lunes, 4 de octubre de 2010

Patricia Cori. Emisarios del Sumo Consejo de Sirio desde 1997.








El Maestro Codificado


Maestro Codificado, aún imperceptible para la mayor parte de vuestro mundo, entra en la mente de las masas sólo cuando un número suficiente de vosotros os hayáis depurado como para poder mantener su patrón vibratorio en vuestra frecuencia, lo que podemos decir que empieza a suceder en vuestro año terrestre de 2010.



No se trata del «Mesías», ni tampoco tenemos la intención de presentarla como vuestro salvador, así que os pedimos que no entreguéis vuestro poder a esa posibilidad, pues ello significaría que habéis tergiversado por completo nuestro mensaje. Aquellos de vosotros que iniciasteis la tarea de depurar vuestro campo y os estáis liberando del miedo, habéis entendido que os encamináis en la dirección correcta, que os guía vuestra conciencia más elevada y que no hay nada externo que pueda hacerlo por vosotros.


Vuestra concentración mental y la pureza de vuestra intención os guiarán por el desierto del invierno gaiano; vuestros sentimientos de comunidad y vuestro sentido de la totalidad permitirán que el planeta se sostenga durante la noche sin estrellas. Cede el paso al saber interior (vuestra fortaleza y sentido de propósito), con el cual cada uno de vosotros mantiene su propia frecuencia, mientras asumís la responsabilidad de todos los pensamientos que enviáis en las ondas, así como de cada una de vuestras obras, actos y palabras.


Los trabajadores físicamente presentes están ahora a vuestra disposición para asistiros en el cambio y la depuración de las energías, y los verdaderos maestros están transmitiendo el mensaje.



¿Habéis sentido las ondas centelleantes de luz que pasan por vosotros?



Sin duda, estáis sorprendidos de la aceleración que se está experimentando en muchos niveles, pues vuestra familia de cuerpos celestes no había conocido nunca una intensidad vibratoria semejante y, a su vez, todos los planetas de vuestro sistema solar han iniciado su metamorfosis. Todo está interrelacionado; cada criatura viva de vuestra Deidad Solar lo experimenta todo, desde los confines más lejanos de las órbitas exteriores hasta las esferas más recónditas del ser, y también allí, en la explosiva masa de la estrella gaseosa: vuestro Sol central.


Actualmente, están pasando a primer plano nuevos pensadores revolucionarios en los campos de la astronomía y la astrología, quienes tendrán la lucidez necesaria para cartografiar las nuevas rutas, pues dentro de poco las relaciones de los cuerpos celestes asumirán proporciones alteradas, a medida que los planetas inicien sus agudos estados de transmutación, y los viejos paradigmas pierdan su vigencia. Los arquetipos se están transformando en entidades más complejas, y están surgiendo nuevos cuerpos de la oscuridad de lo inexplorado.



A medida que vuestro Sol empieza su colapso, todo es atraído hacia dentro, y lo que aún no ha sido descubierto saldrá a la luz y luego viajará por el vórtice junto con vosotros.


Hay líderes nuevos, iconos fuertes en quienes podéis depositar vuestra confianza; ellos os guiarán a través de los cataclismos de las realidades que se desmoronan y os llevarán a la calma. Hay madres y grupos de curación para nutrir y restituir las energías; hay visionarios e instrumentos dotados que traen la sabiduría. Otros se desempeñarán como guardianes de los registros y serán quienes lleven los códigos genéticos a la próxima dimensión.



Están los Guardianes de la Tierra, quienes mantendrán la vibración de Gaia y facilitarán vuestra activación cuando vayáis a los sitios. Pero no os engañéis con imaginaciones de un gran salvador, pues ésa es simplemente una alegoría mítica. Como seres de luz, os congregaréis, y en los círculos sagrados de vuestra unión encontraréis protección y un refugio seguro en vuestro amor por Gaia y por todo lo que palpita con el latido del corazón del universo.


Cuando en las páginas precedentes os presentamos al Maestro Codificado como aquel cuya misión es ayudar a guiaros de regreso a la luz, no fue nuestra intención dar a entender que se trata de un ser físico, aunque hay muchos a quienes les encantaría reclamar el título. Por este motivo, sólo nos referiremos a Ella de esa manera cuando sea necesario para cumplir con nuestro propósito en estas transmisiones, el cual consiste en iniciar la percepción de su presencia en esta difícil fase de vuestra evolución planetaria, y transmitir dicha conciencia a tantos seres humanos como sea posible para que podáis recibirla en vuestros corazones y aceptarla en la mente colectiva.


Cuando hablamos del Maestro Codificado, nos referimos a un Maestro Ascendido que ha prestado sus servicios en muchos intervalos de conciencia del Ser Universal. Ella llega a vuestro reino como una especie de «partera» galáctica, cuya misión es ayudar en el renacimiento de vuestra Deidad Solar. Ya ha descendido desde más allá de la galaxia de Andrómeda, la décima dimensión, en preparación para lo que se requerirá de su parte: la tarea monumental de establecer los puntos de anclaje de los cuerpos celestes de vuestra Deidad Solar.



Esto exige poderes mentales conscientes tan ajenos a nuestras capacidades, que nos sentimos un tanto sobrecogidos ante su magnitud, pues estamos hablando de una entidad cuya influencia afecta el curso de todo un sistema solar, a medida que éste pasa de un contexto dimensional a otro.

Esta es una misión inimaginable, aun desde nuestra perspectiva, de modo que es inútil que tratemos de describirla en este punto de nuestro desarrollo común. Os podemos decir, no obstante, que Ella viene con el fin de abrir los portales de todos los cuerpos celestes en vuestro sistema solar y para establecer el enlace gravitatorio interplanetario necesario para el viaje por el gran vórtice de los cordones astrales del Ser Universal.



Esto sucederá cuando las alineaciones galácticas y las conjunciones planetarias correspondientes coincidan con las coordenadas mayas. Ello involucra universos paralelos, seres celestes multidimensionales, y vuestra amada familia solar de planetas, lunas y asteroides, todos los cuales habrán llegado a la posición óptima en el punto de proyección maya del 21 de diciembre de 2012.


En cuanto al descenso del Maestro Codificado, no deseamos insinuar que asume forma humana o que se cristaliza como materia; en verdad, una esencia vibratoria de semejante intensidad no puede condensarse en un cuerpo físico. Solamente, digamos, que sería como tratar de mantener un litro de uranio puro en una botella de plástico. Su esencia ya impregna vuestra atmósfera y está concentrada especialmente sobre los vórtices, pues es desde la Tierra que coordinará el enlace planetario.


Dado que no experimentaréis al Maestro Codificado como una deidad física, os aconsejamos que no os fiéis de quienes alegarán ser testigos de su imagen en las formas abstractas de las nubes y los árboles. Ella está más allá de la forma, un ser de una magnitud vibratoria tan monumental que no puede haber una referencia visual específica o una palabra que la describa.



Ella es esencia, una conciencia de la más pura intensidad en el desempeño de una misión: prestar asistencia en el renacimiento de una Deidad.


Algunos de vosotros habéis empezado a conectaros con Ella en el nivel de la energía primaria, el primero de una serie de etapas de comunicación de creciente intensidad que pueden alcanzarse mediante un proceso gradual de alineaciones, pues tal es la inmensidad de su luz. La presencia llega hasta vuestra conciencia como un brillo extremadamente intenso, una iridiscencia radiante inexistente en vuestro actual espectro de la luz, pero tened la certeza de que cuando pase por vosotros lo reconoceréis.


Muchos más se harán conscientes de su presencia a comienzos del nuevo milenio, y será ese propio brillo lo que despertará vuestra conciencia, una señal de que habréis llegado al Nivel Uno de aclimatación. Se trata de un color que percibiréis profundamente en vuestro interior, el cual penetra con el fin de crear las alteraciones necesarias a nivel subatómico; tal como en otras circunstancias de vuestra evolución habéis absorbido frecuencias de otras dimensiones que os han puesto en resonancia. El resplandor del Maestro Codificado penetra hasta la estructura subatómica de todos los seres del planeta y más allá, por todo el cuerpo de vuestra Deidad Solar, el preludio eufórico de vuestra transición final al próximo nivel.


Si hoy, por medio de estas enseñanzas, tenéis conocimiento de esta entidad, entonces en este momento iniciáis vuestra percepción consciente de Ella, un paso preliminar para recibir los ajustes vibratorios, los cuales se iniciarán una vez que, simplemente, os permitáis considerar la posibilidad de tener a un ser semejante en vuestros pensamientos conscientes. Vuestra mente racional no aceptará esto de buena gana, pues aún es inconcebible para vosotros que pueda existir un ser de tal magnitud.



Estamos describiendo a un Maestro Ascendido que resuena como una Deidad, y sabemos lo extremadamente difícil que es para la cultura occidental, aún esclavizada por sus religiones de raza blanca y dominio masculino, aceptar a la Diosa.


Todos los seres se hacen más divinos en su proceso de ascensión por la espiral. Os pedimos que consideréis esta afirmación como un hecho en cuanto a lo espiritual. Así como transitáis el karma a medida que se manifiesta en vuestra vida física, de igual manera, como seres espirituales, evolucionáis y os convertís finalmente en esa incontenible vibración de luz de la luminaria: el alma evolucionada. Larga es la travesía hasta la iniciación; más larga aún hasta la maestría y más allá..., hasta la ascensión. Es el mismo sendero para todas las almas; el camino de regreso al Ser Supremo.



Toda la creación está en ese estado de movilidad ascendente de transformación y de regreso a la Fuente. El Maestro Codificado ha llegado a ese punto de fusión; sin embargo, primero tiene que consagrar este acto final como conciencia individual: su contribución a la Gran Obra de alquimia.



Éste es un proceso de curaciones y alineaciones gravitatorias que llevarán a vuestra Deidad Solar a través del túnel y, en la transición, el sistema solar entero se convierte en oro.


