martes, 5 de octubre de 2010

El cosmos del alma. Patricia Cori.



Sobre la Autora

El cosmos del alma. Un despertar para la humanidad.

Patricia Cori ha sido clarividente toda su vida. En su trabajo como sanadora ella centra su atención en liberar los bloqueos de energía y las formas de pensamiento negativo por medio de cristales, así como también del color y el sonido.


En 1995 fundó The Lightworks Association un centro de sanación que funciona también como escuela y biblioteca. Ella dicta talleres en Gran Bretaña, Egipto, Tailandia, Estados Unidos, Italia y Suiza.


Patricia se educó en San Francisco y desde 1983 vive en Italia. Ha estado canalizando a los Emisarios del Sumo Consejo de Sirio desde 1997.



Prefacio

Este momento, la entrada al nuevo milenio, es un momento sin precedentes. Hoy tenemos a nuestra disposición muchas cosas que se habían guardado en secreto durante siglos. Hemos llegado. Estamos ante la puerta, a punto de dar vuelta a la llave y entrar.


Hoy en día están aconteciendo cosas extraordinarias con gran rapidez en el amanecer de la Edad de Oro de la Humanidad, y nosotros, los nuevos acuarianos, somos privilegiados. Están saliendo a la luz los misterios que hablan de la verdadera historia de la humanidad, y parece que estamos redescubriéndonos, desarrollando nuestras aptitudes y posibilidades como futuros pioneros de nuevos mundos en el espacio. Y si bien los nuevos y apasionantes avances de la ciencia y la arqueología son en general mas fáciles de aceptar que aquellos de la metafísica, ello no supone que necesariamente tengan mayor relevancia ni tampoco que haya una separación entre ellos, como estamos descubriendo.



No obstante, puesto que la existencia de voces canalizadas procedentes de la «sexta dimensión» pone a prueba aun a las mentes mas abiertas, ¿por que querría someterme a la critica y al ridículo inexorables que seguramente ocasionaría afirmando que la autoría de este libro pertenece a «extraterrestres» de otros mundos?


No piense el lector que no me he hecho esta pregunta una y mil veces en el transcurso de este año, mientras observaba como estas enseñanzas iban adquiriendo forma en la palabra escrita. En definitiva, confío en la integridad de la obra y en la intención que la secunda. Asimismo, es mi parecer que el contenido de este material llegara a los demás como la verdad que ya saben en su fuero interno, brindando esperanza y poder a quienes lean estas paginas.



Por añadidura, me sigo preguntando: ¿por que es mas difícil creer que un ser humano pueda captar y registrar ondas de pensamiento, que aceptar que una radio pueda captar y difundir ondas radiales?


Después del sobresalto, la curiosidad y el escepticismo iniciales de mi primera experiencia de trascripción de los mensajes de los Emisarios del Consejo de Sirio, me di cuenta de que no es mas misterioso que entrar en sintonía con otra frecuencia, con otra estación, por así decirlo. Sea cual sea la razón, parece ser que mis antenas captan una banda de pensamiento de transmisiones cósmicas que llegan a mi mente como las ondas radiales a un equipo estereofónico.



En definitiva, es un proceso simple y natural.



Los animales también lo hacen; tan solo carecen de nuestra capacidad de comunicar sus percepciones en forma verbal. Nosotros, la raza humana, somos capaces de recibir y transmitir pensamientos en muchos niveles, y tenemos el don de transformar dichos impulsos en palabras. Podemos comunicarnos entre nosotros por medio de di-versas bandas de frecuencia y, así mismo, poseemos la capacidad de comunicarnos —y lo hacemos— con seres situados en otros pianos de conciencia.



¡Olvidamos con demasiada frecuencia lo verdaderamente excepcionales que somos!


