martes, 26 de octubre de 2010

Libertad Autentica frente a Falsa Libertad del Ego.









La libertad sexual ha deshecho muchas vidas. No estoy adoptando una postura moralista respecto de la promiscuidad sexual. Estoy señalando que es obra de su falso yo el convencerle de que este tipo de actividad sexual tiene algo que ver con la libertad. Una prueba clave de si se halla en la senda de su yo espiritual o en la senda externa de su ego es la cantidad de paz y armonía que sus metas le aportan a su vida.


La sexualidad impulsada por el ego es un reflejo de nuestro anhelo por conocer nuestro yo espiritual. El ego nos convence de que esa libertad sexual nos aportará la paz, el gozo y el éxtasis que sabemos que nos aguardan en alguna parte. Cuando aceptamos las soluciones del ego, obtenemos una falsa libertad.

La auténtica libertad proporciona la libertad de conocer y sentir el amor de Dios dentro de usted mismo, y de compartir esa experiencia en el mundo físico, como una afirmación de ese amor, no como un fin en sí. Esta libertad se encuentra mirando en la dirección contraria a la del ego, donde su yo superior espiritual está esperándole. Compartir tanto su yo físico como su yo espiritual es la verdadera libertad sexual.






Cuando se supera el ego, de modo simultáneo uno traba amistad con la amorosa presencia divina que reside dentro de todos. Entonces el sujeto se dirá: “Esto es. No necesito nada más.







Para desarrollarse de forma armónica, hay que vivir la vida en sus diferentes niveles. La forma más efectiva de alcanzar la auto-realización es a
través de la Síntesis.





El Arte de Informar Formando... Encarnaciones de amor y luz divinos... siguiendo nuestro trabajo de educación transformacional a través de las redes en internet, les estamos acercando las antiguas enseñanzas espirituales de la Kabbalah... En ellas se sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos... Pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado... El que podamos adquirir la energía para pasar a un plano más elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en nuestras manos...


Libertad Autentica frente a Falsa Libertad

Recordará que en un comentario anterior describí la libertad como despreocupación por uno mismo. Cuando se ha conseguido dominar al ego, la libertad, en este sentido, resulta accesible desde el momento en que su mundo interior no está obsesionado con sentirse ofendido, aislado o especial. Liberarse del egocentrismo es la auténtica libertad.

Lo contrario de la auténtica libertad es la falsa libertad. Esta última es la libertad que el mundo externo intenta vendernos. Es tan ilusoria como la existencia del ego en cuanto entidad independiente. La falsa libertad, al igual que el ego, no es más que una idea engañosa.

La idea es alimentada por el ego cuando le convence de que para ser en verdad libre tiene que “obtener” algo externo. Esta es la libertad que ofrece la sociedad y que su ego persigue con el fin de reforzar la ilusión y enseñorearse de su vida.

Para llegar al júbilo de la auténtica libertad, primero tiene usted que examinar el tipo de libertad que persigue. Necesita ver qué tipo de libertad le alienta a perseguir el entorno cultural en que vive. Es necesario que reconozca las libertades de las que cree que disfruta y que no son auténticas.

He aquí varias de esas libertades que le ofrecen. Fíjese en cómo se diferencian de la auténtica libertad, la que se obtiene de superar el ego y conocer a Dios.


La libertad de la química

El uso de una sustancia química para sentirse libre es el ego en el peor de sus aspectos: una ilusión que alimenta una ilusión. El uso de sustancias químicas genera alucinaciones y delirios en la vida cotidiana. El coste de esta forma de abordar la libertad es la libertad misma.

El precio de las breves experiencias de libertad fundadas en el consumo de drogas lo pagan demasiados seres humanos. Nacen bebés adictos a la cocaína; adolescentes que se prostituyen para pagarse la droga, se destruyen familias y vidas; hay una escalada en la delincuencia, la productividad disminuye; la pobreza aumenta; las condiciones de vida se convierten en inhumanas.

La búsqueda de la libertad mediante el uso de sustancias químicas ha atrapado a los consumidores en una vida en la que no se tiene nunca lo suficiente. El ego le dice a tal consumidor: “Serás libre cuando experimentes el éxtasis que se consigue con esta sustancia química”.

Pero el placer no pasa de ser físico. Dura sólo un momento. Y luego vuelve a presentarse el ego, exigiendo más. Nunca se llega a la libertad por ese sendero. Uno acaba haciendo cualquier cosa por conseguir aquello que ha acabado despreciando.

¿Es auténtica libertad esto? Si lo fuera, uno sentiría que ha llegado al punto de la satisfacción. Uno diría: “¡Esto es! No necesito nada más”.

Cuando se supera el ego, de modo simultáneo uno traba amistad con la amorosa presencia divina que reside dentro de todos. Entonces el sujeto se dirá: “Esto es. No necesito nada más. Quiero más amor, más vida, más propósito; todo lo cual parece alcanzable gracias a mi yo espiritual y el conocimiento de mi senda. Quiero autenticidad; no necesito una dosis de droga ni una resaca, ni empobrecerme para alimentar mi hábito”.

La idea de que una sustancia química proporciona libertad es falsa. Lo único que obtendrá de una idea falsa es la necesidad de más e insudar vida al falso yo, al ego.


La libertad sexual

La práctica de la libertad sexual ha producido exactamente lo contrario a la libertad auténtica. La idea de libertad sexual ha creado una falsa libertad que tiene un inmenso atractivo para el ego.

La libertad sexual ha deshecho muchas vidas. No estoy adoptando una postura moralista respecto de la promiscuidad sexual. Estoy señalando que es obra de su falso yo el convencerle de que este tipo de actividad sexual tiene algo que ver con la libertad. Una prueba clave de si se halla en la senda de su yo espiritual o en la senda externa de su ego es la cantidad de paz y armonía que sus metas le aportan a su vida.