Trydjya, nuestro instrumento, en este momento está siendo preparada para el Nivel Tres de aclimatación, lo cual aumentará su sinergia con las reverberaciones de la energía del Maestro. Esto facilitará aún más su interacción con este Consejo y con seres de dimensiones aún más elevadas, quienes iniciarán su comunicación con la Tierra en un futuro muy cercano.



Esto forma parte del proceso continuo de armonización necesario para su futura labor como el instrumento de nuestra voz colectiva y oradora de los Días del Desierto. El Maestro Codificado viene para definir las alineaciones apropiadas que se requieren para garantizar que el tránsito se realice a salvo, restableciendo en el cuerpo de la Deidad Solar las frecuencias de sonido que ayudarán a mantener la cohesión de vuestro sistema solar, tal como los Seres Delfín han sostenido vuestros mares.



Ella tiene los códigos de todos los vórtices clave de cada cuerpo celeste en vuestro sistema solar, y su misión consta de tres partes: purificará los meridianos de energía de la Deidad Solar, establecerá el enlace gravitatorio correcto entre los campos de fuerza de todos los cuerpos y, en cierto sentido, dirigirá la orquesta de esta sinfonía final.


Entendemos que sin su intervención vuestro sistema solar se desintegraría, pues, a no ser que los cuerpos celestes hayan sido integrados dinámicamente, el efecto de sifón de ese paso magnético podría hacer que los planetas, lunas y grupos de asteroides se estrellen entre sí en una gran colisión galáctica, o lanzarlos a los cuadrantes más lejanos del espacio hiperdimensíonal. Otros, simplemente, podrían desaparecer en la zona gris «entre» dimensiones, la suerte más indeseable para todas las almas en transición.


La zona gris se puede comparar con la niebla más densa, una nebulosa impenetrable entre la vida y la muerte, donde el alma que no ha tenido resolución puede quedar atrapada entre la materia y el espíritu durante las fases de transición del proceso de la muerte. Tened la certeza de que no os gustaría estar en este lugar, ni como unidades individuales en vuestros propios ciclos de vida y muerte, ni como un cuerpo celeste en tránsito hacia su próxima dimensión. Es aquí donde residen los infames «grises», vuestro estereotipo de los villanos extraterrestres.



Desde estos turbios vapores se han escabullido a múltiples entornos del universo material, y su presencia perturba siempre la armonía de los seres tridimensionales. No pertenecen ni a lo físico ni a lo espiritual, y por eso ocasionan mucho miedo y molestias cuando aparecen en vuestra realidad. Como nota al margen, queremos enfatizar que éstos no son seres de luz, y que vuestro creciente encaprichamiento con ellos —libros, películas, figurillas, camisetas y demás parafernalia— los mantiene presentes en vuestra conciencia.



Eso es insensato, especialmente en este momento delicado, cuando hay tantas cosas en juego.


Sois mucho más perspicaces cuando centráis vuestras visiones creativas de seres de otros planetas en imágenes que proporcionan luz a vuestra aura, que cuando llenáis los espacios entre ellos y vosotros con ilusiones del mundo gris, pues sabemos que entendéis que el pensamiento puede manifestarse —y lo hace— cuando lo proyectáis en vuestro entorno. Y, creednos, ésta es una realidad que, sinceramente, es preferible que dejéis en paz.

El Maestro Codificado se convertirá en una fuerza predominante durante el año 2010, cuando el tiempo inicie la fase extrema de su curvatura antes de hacer un alto a partir del solsticio de invierno de 2012.



Os enfrentaréis a muchas incongruencias a medida que el tiempo lineal empiece a cerrarse a vuestro alrededor. Por más raros que ahora os parezcan los acontecimientos, no podéis imaginar lo que os aguarda una vez que lleguéis a ese punto de la rueda. Presenciaréis la reaparición de especies extintas, la manifestación de seres multidimensionales que atraviesan las capas, la repetición de sucesos específicos de vuestro pasado y veréis que las barreras de la realidad empiezan a abrirse de par en par.



Habrá una infinidad de imágenes conflictivas, toda suerte de contradicciones, y reinará la confusión en esta fase de la transformación, cuando seres de todas las procedencias se enfrenten a la disonancia de las realidades en proceso de fusionarse.


A medida que los efectos del cambio vibratorio intensifican vuestro cuerpo emocional, mental y físico, también se intensifican las condiciones geológicas de la Tierra. Con la aceleración del tiempo y las crecientes rasgaduras y roturas en la estructuración del espacio-tiempo, os veréis forzados a confrontar un sinnúmero de «no-realidades». Serán muchos los que buscarán frenéticamente las explicaciones lógicas y sencillamente «perderán la cabeza» (en vuestros términos); otros, que han venido acelerando su cuerpo de luz y cuya evolución los está sacando de la limitación, verán el desmoronamiento de las murallas del tiempo como una expansión que trasciende los límites de la tercera dimensión, y pasarán por todo ello situados en un punto de equilibrio.


Aquéllos capaces de entender y de resonar con la frecuencia del poderoso aumento vibratorio que se aproxima a vosotros con el Maestro Codificado, tenéis un don. Habéis depurado vuestro campo y ya os habéis enfrentado a los residuos de vuestro miedo, de tal forma que realmente deseáis que llegue el cambio y sabéis que será glorioso: el refinamiento de la polaridad, el fin del tiempo y la liberación de la ilusión.



Sus emanaciones serán una parte sumamente significativa de vuestra aceleración, una fuente de inspiración consciente, y estáis listos, emprendiendo el vuelo en alas de la expectativa.




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El Maestro Codificado se halla personificado en las efigies de la diosa egipcia Hator, donde se la representa con el disco solar entre sus cuernos, pues los egipcios sabían que Ella mantenía el equilibrio de Ra, vuestra Deidad Solar. Os recordamos que todo está escrito en el Akasha, todo está previsto en el no-tiempo, y muchos miembros de la clase sacerdotal de Egipto eran videntes de talento y contaban con la guía de seres estelares de las Pléyades y Sirio, quienes se encontraban entre ellos.


Al igual que Sotis —Sirio, la Estrella Perro—, ella asciende simbólicamente en vuestro amanecer, tal como en los tiempos antiguos de Egipto, cuando la salida de Sotis en el horizonte del Este (antes del alba) anunciaba la crecida del río Nilo, lo cual proporcionaba fertilidad y vida a las áridas tierras del Valle de Egipto.



Lamentablemente, no se puede comparar el desbordamiento de las aguas del nuevo milenio con la inundación cíclica del Valle del Nilo, la gran arteria fluvial de Egipto, pues las aguas rugientes y los mares embravecidos que habéis empezado a experimentar en éstos, vuestros tiempos, señalan apenas el comienzo de la furia desatada de la naturaleza: la respuesta de Gaia ante el desequilibrio y la desarmonía que han ocasionado vuestro descuido e indiferencia.


Se os ha advertido y puesto en aviso, con respecto a los cambios de la Tierra que ya han empezado a manifestarse con furia en todo el globo, y no tenemos el propósito de castigaros constantemente con informes de las crisis que enfrenta vuestro planeta hoy en día. No podemos enfatizar lo suficiente; sin embargo, tenéis el poder de alterar los pronósticos actuales, aun cuando las profecías tiendan a negaros un resultado positivo.


No es demasiado tarde para que pongáis en marcha la resolución. Ésta es la jugada crucial; el momento del jaque mate lo tenéis frente a vosotros. No obstante, regresando a nuestra observación de «los ojos que no ven», nos preguntamos si vosotros, la raza, os movilizaréis a tiempo para ganar la partida, para revertir los efectos de vuestros errores y establecer un nuevo paradigma para la Tierra tetradimensional.


En su transición a una dimensión más elevada, Gaia verdaderamente pasa por una muerte planetaria natural, por cuanto ésa es la naturaleza de la transición. Si este concepto os parece inquietante, ello se debe a que aún os asusta la maravilla desconocida del viaje de salida del reino físico. Recordad, sin embargo, que conocéis la muerte, ya que la gran mayoría de vosotros habéis hecho la transición personal muchos cientos de veces anteriormente. Como lo hemos dicho reiteradamente, la información está contenida en vuestro material genético, enterrada en la memoria subconsciente.


La crisis ecológica actual de Gaia es un preludio antinatural de su transmutación, un síntoma de la alienación que separa a la humanidad de la naturaleza y la Tierra. Estáis exacerbando el proceso de su transición con vuestra destrucción indiscriminada de los ecosistemas, pero no tiene por qué ser así. Al igual que la experiencia humana de la muerte, puede darse una transición dulce y suave.



Vuestro propio karma y el planteamiento individual de la salud del cuerpo dictaminan si vuestra transición personal es como el soplo de un viento suave o una violenta tormenta. De igual forma sucede con Gaia, cuya enfermedad y malestar son el producto de vuestra conciencia colectiva. Así como todos habéis contribuido a su sufrimiento, de la misma forma podéis aunar vuestras fuerzas para sanarla en preparación para la etapa final de su transición.


Grandes facciones de vuestra población y la mayor parte de la clase dirigente, quienes aún niegan lo que sucede, se rehúsan categóricamente a aceptar que haya una crisis ecológica. Esto, según el humo que observamos elevarse por encima de los árboles de vuestros bosques tropicales agonizantes, así como los tentáculos del petróleo crudo que atraviesan vuestros océanos, hará que la transición sea una travesía muy dolorosa.



Observar a la Tierra desde nuestra posición estratégica es una experiencia aleccionadora, pues una vez el habitat de Gaia fue uno de los más espectaculares del universo, un paraíso y una belleza de connotaciones sin precedentes.



¡Y qué música!



Su wam le cantaba a los cielos, como las sirenas a Ulises, y muchos fueron los viajeros del espacio atraídos hacia la atmósfera de la Tierra en esos días de antaño de vuestra coexistencia armoniosa con las energías elementales. El hombre conocía su lugar entre los vivos y era humilde ante las fuerzas invisibles del universo, los dioses primordiales y los animales. Todo estaba en equilibrio y reinaba el amor; todo era armonioso en el Jardín del Edén.