Mi labor con los Emisarios siempre ha tenido lugar en las horas antes del amanecer, cuando la interferencia de los campos de ondas electromagnéticas circulantes se halla en su flujo mas bajo, y la claridad de los canales es optima. Esto, según se me ha dicho, constituye la «hora violeta» de Gaia y, por ende, desde los primeros días de las transcripciones de El Cosmos del Alma, he debido hacer ajustes en mi vida a fin de incorporar el madrugador reloj despertador galáctico: un sonido similar al de la sintonización de una emisora de radio.



Los mensajes comenzaban poco después de la aparición de esta interferencia estática en mi sueño. Me despertaban suavemente de mis mas profundos estados de sueno, iba a la cocina a tientas, ponía la cafetera, me dirigía al cuarto de la computadora y observaba al teclado cobrar vida con la obra que el lector tiene en sus manos.


La cafetera sigue encendida sin descanso, y otros proyectos han pasado al olvido en vista de que los Emisarios continúan transmitiendo su mensaje. Un segundo libro, Atlantis Rising, esta emergiendo del proceso. Sigo añorando una noche entera de sueño ininterrumpido, pero hoy en día me encuentro tan perpleja y entusiasmada como lo estaba la primera vez que hice contacto, y estoy «eternamente» agradecida de formar parte del proceso que trae estas enseñanzas —sus enseñanzas— al mundo.


En verdad, he estado comunicándome conscientemente con seres del espíritu desde tiempos tan lejanos de mi niñez como me es posible recordar, pero solo recientemente establecí la conexión. Cuando era niña, muchas veces me encontraba en medio del parpadeo de extrañas luces que anidaban en las hojas de los árboles de nuestro jardín; sin duda el tipo de cosas de las que no habla un niño.



Mi madre solía preguntarse como me las arreglaba para entretenerme sola durante tantas horas. No se imaginaba que me acompañaba un reparto de amorosos espíritus guía que me enseñaban a través de los juegos. No me imaginaba que estos serían tan solo los comienzos del contacto con seres extradimensionales que habrían de guiar mi ruta durante los anos por venir.


Ha sido una través fa maravillosa, sirviendo y aprendiendo de guías por demás brillantes, seres multidimensionales de gran compasión y sabiduría. Su mensaje es un llamado a la humanidad para que despierte, destinado a aquellos de nosotros que nos atrevemos a salir del molde de lo convencional.



Es para quienes cuestionamos y buscamos, percibiendo nuestro rumbo desde el corazón, reclamando el poder y la luz.


Si el lector es escéptico, como lo era yo, con respecto a las transmisiones canalizadas procedentes de otros mundos y dimensiones, recuerde esto: lo que aquí importa es el mensaje, no el mensajero. Abra espacio en su ser para creer en las posibilidades, no importa lo remotas que sean ni las repercusiones que puedan tener. Pruebe nuevas ideas y exprese su libertad. Al retar sus convicciones, amplía sus horizontes y abre las puertas de su mente.


Muchas son las voces que ahora nos guían a través de los portales, a medida que nos internamos muy hondo en nuestra memoria del futuro.


PATRICIA CORI
Escriba de los Emisarios
del Sumo Consejo de Sirio
Mayo de 2000

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Capítulo IX
Sintonización

Trabajando junto con los espíritus guía de nuestro instrumento, hemos creado las aperturas pertinentes para que ella viaje a los sitios sagrados clave del planeta con el fin de armonizarla, de implantar el códice, y para estimular aún más su memoria y conexión con aquellas civilizaciones en otras esferas de su experiencia, las cuales denominaremos otras «vidas».



Un alma antigua, Trydjya, ha deambulado por la Tierra durante milenios, originaria del sistema estelar de Sirio, de un tiempo cuando las tierras de Gaia eran un solo continente, conocido en las leyendas de vuestros antiguos nativos como la «isla Tortuga».