Nuestra búsqueda de tal libertad ha traído el mayor incremento de enfermedades de transmisión sexual de la historia de la humanidad. Está claro que la libertad sexual ha producido grandes daños. Dios es paz. El ego es dañino. Una súplica de las que aparecen en la Biblia: “Dios, líbrame de mi ego”.

La sexualidad impulsada por el ego es un reflejo de nuestro anhelo por conocer nuestro yo espiritual. El ego nos convence de que esa libertad sexual nos aportará la paz, el gozo y el éxtasis que sabemos que nos aguardan en alguna parte. Cuando aceptamos las soluciones del ego, obtenemos una falsa libertad.

La auténtica libertad proporciona la libertad de conocer y sentir el amor de Dios dentro de usted mismo, y de compartir esa experiencia en el mundo físico, como una afirmación de ese amor, no como un fin en sí. Esta libertad se encuentra mirando en la dirección contraria a la del ego, donde su yo superior espiritual está esperándole. Compartir tanto su yo físico como su yo espiritual es la verdadera libertad sexual.

El placer es una experiencia gloriosa y le insto a que tenga una vida lo más placentera posible. Pero no confunda el placer con la libertad. La libertad inspirada por el ego siempre se basa en una falsa sensación de seguridad porque el ego mismo es una idea engañosa.

En la luz de Cristo,
Centro Escuela Claridad


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Para desarrollarse de forma armónica, hay que vivir la vida en sus diferentes niveles. La forma más efectiva de alcanzar la auto-realización es a
través de la Síntesis.





El Arte de Informar Formando... Encarnaciones de amor y luz divinos... siguiendo nuestro trabajo de educación transformacional a través de las redes en internet, les estamos acercando las antiguas enseñanzas espirituales de la Kabbalah... En ellas se sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos... Pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado... El que podamos adquirir la energía para pasar a un plano más elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en nuestras manos...
La libertad del dinero

Recuerde que el ego crece con el consumo. La falsa creencia es que cuanto más tenga, más adquirirá y en definitiva de mayor libertad disfrutará. Usted puede comprar la libertad, le dice el ego, y es libre de gastar incluso el dinero que no tiene todavía. El ego insiste en que lo único que tiene que hacer es quererlo y que el ser especial le da derecho a ello. Ni siquiera tiene que ganarlo, sólo quererlo.

Cualquier libertad entendida de esta manera es falsa y por lo general requiere de tarjetas de crédito. Uno no es libre; de hecho, se es esclavo del crédito. Se acumulan deudas a un interés usurario; hipoteca su futuro y su felicidad; emponzoña su vida con preocupaciones y miedos; todo esto no aporta auténtica libertad, en ningún sentido.

Los objetos no pueden darle la libertad. Eso es una trampa preparada por el ego para mantenerle en una búsqueda consumista, alimentando siempre esa falsa idea. El ego insiste en que encontrará lo que busca, siempre y cuando continúe esforzándose por incrementar su éxito económico.

Pero, ¿qué es lo que busca? Por ejemplo, cuando niño piensa que es estar en el equipo de fútbol. Consigue entrar en él y ve que no es eso. Más tarde piensa que una cita con La Chica, lo sería. Ella es maravillosa, pero tampoco es eso. Piensa que tener su propio coche lo será. Luego que lo será entrar en la universidad. Después piensa obtener una licenciatura. Pero con cada logro, no consigue alcanzar lo que busca. Así que piensa que su esposa lo será, luego un hijo, o varios. Todos son acontecimientos maravillosos en su vida, pero no son lo que busca. Mas la meta sigue siéndole esquiva. La auténtica felicidad no puede comprarse ni hallarse fuera de uno mismo. Usted no hallará esa esquiva meta en el dinero, la fama, el prestigio, las posesiones, ni siquiera en la familia.

Éstas son tres de las metas que el ego le propone en su esfuerzo por venderle su idea de la libertad. La auténtica libertad es la de saber quién es usted, por qué está aquí, cuál es su propósito en la vida y adonde va cuando se marcha de aquí. Es saber que su identidad no se halla en el mundo físico sino en el mundo eterno, inmutable, de Dios.

La auto-realización es la auténtica libertad. La auto-realización no es algo que uno adquiera sino una comprensión que, una vez conseguida, no puede perderse. Todos los frutos de la falsa libertad pueden perderse antes o después, y se perderán. Todos le exigen que sea especial y esté aislado, y todos se convertirán en polvo.

La auténtica libertad es permanente. Está más allá de todo ese trajín. Y llega como un conocimiento, no como una creencia. Una vez que sepa en su fuero interno que esta experiencia interna de su yo superior es la fuente de su libertad, la poseerá. Se verá libre de enojo, odio y amargura. En esencia, será libre para amar. Su vida se colmará de júbilo porque habrá logrado la auto-realización.

El yo de la auto-realización no es el ego. Así que ha de saber que la pérdida de la falsa libertad no supone una pérdida. La libertad auténtica no deja lugar al ego. Uno deja de ser un egocéntrico.

Libre del egocentrismo, disfrutará de la auténtica libertad. Esta nueva libertad le proporcionará un conocimiento que excluirá para siempre cualquier incertidumbre. En cambio, vivirá la libertad como una conexión interna con lo divino.

En la luz de Cristo,
Centro Escuela Claridad



¡Que las Energías de la Síntesis y la Paz, se derramen en la humanidad!

1 comentario:

  1. si esa es la libertad pero mi esposa no lo entiende gracias

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