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Hemos observado a vuestros líderes gubernamentales durante su trabajo en la Cumbre de Kyoto, donde se reunieron recientemente con el fin de debatir el calentamiento global, y en la cual resolvieron que para el año 2008 reducirían en un ocho por ciento las emisiones tóxicas: excesivamente poco, demasiado tarde.



Quien gana en esta perspectiva es la industria, Gaia pierde, y también vosotros.



Habéis visto los comienzos de la disolución de la Antártica (el último de los ecosistemas sin estropear). Cuando llegue el momento de que vuestros gobiernos cumplan con sus compromisos de poner en vigencia los inadecuados planes de reducción prometidos en 1998, muchas de vuestras ciudades y regiones costeras estarán bajo las aguas. La masa glaciar entera se habrá partido, formando grandes islas que se dirigirán hacia porciones de América del Sur y se derretirán en las aguas más templadas.

Sabed que no es simple profecía lo que decimos aquí. Ya está sucediendo; ya era una realidad que venía manifestándose desde 1998. En caso de que no os hayáis enterado de estas noticias «devastadoras para la Tierra» cuando aparecieron brevemente en vuestros medios de comunicación, sabed que una enorme isla de hielo se desprendió del polo e inició su migración hacia aguas más templadas en el extremo sur de Argentina.


Este suceso, por sí solo, será la causa de grandes inundaciones, pues se trata de toda una isla de hielo que se derrite lentamente en esas aguas, y hay otros glaciares y muros de hielo que se están desprendiendo constantemente. Podéis esperar una extensión del fenómeno de El Niño (ya no la excepción esporádica), el cual es el resultado directo del calentamiento global de la tierra, así como lo es el deshielo de la Antártica.



Ya están ocurriendo inundaciones de gigantescas proporciones en muchas áreas del mundo, pero hasta el momento no habéis conocido lo que es la verdadera furia. El aumento del nivel de las aguas, combinado con vuestra asfixia del suelo de Gaia bajo el cemento, serán la causa de una devastación inconcebible.


Se redefinirá una gran porción de vuestras costas actuales, en tanto que muchas ciudades y pueblos costeros, efectivamente, desaparecerán para siempre, tragados por el crecimiento de las mareas, el desborde de las aguas y los ríos embravecidos. Sin duda habéis empezado a presentir que muchos emigrarán hacia zonas más seguras en los próximos años, forzados a dejar sus hogares y comunidades en búsqueda de tierra seca y terreno más elevado.


Tenéis otro asunto apremiante, producto de la crisis de inundaciones, que ya se está experimentando en este momento. A medida que las aguas desbordadas de vuestros océanos y ríos arrasan vuestras tierras agrícolas y campos fértiles, destruyen gran parte de vuestras provisiones alimenticias y extienden el envenenamiento. Los desperdicios y escombros son barridos por las aguas embravecidas, y cuando éstas se retiran, encontráis que la tierra se halla saturada de la inmundicia de los desechos humanos y desperdicios tóxicos arrastrados por la inundación, lo cual contaminará el suelo durante muchos años en el futuro.


Gaia no puede esperar hasta 2008 para la exigua reducción de un ocho por ciento, ni tampoco vosotros, como seres que respiráis en el planeta. Vais a tener que congregaros y aunar fuerzas para persuadir a vuestros líderes mundiales y ordenarles que aborden el colapso ecológico de la Tierra con la mayor urgencia, pues si bien los titiriteros les ordenan que centren su atención en las relaciones internacionales, la carrera armamentista, la economía global y el avance de la tecnología, os decimos que actualmente no hay preocupación más apremiante para la humanidad que la del medio
ambiente.


La ecología tiene que pasar al primer plano de vuestra conciencia y convertirse en la preocupación primordial de todos los seres del planeta. Se puede ejercer presión en los gobiernos para que respondan, y aquellas industrias que insisten en sofocar la vida de Gaia se pueden supervisar y finalmente frenar. Vosotros sois los consumidores; controláis la industria a través de vuestro poder adquisitivo, pues el dios del dinero determina la plataforma de vuestras políticas globales.



Si lisa y llanamente rechazáis los productos que no se adhieren a estrictas leyes medioambientales y también repudiáis aquellos que crean enfermedades en vosotros (tales como los productos agrícolas irradiados que ahora están apareciendo en vuestros almacenes), el gobierno no tendrá más remedio que crear la legislación que vosotros, el pueblo, exigís.



En consecuencia, la industria se verá obligada a atenerse a los estándares y exigencias de la población o cerrar sus operaciones. Cualquiera de estas dos opciones es una solución positiva para el problema de la supremacía absoluta de la industria en la Tierra.


En cuanto a lo demás, tendréis que hacer sacrificios; tal vez os cause molestias y, ocasionalmente, gastéis más en productos inofensivos para el medio ambiente, pues la industria argumenta que poner en vigencia estándares ecológicos sencillamente no es rentable; sin embargo, podría serlo si vosotros, como pueblo, como el poder adquisitivo, optaseis por aquellos productos compatibles con el medio ambiente y dejarais los otros.

¿Entendéis el poder de vuestra unidad, y por qué os manipulan para que os separéis?

¿Dónde estáis, hijos e hijas de Gaia?

¿Estáis preparados para poner en acción vuestra voluntad, para uniros como una conciencia colectiva e ir al rescate de la Gran Madre Tierra?

Al aunar fuerzas con aquellos que tienen el valor de arriesgar su seguridad personal por el bien de la Tierra, podéis mover montañas.

¿Qué se ha hecho de vuestra capacidad de discernir lo que es justo para vuestro planeta? Debéis tener el valor de defender vuestras convicciones, de ir en contra de la corriente, de rendir homenaje a la Verdad.

¿Cuándo vais a insistir en las soluciones?

¿Cuándo pondréis la legislación en vigencia y haréis vuestra parte para sanar al planeta, mientras aún podéis efectuar el cambio?

¿Qué hay de los animales, las grandes aves y los peces?

¿Os dais cuenta de que están desapareciendo lentamente de la faz del planeta?

¿Qué tendrá que suceder para que abandonéis vuestra resignación e iniciéis la pelea, uniendo fuerzas para proteger y salvar a vuestra tierra, los mares y el mismo aire que respiráis?

Las autoridades, las principales voces encargadas de la toma de decisiones, siguen desoyendo vuestra voz, pues es demasiado suave, demasiado endeble. Os hacemos un llamamiento para que vayáis a impartir el conocimiento a las masas, de modo que, en cantidad abrumadora, subáis el volumen y los obliguéis a escucharos.



No basta con indignarse ante los crímenes que se cometen en contra de la Madre Tierra; tenéis que hacer un aporte a la comunidad para instigar el cambio. Vuestro frente unido es vitalidad, es la fuerza de acción, como también lo es vuestro compromiso individual de reducir el consumo, eliminar los desperdicios de manera cuidadosa y correcta, y conduciros conscientemente en todo aquello que contribuya a que Gaia recupere armoniosamente su equilibrio.
Nuestras advertencias pronto llegarán a su fin, pues será muy tarde y no habrá vuelta atrás si hacéis caso omiso del mensaje y no os ponéis decididamente en acción.



Ahora depende de vosotros; haceros cargo, por amor a vuestro planeta y a todo el esplendor de vida que ha conocido a lo largo de su historia inconmensurable. Y no olvidéis que seguiréis centrados en la Tierra en la nueva dimensión; eso quiere decir que la Tierra hace su travesía, y vosotros junto con ella, pues sois sus hijos.



De modo que si pensáis en un final feliz al estilo de Disneylandia, donde no importa lo que pase porque todo se rectifica en lo nuevo, recordad que el karma debe resolverse, y que los males de Gaia serán igualmente reales en la cuarta dimensión, si bien el proceso de ascensión habrá alterado su manifestación.


Habéis aprendido que sólo podéis liberaros mediante la resolución de vuestras deudas kármicas, y lo mismo es válido para vuestro planeta. Queremos daros tema para pensar en cuanto a lo que le esperaría a Gaia en la realidad tetradimensional si no ponéis manos a la obra de inmediato, pues estáis a punto de entrar en la etapa irreversible, cuando todo sea atraído hacia el interior del vórtice a una velocidad mayor que la de la luz.


El Maestro Codificado no tiene jurisdicción en materia de salud y equilibrio de los ecosistemas de la Tierra, dado que ésa es una responsabilidad kármica que tiene que resolverse por medio de vuestra conciencia de raza. Ésta está enlazada con la totalidad y, por lo tanto, constituye un aspecto de la función de curación del Maestro Codificado, pero no creáis que llega un salvador en último momento y libera al mundo de la calamidad, pues ésta es la conciencia de la víctima: la antítesis de lo que en este momento se requiere de vosotros.

Os podemos decir que Gaia es actualmente el cuerpo celeste más inestable de vuestro sistema solar, y se la considera el eslabón débil de la Deidad Solar por muchas razones. Paradójicamente, es también el más dinámico, pues el potencial de la conciencia humana es inmenso e inagotable y, según la lectura del Registro Akásico, nos consta que los seres de la Tierra son capaces de inimaginables obras de amor y compasión, especialmente en los momentos culminantes de una crisis. Después de todo, vuestra gran capacidad de sentir intensa emoción es un aspecto sumamente vital de vuestra condición humana, y os animamos a que conozcáis vuestro cuerpo emocional en toda su complejidad.


Nos fascina vuestra emotividad, pues cuando estáis llenos de amor sois capaces de sentir extrema alegría, placer y el éxtasis de la vida, y es un deleite para nosotros experimentar esas ondas arrolladuras que pasan por nuestros reinos. Estamos agradecidos con vosotros. Vuestras emociones, cuando las exalta el amor, son un aspecto extremadamente poderoso de vuestra humanidad, aquello que os lleva a la grandeza. Vuestro éxtasis se siente a lo largo y a lo ancho de los cielos.