Su experiencia en Atlántida abarcó muchas generaciones. En la primera encarnación, Trydjya se desempeñó como sacerdotisa sanadora de la cueva de amatista, Guardiana de los Cristales. Le fue asignada la custodia de una de las trece calaveras de cristal que han aparecido y desaparecido en diversas etapas de vuestra evolución, pues constituyeron un legado para la humanidad con el fin de ser utilizadas en los puntos cruciales del avance de vuestra raza.



La segunda fue una vida traumática, cuando fue relegada al anonimato como supervisora de las esferas; esto también suponía trabajar con las frecuencias de los cristales.



Su última experiencia en la clase sacerdotal atlante ocurrió durante el tiempo final de esa cultura, cuando los mares de Gaia cubrieron la isla y la pusieron a reposar en el profundo abismo del océano, pues los desalmados avances tecnológicos de aquellos tiempos (los que, os recordamos, guardan un paralelo directo con este momento de vuestro adelanto tecnológico en el planeta Tierra) tenían a la humanidad jugando a Dios con la vida.


Atlántida fue verdaderamente la hora de cristal del potencial más grandioso de la humanidad, y floreció durante muchas generaciones, hasta que el aumento descontrolado de energía (el abuso de poder ejercido por la tecnología de los últimos días) alteró el equilibrio y todo se perdió. Fueron pocos los que sobrevivieron al gran cataclismo de la repugnancia de Gaia, tan intensa fue su ira, tan inmediata e implacable.



Aquellas almas de Adán, tanto los que sobrevivieron como los que perecieron, han resurgido en este tiempo para asegurarse de que la raza humana, semilla de su semilla, no reincida en el Error.


Vosotros, los que habéis acudido a nuestro mensaje, habéis empezado a recordar.


Trydjya ha experimentado innumerables vidas en la Tierra, sirviendo y ayudando en Lemuria, Egipto, Galilea, el Tíbet, Sumeria, las tierras de los mayas y en Mesopotamia, y ha vibrado en muchos niveles de dimensiones que aún están fuera del alcance de su conciencia y comprensión.



El conocimiento y la memoria de estas y otras vidas, tal como sucede con las vuestras, se encuentran en su ADN, y ella ahora las está recuperando, al igual que vosotros, pues a medida que os estáis recodificando para asimilar el tercer filamento, volvéis a vivir como un recuerdo los horizontes de vuestras numerosas encarnaciones en el reino de la Tierra. Esto está ocurriendo ahora para ayudaros a que extraigáis de vuestro subconsciente todas las capas de vuestro ser que, como catalizadores evolutivos, os han situado en este momento.



Toda vuestra experiencia es relevante y contribuye a que entendáis lo que sentís que necesitáis terminar en este momento de vuestro proceso, así como lo que habéis venido a aprender en la universidad de vuestra educación terrenal.


Aquí nos encontramos frente a un dilema, pues a la vez que os pedimos que aceptéis que no existe más tiempo que el momento presente, estamos intentado discutir la memoria de vidas pasadas.

¿Cómo podemos evitar que surja una fuerte sensación de contradicción en vosotros?

¿Y qué hay de las vidas futuras?

Si os dijéramos que nosotros somos la voz de la proyección de vuestra conciencia colectiva que remonta las olas del mar cósmico, ¿podríais concebir un futuro que está manifestándose simultáneamente en otra dimensión, vuestra mente-alma evolucionada cuya voz regresa hasta vosotros a través de un instrumento que es vuestro contemporáneo, un ser físico que actualmente reside en la tercera dimensión junto con vosotros?

Sabemos que os presionamos, que os hacemos traspasar los límites de vuestras zonas de seguridad y, sin embargo, ése es el propósito de esta obra y de todas nuestras enseñanzas. En este punto crucial de vuestra evolución, tenéis que entender el funcionamiento fundamental del universo, desde los horizontes más remotos del macrocosmos hasta las partículas subatómicas infinitesimales de vuestro cuerpo, la matriz microscópica. Vosotros, los que estáis despertando, seréis convocados, pues pronto seréis necesarios para impartir la Sabiduría al prójimo.


