuesto, estas Verdades tendrán que ser predicadas y enseñadas a los hombres. Esto no hará algún gran profesor, sino muchos predicadores, quienes aprenderán la Verdad de lo que el Maestro revelará. Y ningún hombre, pro sí mismo, podrá proclamar siendo este gran profesor. Los más grandes serán aquellos, quienes tendrán más del Amor Divino en sus almas, y el más grande conocimiento de las verdades.

También escuché al predicador diciendo, que él creería en cualquier verdad confirmada por milagros, como fueron realizados en el tiempo de Jesús - curaciones instantáneas, etc. Bien, no necesitas estar sorprendido por esta demostración, porque seguramente tendrá lugar. Cuando un hombre recibe una cantidad suficiente del Amor Divino en su alma, con El vendrá un poder y conocimiento de las leyes rigiendo la relación del espíritu con el organismo material a este hombre, que le capacitará a realizar estas acciones, llamadas milagros. Y además, habrá algunos, quienes tendrán este poder y lo en confirmación de las verdades que estás recibiendo.

Los espíritus, quienes ahora trabajan para informar y convencer al hombre de estas verdades, han determinado, que los llamados "milagros" tendrán lugar en confirmación de la Nueva Revelación. El Maestro es el líder de este movimiento, y él no descansará de realizar esta gran demostración; o más bien, él no descansará de trabajar por este fin. Y él no faltará, si los agentes humanos siguen sus consejos.

Bien, no debo escribir más esta noche. Pero como estoy interesado en este gran trabajo, y vi, que la concepción del predicador de este gran profesor del mundo era incorrecta, me pareció sabio escribirte como lo he hecho. Lo que yo he escrito no es el resultado de mi creencia individual o opinión, sino el resultado de lo que estos altos espíritus han determinado, que sucederá. Y respaldando todo esto, está la Voluntad y Ayuda del Padre. Porque en Su Amor y Misericordia, Él desea ver, que todos los hombres se conviertan en Sus hijos verdaderos, y redimidos de los pecados y males de su presente condición humana.

Así, con mi Amor, y como un colaborador, diré buenas noches y me suscribo,

Tu hermano en Cristo,

George Whitefield

(Predicador de Inglaterra en el tiempo de John Wesley - ed.)






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Helen Padgett comenta sobre el mensaje de George Whitefield



Yo estoy aquí, Tu verdadera y amorosa Helen

Bien querido, Veo que tú has tenido una noche muy feliz, y no es de extrañarse, porque muchos espíritus estaban presentes llenos del Amor del Padre y lanzando su influencia alrededor de ti.

Whitefield también te escribió, y él tomó muy en serio lo que él escribió. Lo que él dijo es verdad, y puedes confiar plenamente en la verdad de que él te escribió.

Como él dijo, todos decimos: El único gran profesor del mundo será el Maestro. Y sus enseñanzas se efectuarán por los mensajes que tú recibes. Será una gran responsabilidad diseminar estas verdades, para así dar a conocer al mundo no solo la verdad sino también la identidad del gran Maestro. No es razonable, que los hombres crean, que algún hombre pueda quizás ser tal profesor como el predicador se refirió, porque sólo él quien tiene la Verdad puede enseñar la misma. Y ningún hombre en todo el mundo tiene esta verdad, y no la tendrá, a menos que él aprenda la misma de las revelaciones del Maestro.

Yo sé que es difícil para ti, creer que eso puede suceder. Pero esto no es el milagro, como tú lo llamas, sino el milagro es la Transformación del alma humana en el alma Divina, lo que es el resultado del poder del Espíritu Santo en Sus mediaciones. No, el milagro - el gran milagro - es el cambio de lo humano en lo Divino.

Buenas noches, mi querido esposo.