Esta es una de las razones principales que explican por qué se ha puesto tanta atención en vosotros, por qué son tantos los ojos que están observando y por qué el Maestro Codificado ha decidido realizar su Gran Obra desde vuestro ámbito planetario.
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Se abren los archivos


Seguís buscando los Grandes Salones de Aprendizaje en un contexto tridimensional, y es por eso, en parte, que aún no habéis descubierto la cámara enterrada en el interior de la Esfinge de la Tierra. Tenéis la esperanza de abrir una puerta mágica y encontrar una biblioteca de volúmenes dorados que contienen todos los secretos de la creación. Se alza el telón..., y la humanidad recibe las enseñanzas: las respuestas a lo desconocido. Sabed que esta imagen es muy ajena a la realidad que os aguarda cuando se descubran los salones simbólicos, los que vosotros creéis escondidos en las arenas donde se yergue la Gran Esfinge de Giza.


Si bien estáis aprendiendo genética y la matriz del ADN, y habéis empezado a descodificar la sabiduría secreta contenida allí, no os habéis dado cuenta del enigma de su inmensidad.



Oídlo otra vez ahora: la biblioteca cósmica está codificada en vuestro ADN.

Como es arriba, es abajo.
La matriz original del macrocosmos
está enterrada en el microcosmos,
y todo es infinito.
De la semilla, el despliegue;
y del árbol la regeneración.

Tened en cuenta que vuestros dioses de la ciencia genética, apenas habiendo rozado la superficie, han reproducido la vida a partir de una matriz. Os han tomado el pelo con Dolly, la oveja clonada, pero tened la seguridad de que se hallan en curso trabajos mucho más intrincados de manipulación genética que, como sucedió en Atlántida, han creado muchas mutilaciones y mutaciones espantosas. Habéis contemplado el horror potencial de semejantes facultades en manos de aquéllos de intenciones oscuras.



Hitler sirvió a la humanidad como un estereotipo del ángel caído: una exhibición de los Anunnaki.


Dado el modo en que se desenvuelven las cosas en la polaridad de la realidad de la Tierra, no cuesta mucho imaginar por qué los secretos se han ocultado precisamente donde menos se os ocurriría mirar: en el interior de vuestras propias paredes. Es un lugar, por demás obvio, para enterrar un código: vuestro ADN, el arquitecto y receptáculo inteligente del conocimiento, que reside dentro de vosotros tan infinitamente como vosotros lo creéis afuera. Ni siquiera las palabras de los Maestros iluminados —Buda y el Cristo— fueron suficientes para mostrar el camino, pues no podíais concebir vuestra propia divinidad.



Fuisteis aleccionados para buscar vuestros milagros fuera de vosotros, en los dioses; siempre con el sueño de encontrar la olla de oro. ¿Os dais cuenta de que, según el mito, el «oro» está al final de un arco iris? Considerad el espectro de vuestra luz, vuestro sistema de chakras, y habréis encontrado otra llave para abrir el arca del tesoro.


¿Y qué hay de la gran cámara debajo de la efigie siriana, la Esfinge, el guardián de Giza?



Allí se encuentra el catalizador vibratorio necesario para recuperar los diez filamentos del ADN que los Anunnaki os quitaron cuando pusieron la red electromagnética alrededor del planeta. Ese catalizador ha de accionarse dentro de poco, y la alquimia comenzará una vez que el secreto sea revelado. No obstante, esta llave girará únicamente cuando un número suficiente de vosotros llegue al nivel de conciencia requerido para reintegrar el tercer filamento del ADN.


Una vez que entendáis cómo opera esto en los planos holográficos, desaparecerá vuestro deseo de penetrar físicamente en la esquiva cámara. En verdad, en vuestra apasionada búsqueda por resolver los misterios, cuidaos de no entrar en ese vórtice de ninguna manera, por cuanto sólo el Maestro Codificado será capaz de liberar las claves de los archivos; y tenéis que superar muchos obstáculos antes de que Ella1 pueda mostraros el pasaje.



1 Se refiere al Maestro Codificado-

La enigmática Esfinge también se encuentra en el planeta Marte, en la región de Cydonia de ese planeta, y dado que refleja simbólicamente la escultura de la Tierra, ya estáis explorando la conexión existente y reconociendo el sincronismo de la aparición de la escultura marciana en este momento de vuestro despertar. Lo que aún os falta por descubrir es que debajo de la esfinge marciana existe un portal multidimensional cuya función es salvaguardar la activación de la cámara de Giza; y el Maestro Codificado enlazará el tercer elemento de la triangulación con estos dos vórtices.



Ella ya ha recibido los códigos de entrada y está siendo preparada para la Gran Apertura. Se está alistando para ayudar a encaminaros de regreso a la luz y, con la guía de los emisarios de luz de los reinos más elevados, ha estado preparándose activamente para cumplir con ese propósito durante muchos miles de años terrestres. En estos momentos, a medida que vuestro sistema solar entra en esta fase dinámica de su transmutación, ella activará las claves de Sirio de la ascensión universal.


Mientras os mostramos el nivel de interpretación que creemos que tenéis que contemplar en relación con las cámaras y construcciones situadas debajo de la meseta de Giza, en Egipto, y en la región de Cydonia, en Marte, os pedimos que tengáis presente la sabiduría esotérica del axioma «como es arriba, es abajo».

Debido a vuestros orígenes estelares y a vuestro anhelo subconsciente de regresar, pensáis relativamente poco en lo que sucede «debajo», ya sea en el interior de vuestro propio cuerpo o en el de Gaia. Sentís la tierra bajo vuestros pies como una certeza física, una delimitación, en tanto que tendéis a interpretar el más allá como una extensión de vosotros mismos hacia fuera y hacia arriba —la mirada puesta en las estrellas—, ignorando que por debajo y por dentro de vosotros sois palmo a palmo tan interminables y vitales como la infinita inmensidad de la galaxia.


Oráis a las cuatro direcciones de Norte, Este, Sur y Oeste, el sentido lunar horizontal; e ignoráis a menudo el plano solar vertical, que representa las direcciones de arriba, abajo y la dirección de adentro, donde se produce la intersección o cruz con el concepto bidimensional del centro, la absolución del equilibrio en el resplandor de la luz del alma.



Sugerimos que ajustéis ahora vuestros altares para honrar y vibrar en las siete direcciones:

Norte
Oeste
Sur
Este
Arriba
Abajo
Adentro

Vuestros científicos, controlados por el gobierno, han encontrado una justificación muy conveniente para negar la vida en la galaxia: mediante un simple análisis de las condiciones atmosféricas de otros cuerpos planetarios y la aplicación de las fórmulas biológicas de la Tierra, deducen que no existen medio ambientes habitables fuera de Gaia.



Considerando que su capacidad exploratoria se limita aún a muy pocos planetas de vuestro sistema solar, su punto de partida es erróneo, porque no tiene en cuenta los niveles multidimensionales y asume que la vida tendría que desarrollarse sobre la superficie de un cuerpo celeste.



Debajo de la superficie de muchos cuerpos celestes, en todo el universo existe un número infinito de civilizaciones con toda su complejidad y diversidad de formas. En la vida bajo la superficie de Gaia proliferan colonias que han poblado muchas capas durante millones de años terrestres. El concepto de que haya vida bajo la superficie parece dejaros perplejos y, sin embargo, sois perfectamente conscientes de las especies del mundo animal, los reptiles y los insectos que penetran y hacen sus madrigueras en las cuevas y grietas de la Tierra.



No olvidéis que en ella abundan ríos, canales y pozos subterráneos. ¿Y no habéis descubierto que el agua es el requisito esencial para la vida?



La mayoría de los seres intraterrestres requiere muy poca luz para sobrevivir; hay vida sin la luz del sol, aunque para vosotros, hijos e hijas de las estrellas, eso sea inconcebible. La capacidad de la vida de adaptarse a las condiciones ambientales y de transmutarse en formas nuevas es uno de los ejemplos más profundos de vuestra propia inmortalidad.


Tampoco deberíais pasar por alto el hecho de que la mayoría de los gobiernos de vuestros países más desarrollados han creado complejos túneles, bases y zonas militares de lanzamiento subterráneos, muchos de los cuales ya están habitados y han funcionado eficientemente durante muchos años. Otros sirven de futuras estaciones de evacuación para los líderes mundiales y la élite militar como parte del plan de emergencia, en caso de que una tercera guerra mundial y final destruya las condiciones de vida en la superficie.



¿Suponéis que ellos saben algo más de lo que os dan a conocer?

Estáis recordando Atlántida en este momento porque ahora tenéis que expandir vuestra visión a fin de incorporar realidades posibles que habéis ignorado u olvidado. La Civilización Perdida existió verdaderamente en la realidad tridimensional: primero en la superficie de la Tierra y posteriormente, debajo; y muchas de las mutaciones creadas a través de su experimentación genética aún pueblan el interior de vuestro planeta. Igualmente, os recordamos que vuestros laboratorios biológicos generalmente están bajo tierra.



Ahora estáis volviendo a vivir la situación de Atlántida, ¿no?



Trazar este paralelo estimulará vuestra memoria ancestral, porque fue desde la estación subterránea de Marte que los Anunnaki planearon su invasión de la civilización atlante; más aún, os decimos en este momento que bajo la superficie marciana existe una civilización entera. Y el Gobierno Secreto también es muy consciente de eso.


Las estructuras de Marte han sido finalmente identificadas, y algunas de vuestras mentes más brillantes están cartografiando los mapas galácticos. Se está estableciendo el paralelo entre el paisaje de Cydonia y la triangulación de Stonehenge, Avebury y Glastonbury, en Inglaterra, y, en verdad, esto es un gran avance en vuestra visión cósmica. Habéis empezado a adentraros en los patrones geométricos de inteligencia esculpidos en el paisaje y, a medida que la geometría sagrada de Sirio revele los paralelos multidimensionales, se irán descubriendo los secretos de Marte.