Aquellos de vosotros que os sentís atraídos por los escritos de nuestro instrumento y de otros como ella, os convertiréis, por vuestra parte, en mensajeros de las verdades que habéis hecho vuestras, y aún habrá otros, pues el conocimiento es la luz de la Finísima Red.



En las profecías de vuestros pueblos indígenas, los guardianes de Gaia, el tiempo se acelera antes de llegar a su fin, y también lo hacen los individuos que se han sintonizado con la Madre. Tened confianza de que os encontráis donde tenéis que estar, como lo pretendisteis, en el momento presente de la gran evolución de vuestra Deidad Solar: en el todo-tiempo, en el no-tiempo, os movéis hacia el fin del tiempo y más allá de él, de una vez y para siempre.


Si bien tenemos la intención de que os abráis ante las posibilidades exhaustivas del contexto del «no-tiempo», entendemos nuestras limitaciones y encontramos que simplemente no podemos anular el tiempo lineal. Nuestras palabras llegan hasta vosotros a nivel intelectual, donde podéis admitir el concepto del «no-tiempo» como una realidad posible; sin embargo, al estar atrapados en el tiempo lineal, no tenéis un punto de referencia que os permita experimentarlo.



A no ser que os dediquéis a la disciplina de la meditación, mediante la cual os liberáis del mundo sensorial y practicáis llegar al samadhi (estado de éxtasis eterno), las ilusiones de vuestro pasado-presente-futuro sencillamente frustran vuestras capacidades intelectuales de percibir el todo-tiempo. Así como vosotros estáis atrapados, en cierto sentido también lo estamos nosotros, pues en todo aprendizaje hay un espacio recíproco de conocimiento y experiencia, y vuestro confinamiento en la tercera dimensión limita nuestros medios de expresión y nuestra capacidad de establecer ese punto de encuentro.



Os pedimos que lo tengáis presente mientras intentamos proporcionaros las claves del enigma del tiempo.


Cuando hablamos de vidas «pasadas» o civilizaciones «antiguas», en realidad describimos, desde nuestra perspectiva, todo un panorama de experiencias simultáneas. No es distinto cuando hablamos del «futuro» —el futuro de vuestra Deidad Solar, de Gaia y de cada ser que compone a esas entidades—, pues reiteramos que lo que percibís como una sucesión de vidas cronológicas y sucesos fijos nosotros lo reconocemos como conciencia que, simplemente, se manifiesta en diferentes coordenadas del continuo espacio-tiempo.


Examinemos, en términos matemáticos simplistas, vuestros propios datos científicos con respecto a las ilusiones del tiempo en relación con la velocidad de la luz. Considerad que a la velocidad que viaja la luz (300.000 kilómetros por segundo), la luz de vuestro Sol requiere aproximadamente ocho minutos para llegar a la Tierra. Dudamos que cualquier astrofísico digno de crédito refutara este cálculo elemental pues es esa clase de información que vuestra comunidad científica califica de «hecho».



Sin embargo, donde podéis encontrar resistencia de parte de algunos de los científicos más convencionales es en la controvertida teoría que se deriva de esa información: que dados los ocho minutos de tiempo de viaje necesarios para que esa luz llegue a la Tierra, en esencia, siempre estáis viendo al Sol como era en el pasado; un Sol tal como existió aproximadamente ocho minutos antes del momento en que efectivamente lo observáis (ocho minutos después).


Os parecerá extraño. Es muy posible que nunca hayáis pensado en la idea de que vuestro Sol manifiesta la luz en la Tierra con demora de tiempo, puesto que os baña en el momento presente de vuestro día. Podría decirse que dais por sentada la certeza de la presencia del Sol, pues parece ser una constante en vuestra vida, y la luz os rodea durante muchas de las horas en que estáis despiertos.