Tu verdadera y amorosa

Helen






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El Amor Divino del Padre no solo convertirá al hombre en un habitante del Reino del Padre, sino también realizará la gran hermandad del hombre en la tierra



Yo estoy aquí, Jesús

El Amor Divino jamás fue conferido al hombre como un Don perfecto y acabado, ni en el momento de su creación, ni desde mi venida a la tierra, sino como un Don, que está esperando esfuerzos y aspiraciones del hombre mismo para conseguirlo. Sin sus esfuerzos, nunca puede convertirse en lo suyo, aunque siempre está cerca de él, y está esperando para responder a su llamada.

Hay que comprender, que el Amor Divino del Padre es un amor de un carácter totalmente diferente de aquel, que el Padre otorgó al hombre en el momento de su creación, y que el hombre ha poseído en un estado de más o menos pureza siempre desde entonces.

Cuando el hombre comprende lo que es este Amor, y que tiene que buscarlo, y cuál es Su efecto en el alma del hombre, entonces será muy importante, que el hombre haga de la obtención de El, el gran objetivo de sus aspiraciones y deseos. Porque cuando él lo posee en tal magnitud, le hace uno solo con el Padre, y él deja de ser solo un hombre y llega a ser de una naturaleza del alma, que le convierte en Divino. Entonces él incorpora muchas cualidades del Padre, la principal de ellas es, por supuesto, el Amor. Y Este también le lleva a darse cuenta del hecho de su Inmortalidad.

La bondad moral, o la posesión del amor natural incluso en su más alto grado, no conferirá al hombre esta Divina Naturaleza, que yo mencioné, ni buenas acciones, misericordia, o amabilidad, por sí mismas, conducirán a los hombres a la posesión de este Amor. Pero la posesión de este Amor, en verdad y en efecto, conducirá a misericordia y buenos hechos y amabilidad, nunca egoístas, y a una hermandad de los hombres en la tierra, a la que el amor natural no puede conducir jamás o originar su existencia.

Yo sé que los hombres predican acerca de la Paternidad de Dios y la hermandad del hombre, y exhortan a los hombres, que traten de cultivar los pensamientos y hechos de amor, abnegación y misericordia de cierto modo, para realizar la unidad muy deseable de la vida y del buen propósito por parte de los hombres. Y a causa de este amor natural, ellos pueden lograr un gran trabajo, llevando a cabo esta hermandad. Sin embargo, la cadena, que les une, nunca puede ser más fuerte que el amor natural, que la forja, y cuando lleguen las sombras de la ambición y de los deseos materiales, la hermandad se debilitará mucho, o desaparecerá por completo. Y los hombres se darán cuenta, que su fundamento no fue construido en roca, sino más bien en arena inestable, que no pudo sostener la superestructura, cuando las tormentas surgiendo de la ambición y de los deseos de los hombres por el poder y la grandeza, y muchas otras cosas materiales, la sacudieron. Así digo, existe una necesidad grande por algo más que el amor natural del hombre, para ayudarle a formar una hermandad, que permanecerá estable y firme bajo todas las condiciones y entre todos los hombres.

Así, este amor natural, bajo las más favorables circunstancias (es decir, en el Jardín de Edén - ed.), resultó insuficiente para preservar la felicidad y libertad de pecado y error del hombre. Entonces, ¿que se puede esperar de el, cuando las circunstancias son tales, que este amor ha degenerado de su estado puro, y ha llegado a estar contaminado por todas las tendencias de los hombres, de hacer lo que constituye una violación, no solo de las Leyes de Dios, sino también de todo, lo que ayudaría a los hombres, de lo contrario, a realizar una verdadera hermandad?

Como he dicho hasta ahora en mis escritos, vendrá un tiempo, cuando este amor natural será restaurado a su estado original de pureza y libertad de pecado, y cuando esta hermandad podrá existir en un grado de perfección, que hará felices a todos los hombres. Sin embargo, esto es en un futuro muy lejano y no se notará en la tierra en absoluto, hasta que el Nuevo Nacimiento y los Nuevo Cielos aparezcan. Y mientras tanto, los sueños de los hombres con esta gran hermandad no se realizarán.