Refiriéndonos nuevamente a la conciencia de la superficie y a las siete direcciones sagradas, llevamos vuestra atención a la Gran Pirámide de Giza. Su forma piramidal de cuatro lados en realidad corresponde a la mitad de un octaedro; refleja la vibración masculina, por cuanto apunta al exterior, de cara al Sol. La otra mitad del octaedro, la pirámide femenina, se extiende hacia el interior, apuntando al centro de la Tierra: el reflejo etéreo de la forma de arriba.



Dado que vuestra percepción de la pirámide se ha limitado casi exclusivamente al estudio de la mitad de su cuerpo etéreo —la mitad superior del octaedro—, nunca habéis podido descifrarla realmente, ni tampoco imaginar por qué o cómo llegaron los antiguos egipcios a tales extremos para crearla. El objeto de vuestra fascinación ha sido la estructura superficial, la mitad yang de la totalidad, en tanto que el misterio de los secretos más impenetrables de Egipto está en su unificación con el reflejo yin que yace debajo.



Ésta es la sabiduría —como se os ha mostrado una y otra vez— expresada en vuestros símbolos sagrados: el Tai-chi Tu, la estrella de seis puntas, el sol y la luna, y el árbol de la vida.


Si ahora visualizáis el reflejo de la estructura etérea que se extiende hacia dentro de la Tierra, y meditáis en la forma geométrica completa del octaedro, así como en las representaciones correspondientes de las direcciones contenidas en su interior, facilitaréis vuestra comprensión de la verdadera función de la Gran Pirámide, un prototipo de energía libre creado para prestar servicio a los seres conscientes de Gaia desde tiempos inmemoriales. Vosotros, líderes de la Era de Acuario, ahora estáis recibiendo el regalo de las claves de la geometría de Sirio, que os permitirán aprovechar la energía del acelerador en el momento que os estéis liberando para siempre de las limitaciones de vuestras jaulas tridimensionales.


Es sumamente importante que reconozcáis el octaedro como una representación geométrica de las siete direcciones. El séptimo punto, la intersección epicentral en el centro —el adentro—, es el corazón y el alma etéreos del Gran Octaedro. Es el dorje tibetano puro: el diamante por excelencia, la forma geométrica interior de la estrella tetraédrica entrelazada.


Tal vez nunca hayáis sabido buscar el corazón de la Gran Pirámide porque habéis estado indagando con los ojos físicos y oyendo la música equivocada.

Trazamos una correspondencia entre la posición de vuestro chakra de la corona y la ubicación de la cámara del Rey, o «sala del transportador» —como la llamaremos—, dado que se requería la activación de la glándula pineal del faraón para poder finalizar la activación del Gran Acelerador. Situado en el vehículo del «sarcófago» de granito, el faraón utilizaba el principio de activación del merkaba para hacer que la pirámide etérea femenina (magnética) bajo la superficie de la Tierra girara en el sentido de las agujas del reloj.



Al mismo tiempo, el cuerpo etéreo de la pirámide material masculina (eléctrica) en la superficie se activaba para girar en sentido contrario a las agujas del reloj. Cuando el tono vibratorio llegaba a la frecuencia que resonaba con el wam (la nota musical) del faraón, atraía la forma piramidal magnética etérea hacia arriba, hacia la forma masculina eléctrica.



Esto sucedía intradimensionalmente, con movimientos rotatorios opuestos, hasta que la fuerza de estos dos campos en interacción succionaba el fuego del kundalini de Gaia en una espiral que se elevaba desde su centro, atravesaba los canales de energía de los corredores y catapultaba al faraón a través de las barreras dimensionales de vuestro continuo espacio-tiempo; igual que vuestro propio cuerpo explota en un extático fuego del espíritu cuando la llama corre por las redes conductoras, activando vuestros chakras y luego resplandeciendo en la corona.



Ésa es la verdadera función de los corredores; vuestra comprensión de estos pasillos como indicadores de niveles de iniciación es exacta sólo en parte. La palabra «pirámide», del griego pyros (fuego) y mid (medio), describe este proceso; pero sin la imagen completa del octaedro y una mayor conciencia de lo etéreo, no podríais encontrarle sentido al misterio más impenetrable de vuestro mundo tridimensional.


El secreto del proceso de materialización (el descenso de regreso al cuerpo) consistía en invertir el proceso, de tal forma que lo masculino eléctrico giraba en el sentido de las agujas del reloj, y lo magnético femenino al revés, en el sentido opuesto a las agujas del reloj. La fuerza generada por las formas al separarse producía la materialización y, por consiguiente, el faraón retornaba de sus incursiones estelares a su carruaje de granito.



El Gran Octaedro de Giza



Cabe mencionar que el granito se utilizaba en el transformador por una razón muy específica: combina los elementos del cuarzo y el feldespato, minerales que conocéis como conductores de inteligencia intergaláctica. La naturaleza porosa de este conglomerado mineral hacía las veces de conductor que canalizaba la creciente energía del fuego, una vez que la fusión de las mitades magnética y eléctrica del Gran Octaedro había llegado a su clímax.

La tecnología de Sirio fue llevada a la Tierra por los Anunnaki, y todos los primeros faraones, los Guardianes de los Registros, conocían los secretos, pues ése era su legado. Nos permitimos sugerir que los faraones heredaron un conocimiento que les hizo posible utilizar la Gran Pirámide tal como vosotros utilizáis vuestros cohetes.



Tan sólo que ellos trascendieron las limitaciones físicas del espacio, en tanto que vuestros astronautas están evidentemente sujetos a la forma, pero esto se debe únicamente a que vuestros gobiernos todavía no han declarado todo. Como hemos mencionado, os dan con cuchara sólo lo que el Gobierno Secreto cree que sois capaces de asimilar, según sea conveniente para sus estrategias globales e intereses particulares.


Los ovnis (como los entendéis actualmente) utilizan el principio del merkaba: campos de energía en rotación opuesta que se funden entre sí. En los próximos años saldrá mucho a la luz acerca de discos giratorios y campos de energía rotatoria. Sabed que de los avistamientos reales de naves que se ven en vuestros cielos, muchos corresponden a experimentos de vuestros propios gobiernos y son el resultado de su interacción e intercambio con técnicos extraterrestres.



Otros son imágenes holográficas creadas para establecer un puente con vuestro cuerpo mental, y prepararos así para la fusión de realidades multidimensionales a medida que el sistema solar entero entra en posición.


Si entendéis el modelo de energía libre, os daréis cuenta de que no hay necesidad de naves espaciales. El cineasta Gene Roddenberry, creador de los legendarios hologramas de Star Trek, fue un canal que os mostró este y muchos otros principios valiéndose de la zona de seguridad donde os dais permiso para jugar con realidades probables en forma de ciencia ficción; sin embargo, os aseguramos que desmaterializarse no tiene nada de ficticio y es totalmente científico.



Este portador de luz, en su misión durante el período que pasó corporalmente en la Tierra, estuvo al servicio de vuestro propósito más noble, y su obra aceleró vuestra capacidad de percibir y aceptar la inteligencia extraterrestre como una proyección de vosotros mismos hacia lo que actualmente entendéis como el futuro.


La Gran Pirámide de Marte es una estructura de cinco lados. Se une a su complemento etéreo subterráneo de quince planos triangulares adicionales que forman un icosaedro, la representación platónica sólida del elemento del agua. Éste también es un transformador de energía en funcionamiento, pero en la actualidad no estáis lo suficientemente evolucionados como para entender cómo usarlo para reflejar los éteres y para doblar la luz a través de sus cámaras de reverberación de sonido.


Tenéis que dar un salto gigantesco cada vez.


Fotografías provenientes de las más altas fuentes gubernamentales, vuestras propias naves espaciales, también muestran formas piramidales de tres y cuatro lados que se levantan en el terreno marciano; no obstante, estas pruebas irrefutables de vida inteligente más allá de vuestro mundo apenas han llegado a los programas de noticias de últimas horas de la noche. Se está haciendo una gran labor para desacreditar el trabajo de quienes se han arriesgado a la pérdida personal y a la humillación profesional para llevar esta información al público, y os tratan como a niños crédulos si osáis creer en lo que perciben vuestros ojos, en lo que sabe vuestro corazón.


Desde el paisaje de Cydonia se proyecta una serie de mensajes codificados:

«En este planeta hay vida, hay agua y tenemos aceleradores de energía libre.»

Una vez que hayáis investigado exhaustivamente el magnífico trabajo de correlación que se está haciendo actualmente, descubriréis paralelos con las estructuras de la meseta de Giza, y también con los megalitos y las líneas telúricas de Gran Bretaña.


El paisaje de Cydonia pone abiertamente en evidencia que, al menos temporalmente, ha habido inteligencia en Marte; sin embargo, vuestros ingenieros espaciales se refieren a estas asombrosas imágenes como «ilusiones ópticas». Prefieren dirigir vuestra atención a sus espectaculares descubrimientos de formas bacterianas fosilizadas incrustadas, en lo que han denominado «el meteorito marciano», haciendo alusión al potencial de una condición preexistente para una forma muy elemental de vida en el planeta Marte.



Vamos, gente de la Tierra, ¿no es esto un insulto a vuestra inteligencia?


Os invitamos a que os cuestionéis por qué os distraen deliberadamente con tamañas banalidades, así como os animamos a que os rebeléis en contra de la desinformación que os mantiene aislados. Ha llegado la hora de reclamar vuestro derecho como miembros de la Familia Mayor, vuestro verdadero ancestro. ¡Una familia mucho más avanzada y viva de lo que las bacterias fosilizadas jamás hubiesen soñado posible!


Mientras los majestuosos monumentos sirianos y sus portales hexadimensionales miran abiertamente al espacio, vosotros estáis siendo dirigidos para que fijéis vuestra atención en una «roca marciana», autorizados a contemplar (sólo remotamente) la posibilidad de que exista vida bacteriana más allá de la Tierra.



Reiteramos que, en verdad, existe vida inteligente bajo la superficie del planeta rojo, así como en la Tierra, y que vuestra élite de poder lo ha sabido desde mediados del siglo XX, cuando los científicos Tesla y Einstein recibían transmisiones abiertas de inteligencia extraterrestre con instrucciones para construir un acelerador de energía libre.



Sus experimentos son extensiones de ese conocimiento, pues a partir de vuestra segunda guerra global, hemos reconocido la situación de emergencia del planeta Tierra, y hemos estado proyectando activamente a la humanidad las facultades tecnológicas específicas que se necesitan para ayudaros a transitar suavemente por los ásperos contornos de los próximos veinte años terrestres.


Ese conocimiento os ha pertenecido desde mucho antes de la partida de los faraones, y se remonta hasta la Atlántida, cuando generadores mentales de luz iluminaban las ciudades de cúpulas y las pirámides de vuestros ancestros, y la clase sacerdotal viajaba en el tiempo a otras dimensiones y a otros mundos.



Hemos venido a ayudaros a recordar.

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Epílogo

A semejanza del loto, experimentáis tres fases principales de evolución. La primera está marcada por la ignorancia y la oscuridad, cuando estáis debajo del barro espeso, un capullo cerrado, el cual, en virtud de la naturaleza de la existencia, finalmente aflorará a la superficie con el calor del sol.



La segunda fase se representa con el ascenso a través de las aguas turbias de vuestra experiencia emocional, puesto que la flor no deja de buscar el sol; no conoce otro destino, no tiene otro propósito. En la tercera fase se produce la iluminación completa en el esplendor de la luz. La flor de loto abre sus pétalos y exhibe su exquisita belleza para todos aquellos que están lo suficientemente conscientes como para reconocer a Dios, que se despliega.


Vosotros, los que despertáis, estáis llegando a la superficie, a punto de abrir vuestros pétalos en el calor de la verdadera luz de la existencia. Sois hermosos y majestuosos en vuestros corazones, vuestra voluntad es decidida, y os celebramos. Vuestra claridad de intención yace en la semilla, la conciencia pura que es toda la vida. Es aquello que os confiere poder para ir más allá de la oscuridad de esas turbias aguas; es la fuerza vital que lleva a toda la vida a buscar la luz.


La roca, el árbol, el animal, el ser humano, todos sois el reflejo cristalino del Artista Divino.



En el interior de cada uno de vosotros está la chispa de la divinidad que desencadena el despliegue infinito de vuestras muchas formas y dimensiones, a medida que entráis y salís del túnel del nacimiento y renacimiento en vuestra exquisita travesía por la espiral ascendente del Espíritu.


Pioneros, vosotros sois los precursores del Nuevo Mundo, un mundo que habéis venido a redescubrir y transformar entre todos. Ésta es la reunión suprema, el festival más exquisito de la vida que surge, y estamos con vosotros.



Niños, os saludamos. Vuestra es la tarea de buscar la luz y luego ayudar a otros, y lo haréis, pues sois los buscadores de la verdad. Vuestros corazones se están abriendo, vuestra mente está alerta e inquisitiva, y la luz de vuestra alma es aún más brillante. Sois los que estáis emergiendo —los rostros claros y resplandecientes— en búsqueda de ese resplandor eterno que os ha atraído hacia lo alto, cada vez más arriba, y os reconocemos, trabajadores de luz de Gaia. Os conocemos.


Hay muchos portales, las aperturas son muchas, y vosotros tenéis la llave. La habéis tenido siempre. Es sólo que habéis tenido que llegar hasta este punto en vuestra travesía evolutiva para entender que ya no podéis estar segregados de vuestros hermanos y hermanas de la galaxia. Ahora el engaño está llegando a su fin, conforme reclamáis vuestra herencia estelar y empezáis a recordar lentamente quiénes sois realmente. Tenéis un universo impresionante por conocer, mundos fantásticos de una belleza e iluminación tan increíbles, que os quedaréis boquiabiertos cuando finalmente os liberéis de la ilusión del aislamiento y os unáis al resto del universo.


Os hemos devuelto aquello que ya os pertenece: las claves del universo.



Usadlas como herramientas de descubrimiento propio y aceleraréis vuestro paso. Estaremos allí para daros la bienvenida cuando atraveséis el umbral para uniros con seres procedentes de los confines más lejanos de vuestra imaginación, de otras galaxias y dimensiones. Ansiamos abrazaros, mostraros nuestra propia imagen sin secreto ni limitación, y rendir homenaje a vuestra travesía, pues no os podéis imaginar qué tan lejos habréis viajado cuando finalmente entréis por el portal y lleguéis a la próxima dimensión.


Y cuando transitéis por el invierno de los Días del Desierto, no os olvidéis de llevar una linterna para que los perdidos puedan encontrar su camino.






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Estáis rodeados de nuestro amor.



Sed intrépidos como el león, agudos como el águila, y gentiles como la paloma: no dudéis jamás de vuestra fortaleza; no perdáis jamás vuestro camino; no olvidéis jamás que vosotros sois la vibración de Gaia en plena ascensión.











Las claves de Sirio de la Ascensión Universal

Como es arriba, es abajo.
La matriz original del macrocosmos
está enterrada en el microcosmos,
y todo es infinito.
De la semilla, el despliegue;
y del árbol, la regeneración.





Cada célula de vuestro cuerpo es activada por la luz;
similar a una batería eléctrica en miniatura,
con sus polos norte y sur,
cada célula contiene el espectro completo del arco iris...
La comida debe consumirse
para reabastecer las frecuencias de luz
que necesitan las unidades celulares
de vuestro cuerpo.



El cierre del calendario,
el fin del tiempo,
será llegar al punto cero otra vez...,
vuestra evolución más allá de las restricciones
de la realidad tridimensional





Tantos millones de kilómetros separan a la Tierra
de las estrellas más brillantes
en vuestros cielos nocturnos,
que se necesitan años
para que su luz llegue hasta vosotros.




El diablo es el miedo
que guardáis en vuestro interior,
el aspecto de Lucifer de vuestra existencia.
Vuestras cadenas,
la oscuridad de la ignorancia,
constituyen vuestra prisión.


* * *


Entender la muerte y el paso,

el nacimiento y el renacimiento,

inicia el proceso de la emancipación,

de vuestro despertar.




Aun los seres más oscuros, reflejos del Todo-lo-que-es,

viajan por la espiral de la ascensión

para llegar finalmente a la Luz,

pues ésa es la naturaleza del Espíritu.




Sólo al integrar los aspectos yin y yang
de vuestro propio ser
se resolverá la ilusión de la polaridad del Espíritu.
Cuando el Adán y la Eva en vuestro interior
se conviertan en Uno,
entonces podréis conocer y entender
el Todo-lo-que-es.




Con la activación del tercer filamento del ADN

experimentaréis el fuego creativo de uno y dos,
masculino y femenino,
electricidad y magnetismo,
a medida que «se conectan» a nivel subatómico.
Éste es el catalizador
de vuestro renacimiento galáctico.
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El tiempo y la eternidad

El tiempo, como vosotros lo experimentáis en los límites de la realidad tridimensional, es un marco completamente artificial. Es decir, vuestra percepción del tiempo se basa en la construcción lineal de un pasado ambiguo, de un presente evasivo e indefinible y de un futuro de resultados previstos que, con frecuencia, os hacen sentir ansiosos e inseguros de la vida.



En verdad, gran parte de vuestras dificultades nace de vuestras concepciones erróneas del tiempo, especialmente en estos momentos, a finales del milenio. Estáis empezando a tratar de ser plenamente conscientes del momento presente, de vivirlo, pero a la mayor parte de vosotros os falta mucho para entender que es el único que existe. Esto es comprensible, pues la experiencia del no-tiempo pertenece a un reino más elevado que trasciende vuestras capacidades actuales, aunque sí la experimentáis cuando os escapáis del mundo sensorial en vuestros estados de sueño y viajes fuera del cuerpo.



Por este motivo es indispensable para vuestra evolución espiritual que exploréis el material de vuestros sueños, que meditéis y desarrolléis la capacidad de proyectaros al mundo astral. Allí residen las mejores oportunidades para liberaros de vuestras limitaciones y dejaros llevar por la exquisita libertad de la conciencia sin tiempo y el movimiento sin cuerpo.

Visto desde las octavas más altas, lo que vosotros percibís como pasado, presente y futuro es coexistente y simultáneo. Esto es incomprensible desde el punto de vista tridimensional, porque vuestra historia —la conciencia misma de vuestra raza— ha evolucionado en el contexto de un modelo de tiempo lineal. No obstante, si podéis reconocer el no-tiempo de la realidad multidimensional (aunque sea sólo intelectualmente), os podéis liberar de pesadillas pasadas o recuerdos de tiempos mejores, así como también de invenciones futuristas, tales como la inminente perdición apocalíptica.


En el redescubrimiento de vuestro yo de luz, empezáis a integrar el concepto de la conciencia del alma que se crea y recrea a sí misma en el cuerpo, concepto que actualmente procesáis a través de hipótesis sobre el pasado y el futuro que percibís como reales, de acontecimientos temibles y fantásticos que creéis que han hecho de vuestra vida lo que es, o de sucesos que han de vivirse «algún día», en un tiempo nebuloso que se halla siempre justo fuera de vuestro alcance.



Paradójicamente, la ilusión de pasado-presente-futuro es tan verosímil, aparentemente tan tangible, que resulta inimaginable que el tiempo pueda existir en cualquier otro contexto. Dado que vuestra vida está organizada en ese plano, habéis necesitado de la seudo-estructura del tiempo en una línea, pues como raza os ha encaminado en la dirección de los vientos de cambio, tanto hacia delante como hacia atrás en vuestra proyección del pasado y la memoria de vuestro futuro. Y nadie va a convenceros de que un mañana con una salida del sol, una primera taza de café, la oficina y la miríada de actividades de la rutina cotidiana son simples productos de la imaginación; no obstante, nos permitimos enfatizar que sí lo son.



No existe nada más que el momento. Esa es la realidad y la experiencia, momentos dentro de momentos que se imprimen para siempre en la matriz de la Mente Eterna.