Yo sé que los hombres esperan que, algún tiempo en un lejano futuro, por medio de la educación y convenciones y predicaciones de la verdad moral, este sueño de una hermandad ideal será establecido en la tierra, y todas las almas llenas de odio y guerra y de la opresión del débil por el fuerte desaparecerán. Pero te digo que, si los hombres dependen solamente del amor natural y de todos los grandes sentimientos e impulsos, que pueden surgir de el para realizar esta condición tan deseada, ellos sufrirán desengaños, y perderán la fe en la bondad de los hombres. Y a veces, ocurrirá un retroceso, no solo en este amor, sino también en el comportamiento entre los hombres, y en el tratamiento entre las naciones.

Divagué algo de mi tema, pero lo pensé mejor para mostrar al hombre que su dependencia de sí mismo, la que es su dependencia de este amor natural, no es suficiente y adecuada para llevarle en una condición de felicidad, incluso en la tierra, y es por eso totalmente inadecuada para llevarle en el Reino del Cielo.

El Amor Divino, del que hablo es, por Sí Mismo, no solo capaz de hacer de un hombre un habitante del Reino del Padre, sino también es suficiente para facultarle a llevar a cabo y realizar, en todo el alcance de sus sueños, esa hermandad, incluso mientras esté en la tierra.

Este Amor del propio Ser del Padre es de una naturaleza inmutable, y en todos los lugares y bajo todas las condiciones origina los mismos resultados, convirtiendo las almas de los hombres en la tierra, así como de los espíritus en el mundo de los espíritus, no solo en la imagen sino también en la Substancia de la Divina Naturaleza. Uno puede poseerlo en un menor o mayor grado, eso depende del hombre mismo; y este grado de posesión determina la condición del alma y su cercanía del Reino del Padre, igualmente si el alma esté en la carne o en el espíritu.

El Hombre no necesita esperar, hasta que se transforme en un espíritu para buscar y conseguir este Amor. Porque el alma en la tierra es la misma alma, cuando está en el mundo de los espíritus, y su capacidad de recibir este Amor tanto en un lugar como en el otro. Por supuesto, en la tierra, hay muchas circunstancias, ambientes y limitaciones sobre el hombre, que impiden la operación libre del alma, en la manera de aspiraciones y fe, limitaciones que no existen después de que el hombre llegue a ser un habitante del mundo de los espíritus. No obstante, y a pesar de todos estos reveses y obstáculos de la vida terrenal, el alma del hombre puede recibir este Amor Divino sin limitaciones, y en una abundancia que le transformará en una Nueva Criatura, como dicen las escrituras.

La posesión de este Amor Divino también significa la ausencia de aquellos deseos y ansias del llamado hombre natural, que producen egoísmo y descortesía y otras cualidades, originando el pecado y el error, e impidiendo la existencia de esta hermandad verdadera, que los hombres con tanta sinceridad desean, como el precursor de paz y buena voluntad. Y mientras más de este Amor Divino entre en el alma del hombre, menos malas tendencias y deseos existen, y más de la Naturaleza y de las Cualidades Divinas.

El Padre es todo Bondad, Amor, Verdad, Perdón y Cariño, y las almas de los hombres llegarán a poseer estas cualidades, cuando reciban y obtengan el Amor Divino. Cuando el hombre es sincero y fiel, y posee estas cualidades, ellas jamás le abandonan o cambian. Y cuando esta hermandad se funde en ellas, estará construida sobre roca, y continuará viviendo y llegará a ser más pura y más firme en su efecto de unión. Y en los resultados grandes, que fluirán de ella, estará la Divina Naturaleza del Padre como su piedra angular, la que es inmutable y nunca cambia, y jamás desengaña.

Una hermandad creada y unida así es, como digo, la única hermandad verdadera, que preparará al hombre algo así como el cielo en la tierra, y abolirá las guerras, el odio, la discordia, el egoísmo y el principio de lo mío y lo tuyo. Lo mío será cambiado por lo nuestro, y todos los hombres serán verdaderamente hermanos, sin consideración de raza o secta o capacidad intelectual. Todos serán reconocidos como los hijos del Único Padre.