Veamos el ejemplo de Benjamín Franklin, quien apareció en la estructura del tiempo lineal de la Tierra a comienzos de la década de 1700 y personificó lo que vosotros consideráis con orgullo la rica fibra de la historia de Norteamérica. Delegados al pasado, sus logros se aprecian con veneración, pues su visión y conocimiento cambiaron la estructura misma de la experiencia humana.


Desde nuestra perspectiva, en este momento el maestro Benjamín sigue rebosante de vida, en verdad mucho más vivo aún que en aquella referencia finita del tiempo de la Tierra. Su dedicación y su intelecto curioso y audaz dieron a la humanidad el conocimiento elemental necesario para comprender el aprovechamiento de las frecuencias eléctricas del cuerpo electromagnético de Gaia, lo cual condujo a la civilización a la era industrial. Un alma antigua ha llevado la sabiduría a innumerables seres en muchas dimensiones, y sus enseñanzas han alterado una infinidad de realidades. Actualmente, reside aquí con nosotros en la sexta dimensión, un emisario del comité científico de este Consejo.


¿Os pedimos que aceptéis a Benjamín Franklin, el gran icono de la historia de los Estados Unidos, como un «extraterrestre»? Sí.



Al dar a conocer su identidad, os retamos a que superéis el escepticismo y reconozcáis el infinito que está justo al otro lado de vuestra percepción, donde un universo pletórico de vida guarda los patrones del alma de todo ser consciente que haya existido alguna vez, y donde la Tierra no es más que una diminuta mancha verde-azul en el colorido lienzo del cosmos.



Ella es apenas uno de los millares de cuerpos planetarios que componen el universo material, y en los planos etéreos éstos son sencillamente innumerables, tan infinita es la experiencia del Todo-lo-que-es. Os pedimos que aceptéis que no sólo se nos ha de definir como «extraterrestres», sino también como extradimensionales, proyecciones de vuestra propia conciencia en otra fase de su existencia de múltiples niveles.



Os decimos que la mente de Benjamín Franklin, la concentración consciente de la entidad manifestada de ese ser, contribuye a estas transmisiones, y esto no es más surrealista que la idea de que nuestro instrumento, para empezar, capte, descodifique y registre las frecuencias de la sexta dimensión.


En otro aspecto de vuestro ser, vosotros existís en estas ondas y, asimismo, sois capaces de enviar corrientes de luz a un canal receptivo, a un nivel de vuestra existencia que actualmente identificaríais como una vida «futura», pero que nosotros preferimos definir como una etapa más elevada de vuestra evolución. Es muy posible que, atraídos por estas enseñanzas, hasta cierto punto ya estéis desempeñado esa función, tanto en la esfera tridimensional como en otros niveles, con los cuales tal vez ya estéis conscientemente sintonizados, o no.


Os decimos que lo que cambia es la forma de vuestra existencia, y no el tiempo. Las vidas pasadas, que concebís más fácilmente que las vidas futuras, aún se perciben en terminología lineal, en tanto que nosotros queremos inculcaros la noción de que todas estas extensiones de vuestra energía dinámica ocurren simultáneamente, remontando los mares cósmicos como las olas de los grandes océanos.


Los mares constantes de Gaia (aunque cambiantes en cuanto a la forma) son infinitos. Cada ola, un reflejo del cuerpo más grande, vive su momento como esencia espectacular que rompe en la orilla y, posteriormente, al regresar a la profundidad del océano, cambia de forma. Sin embargo, sigue existiendo allí. También vosotros, un cuerpo manifestado en algún marco de tiempo fabricado en la Tierra, regresáis al mar cósmico y existís allí como vibración del alma, asumiendo a la vez otros múltiples aspectos en vidas simultáneas que creáis en el despliegue kármico de vuestra travesía.


En cuanto al maestro Benjamín, sabed que cada vez que leéis sus escritos o hacéis referencia a él en cualquier ámbito, una ola de luz impregna su campo de experiencia consciente, pues así es como funciona la resonancia. Pensad que cada vez que se enciende un interruptor eléctrico, una luz cósmica asciende por la espiral e ilumina su aura, el regalo de haber servido al prójimo.



Os aseguramos que no existe recompensa más grande que recibir la luz del amor, pues iluminar la conciencia es el propósito de todas las misiones en nuestro camino de regreso al Creador Original. El maestro Benjamín es conocido como el Trabajador de Luz Manifiesto de la realidad de la Tierra, y goza de gran notoriedad en planos más elevados por esa contribución específica a vuestro desarrollo.


Visto desde un punto de referencia que sobrepasa vuestras posibilidades de percepción actuales, el tiempo no es un factor. Es decir, nosotros percibimos vuestra totalidad como pensamiento manifestado en la materia, y que cada unidad de conciencia contribuye a la totalidad de vuestra existencia material. Accedemos al registro akásico para presenciar la unión de ese óvulo material (el mar de la materia existencial) con el semen (la voluntad activada del Creador Original), y de dicha unión nace el universo material.



Desde nuestra dimensión, vemos la vida completa —el nacimiento y la muerte de lo material— a medida que sube por la espiral cósmica hasta su próxima manifestación. No podemos prever o entender nuestras propias realidades dimensionales más elevadas, pues ésa es la naturaleza de la travesía; no obstante, sí percibimos vuestro mundo y existencia física como un Ser, una totalidad, cuyas unidades individuales de conciencia (al igual que las células de vuestro cuerpo) viven como materia durante un período específico de vida y, al morir, finalmente se transmutan en niveles de conciencia menos densos y más elevados.


Cuando os miráis en el espejo, no podéis discernir los millones de células que están muriendo y renaciendo cada día de vida de vuestro cuerpo; veis el conjunto, la totalidad; solamente contempláis vuestra propia mortalidad cuando el yo da comienzo al deterioro del ciclo de vida o ante una amenaza de muerte. Al abriros al Espíritu, se os recuerda que el propósito de esa muerte es regresar a la luz y ascender por la espiral evolutiva. Es así para el universo material, y para los muchos cuerpos de su alma.


Desde la cuarta dimensión en adelante, vosotros estáis en los reinos más elevados, donde todos los seres y cosas son conscientes de que ocupan el mismo espacio infinito como intercambios de energía que están constantemente mutando y cambiando de forma, de acuerdo con el propósito del alma. Nosotros experimentamos la forma como vibración, y tal como lo hemos descrito en el caso de las ondas y partículas cuánticas, todo se encuentra en un estado de movimiento y variación constante.



Por consiguiente, la interconexión de todos los seres conscientes en el universo material e inmaterial crea continuamente todas las formas y resultados, y el tiempo, como vosotros creéis que lo conocéis, no es una medida fija en absoluto.


Aquí necesitamos incluir el aspecto de la huella o impresión etérea presente en el mar de la materia en todas sus formas de densidad. Os decimos que todo aquello que ha tenido la experiencia de existir, lo cual definiremos como «pensamiento», permanece a nivel etéreo. Por consiguiente, el Ser Supremo, tan absoluto en su aspecto que no podemos percibir su magnitud, se define acertadamente como el Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será, y eso es exactamente lo mismo que «el momento»: todo existe ahora mismo, siempre ha sido así y siempre será.


Una de las claves de conocimiento más importantes que os es útil en estos momentos, conforme os preparáis para el cambio, es la comprensión de la intemporalidad, la cual experimentáis cuando os salís del cuerpo. La percibís fugazmente en el estado de sueño y en la meditación profunda; notamos que aquellos de vosotros con experiencia en el viaje astral tenéis una conciencia más profunda de los reinos más elevados.



Considerad que vuestra existencia como seres humanos os restringe por la naturaleza misma de vuestros cuerpos, los cuales se mueven en forma muy lineal en la densidad material.



Vais a estudiar y a trabajar, os levantáis y os acostáis; de hecho, aquello que vosotros consideráis actividad consciente, en muchos sentidos, realmente es algo muy mecánico. Desde la perspectiva inconsciente, el cuerpo desempeña cientos de miles de intrincadas funciones instantáneamente; sin embargo, obviamente, sois inconscientes de la enorme energía que se le exige a vuestro ser tan sólo para bombear la sangre, bajar una fiebre o combatir una infección. Vuestro corazón saludable, motor sin tiempo, late la vida entera sin fallar jamás, sin tropezar jamás; tan sólo eso es uno de los aspectos más milagrosos del albergue que os proporciona el cuerpo físico.


De igual manera, sois bastante inconscientes de vuestras emanaciones, las que impregnan el espacio inmediato a vuestro alrededor y más allá, cuando remontan las olas del mar de la conciencia, constituido por el pensamiento de toda la creación.


Siguiendo con el tema del tiempo, os pedimos nuevamente que entendáis que todo pensamiento y emanación que vosotros enviáis al mar es eterno y profundo a la vez, y resuena en el cosmos para siempre; pues si sólo existe el ahora, entonces la eternidad existe siempre. En alguna parte, en niveles que aún no entendéis, la voz colectiva de vuestro planeta viaja a civilizaciones inenarrables y penetra muchas capas de la existencia, y este momento de la realidad de la Tierra —su revolución convulsiva y la inminente ascensión— se está transmitiendo a través de las ondas, pues Gaia es el centro de comunicaciones de la red de chakras de vuestra Deidad Solar, y todos los que pueden oír están escuchando.


A la metamorfosis que está viviendo vuestro planeta la llamaremos un aspecto del cambio tridimensional que se sentirá en todo el universo, un momento inmenso y sin precedentes para la humanidad, así como para otros seres conscientes en el cosmos.



Por esto son tantos los que han entablado contacto directo desde innumerables dimensiones, pues entendemos que vosotros estáis dando el salto en conciencia que os permitirá ingresar y procesar la información, dado que, como civilización, en este momento tenéis que prepararos para el cambio a la cuarta dimensión, un mundo más allá del tiempo y más allá de la ilusión.


Hemos mirado de cerca y largamente la oscuridad de vuestro destino mientras os esforzabais arduamente por redescubrir la luz, y ese momento ha llegado. Celebramos vuestro despertar tanto como nos esforzamos por nuestra propia iluminación, pues la travesía no termina jamás. Cada unidad de conciencia sube por la espiral como en una sinfonía magistralmente orquestada, en la que cada instrumento —el laúd y el tambor— es vital para la interpretación de la melodía.


Ahora nos concentraremos en el tiempo cero, para muchos la llegada del Cristo, para otros el nacimiento del Iluminado: dos puntos en la historia de la humanidad que detuvieron los relojes. El impacto de estos dos acontecimientos fue tan monumental que hizo que el tiempo se definiera en función de los mismos, de tal forma que el calendario asiático describe el tiempo como antes y después de Buda, en tanto que el calendario cristiano marca el nacimiento de Jesucristo de la misma manera.



Esto quiere decir que el tiempo se detuvo y luego llegó a cero: una pausa en el marco lineal del tiempo, donde la humanidad supo lo que significaba «el ahora» en su totalidad. Tan grandiosa fue la luz de estos Maestros Ascendidos, tan inmensa y profunda, que gran parte de la humanidad escapó momentáneamente a la barrera del tiempo y experimentó la conciencia tetradimensional durante el tiempo que ellos anduvieron en la Tierra.


Los mayas han proporcionado el próximo punto de referencia del tiempo cero, pues su calendario galáctico sitúa el fin del tiempo el 21 de diciembre de 2012. En vuestra calidad de seres físicos en el tiempo lineal, teméis esta ominosa referencia, pues para muchos de vosotros «el fin del tiempo» es sinónimo del fin de la vida, y presentimos el miedo que crece en vuestro vientre a medida que el reloj marca la cuenta regresiva.



Vuestra comprensión de esta próxima clave os servirá para liberaros de vuestro miedo y avanzar en la luz de vuestra ascensión:

El cierre del calendario,
el fin del tiempo,
será llegar al punto cero otra vez...,
vuestra evolución más allá de las restricciones
de la realidad tridimensional.

Sin duda, presentís desconcertados que algo espectacular está a punto de suceder, pero son vuestros miedos y el trastorno de Gaia lo que os lleva a la perdición.



De modo que hacemos aquí un paralelo con otros momentos de vuestra historia, cuando el tiempo cero anunció el brillo de la luz en vuestro planeta, y os invitamos a levantar una copa por el nacimiento del nuevo amanecer. A pesar de vuestros sentimientos de pavor y ansiedad, no sólo estáis listos para ello, sino que lo necesitáis, lo habéis creado, pues el péndulo ha oscilado hasta los extremos de los polos, y Gaia regresa al pleno centro en 2012, que es tanto el pasado y el futuro, como el ahora mismo de vuestra existencia.


Ha habido tanta especulación y teoría en cuanto a la fecha predestinada, que sentimos que es extremadamente importante, en verdad un propósito primordial de estas transmisiones, intentar aclarar qué está pasando exactamente en el panorama galáctico en ese momento en el tiempo, para que podáis dejar vuestro miedo de una vez para siempre y experimentéis vuestro proceso evolutivo con la debida admiración y veneración.



Conceptualmente, aquello que deseamos compartir con vosotros sin duda pondrá a prueba vuestra credulidad; no obstante, os pedimos que os esforcéis hasta el límite absoluto y rompáis el dique del pensamiento convencional, liberando las aguas torrenciales de vuestra imaginación para que fluyan como realidades posibles en el mar cósmico.



La Piedra del Sol Azteca

(Copyright: John Major Jenkins — Bear & Co. Publishers)


Regresando a nuestra conversación anterior acerca de los agujeros negros, deseamos validar aquellas partes de la teoría científica actual que describen (desde la perspectiva material) cómo se originan estos vórtices cuando una estrella evoluciona hasta el punto donde simplemente se colapsa, replegándose en sí misma a medida que la fuerza de gravedad atrae sus partículas hacia el centro.



Recordad que en la inmensidad del Ser Universal, una estrella es tan infinitesimal como lo es una célula para vuestro cuerpo.



Por lo tanto, tenéis que partir de ese sentido de proporción relativa para percibir la muerte de una estrella tal como la experimenta el Ser Universal; frente al impacto que tiene en todas las cosas vivas dentro de su sistema solar. Una estrella que colapsa se hace más densa a medida que se contrae, y todo lo que la rodea es atraído hacia su vórtice gravitatorio, incapaz de escapar a la fuerza de esa gravedad que lo succiona hacia el interior del cuerpo estelar en consolidación.



La materia (en el sentido que le damos de conciencia manifestada), el tiempo y el espacio alrededor de la estrella se alteran, creando lo que los físicos cuánticos llaman una «curva en el continuo espacio-tiempo».


A medida que el colapso cobra impulso, su fuerza gravitatoria aumenta hasta que se hace tan poderosa que ni siquiera la luz puede escapar a la atracción.



En un vórtice de esa naturaleza, la luz se mueve más rápida que la velocidad de la luz, y si lo observáis desde un punto remoto de referencia, el túnel entero parece el más negro de los vacíos, mientras que atravesarlo como parte activa de la experiencia supone una velocidad tan superior a vuestra comprensión, que no hay «tiempo» para experimentar esa oscuridad.



Los astrofísicos que se adhieren a los preceptos generales de la teoría de la relatividad de Einstein, por lo regular concuerdan en que, a medida que la estrella colapsa, el espacio circundante empieza a curvarse o combarse distorsionando el tiempo; y cuando el proceso llega a la fase de colapso total, el tiempo se detiene por completo. Nosotros sugerimos que donde termina el tiempo lineal empieza la multidimensionalidad, porque, como sabéis, todas las muertes no son más que pasajes a otros estados de ser, y todos los finales son nuevos comienzos.


En nuestro planteamiento metafísica del fenómeno de los agujeros negros en el espacio, que os hemos descrito como «la conciencia del alma del Ser Universal que asciende a través de sus cordones astrales», hemos aludido a la misma experiencia desde la perspectiva de la conciencia multidimensional y la inmensidad del Ser Universal.



Aquello que vuestros científicos postulan como un suceso aleatorio en el cosmos, nosotros lo percibimos como el alma que avanza, lo cual constituye el principio absoluto de toda la existencia: el alma, que en cada nivel de co-creación se expande a medida que asciende por la espiral. No existen las coincidencias en ningún nivel de la existencia, pues todo está en estado de perpetua transformación, y así sucede con toda alma de cada ser vivo en el cosmos.
De modo que esta transformación de la estrella evolucionada es un aspecto tan esencial de vuestra ascensión como lo es vuestra evolución personal como unidades de conciencia del reino de la Tierra.



Como Deidad Solar, y en el proceso transformativo de condensarse, colapsar y renacer en su dimensión más elevada, la estrella experimenta la iluminación. Desde la perspectiva macrocósmica, la estrella que colapsa no es más que un aspecto del ser material que experimenta la transmutación, a la vez que proporciona un camino para que el Ser Universal se expanda y experimente sus cuerpos astrales más elevados.



Comprendemos lo inmenso que os parece esto, y cuánto tenéis que alejaros del pensamiento convencional para captar su enormidad; sin embargo, como lo dice la clave, el macrocosmos es un reflejo del microcosmos.



Como estaba escrito en las paredes del templo de las Escuelas de Misterio de Eleusis, en la antigua Grecia:

«Hombre, conócete a ti mismo.»

¿Adonde queremos llegar? ¿Cómo se entrelaza todo esto?



Si os habéis mantenido al tanto de algunos de los acontecimientos más significativos de vuestro sistema solar, sois conscientes de que vuestra Deidad Solar ha estado erupcionando con llamaradas y violentas explosiones de una magnitud nunca vista en la historia escrita de la Tierra, lo cual está generando una mayor inestabilidad en vuestro planeta.



Podéis esperar más manifestaciones extremas de clima, mares violentos y poderosas tormentas eléctricas.



Muchos de vosotros experimentáis llamaradas solares en vuestro cuerpo etéreo al margen de vuestra percepción consciente, pero ahora será importante prestar mayor atención a la actividad solar, pues la información que os damos aquí está manifestándose actualmente como las etapas preliminares de la transformación del Sol.


El colapso de vuestra estrella, vuestra Deidad Solar, ya se ha iniciado; y el proceso de desplazarse por los cordones astrales del túnel negro hacia la luz está a punto de ocurrir. Éste es el panorama galáctico de 2012: todos los cuerpos celestes, el espacio y el tiempo que rodean a vuestra Deidad Solar abandonan lo físico y entran en una dimensión más elevada, y experimentan, como un sistema solar entero, la muerte de la restricción tridimensional y el nacimiento en una conciencia multidimensional. En verdad, ya sois conscientes de la curvatura del tiempo, mientras la atracción de la gravedad os arrastra hacia el vórtice, donde viajaréis por el túnel a una velocidad más rápida que la velocidad de la luz y emergeréis en la cuarta dimensión.


Desde un punto de observación distante, mientras vuestros astrofísicos observan el colapso estelar de estrellas a millones de años luz de la Tierra, éste parece ser un suceso catastrófico. Pero vista desde el ojo de la tormenta, la transición es absolutamente natural y será muy vivificante para todos, salvo para aquellos que sigan aferrados a lo material de la existencia sensorial.



Por eso, actualmente, se está enviando tanta información a la Tierra: una metodología para la curación del cuerpo y la liberación del miasma, formas de pensamiento y masas de energía que evitan que la luz fluya a través de vosotros.


Tenéis que estar preparados para recibir una radiación intensificada de luz fotónica en el proceso de abordar el agujero y salir de él.

Lo que ahora experimentáis como luz solar no es más que la manifestación física de la luz cósmica pura, la cual pasará por vuestro cuerpo con una brillantez inimaginable e iluminará vuestra alma en el extático despliegue de la transmutación de vuestra Deidad Solar.



Pues no es únicamente Gaia quien se transforma, y si hasta ahora hemos abordado principalmente sólo la ascensión de la Tierra, ello se debe a que ése es el ser celeste que conocéis mejor, si bien de las cosas terrenales, vosotros, la raza humana, es aún muy poco lo que sabéis.

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