Así será el efecto de la existencia de este Amor en las almas de los hombres en la tierra; y cuando las almas abandonen su envoltura de carne, ellas encontrarán sus casas en el Reino de Dios, formarán parte de la Divinidad del Padre, y participarán en Su Inmortalidad. Pero sólo este Amor Divino calificará a las almas de los hombres para este Reino, porque todas las cosas participan de esta Divina Naturaleza en este Reino, y nada que no tenga esta Cualidad puede jamás entrar en el.

Así los hombres tienen que comprender, que ninguna creencia, o ceremonia de iglesia, o bautismo, o cualquiera de estas cosas es suficiente para calificar a un alma para convertirse en un habitante de este Reino. Los hombres pueden engañarse con sus creencias, y de hecho lo hacen, que algo menos que, o diferente a este Amor Divino puede asegurarles una entrada en el Reino.

Las creencias pueden ayudar a los hombres a buscar y aspirar la posesión de este Amor; pero a menos que y hasta que este Amor Divino esté realmente en la posesión de las almas de los hombres, ellos no pueden llegar a ser participantes en la Divina Naturaleza, y disfrutar de la felicidad y de la paz del Reino del Padre.

Cuando el Camino para obtener este Amor es tan fácil, y la alegría de Su posesión es tanta, es sorprendente que los hombres estén contentos con formalismos vanos, y la complacencia y el engaño de la adoración de labios para afuera y de las creencias intelectuales.

Como he dicho, este Amor está esperando a cada hombre, para que lo posea, quien lo busque sinceramente con la aspiración verdadera del alma. No forma parte del hombre, sino rodea y envuelve a cada hombre. Al mismo tiempo, no forma parte de él, a menos que sus ansias y oraciones hayan abierto su alma, así que pueda fluir adentro y llenarle con Su Presencia.

Al hombre, jamás se le obliga recibirlo, como jamás se le obliga hacer otras cosas contra su voluntad. Pero como en el último caso, cuando él se rehusa de permitir, que el Amor Divino fluya en su alma, en ejercicio del mismo albedrío, él tiene que sufrir las consecuencias de la total y absoluta falta de cualquier posibilidad de ser un habitante del Reino de Dios, o Reino Celestial, y de cualquier conciencia del hecho de su Inmortalidad.

Que los hombres dirijan sus pensamientos y aspiraciones hacia Dios, y en verdad, sinceramente y con fe, recen al Padre por el influjo de Su Amor Divino en sus almas, y ellos siempre encontrarán, que el Padre conferirá Su Amor a ellos de acuerdo con la magnitud de sus aspiraciones y ansias. Estas ansias son instrumentos para abrir sus almas al trabajo del Espíritu Santo, quien, como he escrito antes, es el mensajero de Dios para transportar Su Amor Divino de Su fuente principal de Amor a las almas de los hombres, quienes rezan mucho y aspiran.

De ninguna otra manera puede el hombre poseer el Amor Divino. Siempre es un asunto individual entre este hombre en particular y el Padre. Ningún otro hombre o asociación de hombres o iglesia o espíritus o ángeles pueden asumir el trabajo del individuo. En cuanto a él, su alma es lo único involucrado. Y sólo sus aspiraciones y sus oraciones y su voluntad pueden abrir su alma al influjo de este Amor, que le convierte en parte de Su propia Divinidad.

Por supuesto, las oraciones y los pensamientos amables y las influencias cariñosas de buenos hombres y Divinos espíritus y ángeles pueden ayudar, y realmente ayudan, a las almas de los hombres, para que se dirijan hacia el Amor de Dios, y hacia el progreso en Su posesión. Pero la pregunta: "¿Llegará un hombre a ser dueño de este Amor o no?" depende del hombre.

Así mi querido hermano, diré con todo mi amor y mis bendiciones, buenas noches.

Tu hermano y amigo,

Jesús

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