Veis que el Sol sale cuando os levantáis y que se pone al anochecer, en las horas crepusculares de vuestros días, y todo esto, aparentemente, ocurre en tiempo real, un término engañoso y mal interpretado que describe, en definitiva, el tiempo simultáneo. Sin embargo, la luz que alumbra a Gaia os llega ocho minutos después del momento en que emana desde la superficie del Sol. ¿Podéis imaginar las posibilidades que ofrece un intervalo de tiempo de ocho minutos desde el momento en que la luz del Sol se irradia desde su masa hasta que llega a vuestro planeta?



Eso quiere decir que, en caso de una explosión de magnitud devastadora en la superficie del Sol, la gente en la Tierra no lo sabría sino hasta después de transcurridos ocho minutos.


Los mayas eran conscientes de los ocho minutos de demora del viaje de la luz del Sol hasta Gaia, pues su civilización era muy inteligente y disfrutaba de la interacción directa con seres multidimensionales, quienes les dieron el conocimiento del funcionamiento cósmico del universo, el cual hemos descrito brevemente en términos de la física cuántica. Ellos entendían las ilusiones del tiempo lineal, el proceso de la muerte y el renacimiento, y la existencia de universos paralelos.


Las calaveras de cristal fueron muy utilizadas por esa civilización, situadas en sus observatorios astronómicos, pirámides y otras localizaciones estratégicas. Los grandes videntes mayas, Guardianes de los Cristales, estaban físicamente sintonizados con las calaveras y, por lo tanto, podían interpretar la condición del Sol y de todos los demás cuerpos celestes en tiempo real, pues el pensamiento, por otra parte, viaja instantáneamente. En esencia, las calaveras no sólo proporcionaban acceso a la galaxia mientras ésta se desplegaba momento a momento, sino que también liberaban al observador del tiempo lineal, de modo que estos mismos videntes podían mirar el futuro y el pasado de toda la experiencia en la Tierra y en los cielos.


El propósito del cristal en las civilizaciones antiguas y, específicamente, el misterioso funcionamiento de las calaveras de cristal es algo que vuestros científicos y arqueólogos no han acertado a comprender hasta el momento; sus encuentros con estos artefactos mágicos han resultado ser muy improductivos y siempre lo serán, pues se trata de algunos de los más sagrados objetos existentes.



Sólo los Guardianes designados tienen pleno acceso a ellos, si bien en raras ocasiones psíquicos con talento han podido descifrar algunos de los códigos de ingreso y obtener información. Se está descubriendo más en estos días, a medida que los pueblos nativos salen de su hibernación: han aguardado a que llegue este momento para hacerse oír. El Consejo de los Guardianes de Gaia ya se ha unido, y se está colocando en puestos de liderazgo por el bien de los hijos de la Tierra; ellos reunirán las trece calaveras en la fase secundaria de la curvatura del tiempo.



Esto, asimismo, se predijo en las enseñanzas de los antiguos y se transmitió por medio de la tradición oral, la visión psíquica y la intuición, y a través del contacto directo con seres estelares en diversos momentos de nuestra aparición en vuestra Tierra.


Volviendo ahora a los marcos lineales de tiempo y a nuestro estudio de la velocidad de la luz, debería ser obvio (dado el cálculo simple de la velocidad de la luz) que mientras más lejana sea la distancia física de un cuerpo celeste, mayor será la cantidad de tiempo necesario para que su luz llegue hasta vosotros. Los astrofísicos os enseñan que son tantos los millones de kilómetros que separan a la Tierra de las estrellas más brillantes en vuestros cielos nocturnos, que se necesitan años para que su luz llegue hasta vosotros.



Pensad en esa simple afirmación por un momento; digeridla y haced plenamente consciente esta clave:

Tantos millones de kilómetros
separan a la Tierra
de las estrellas más brillantes
en vuestros cielos nocturnos,
que se necesitan años
para que su luz llegue hasta vosotros.

¿No os deja atónitos eso? Sin duda que cuando miráis la bóveda estrellada de vuestros cielos nocturnos, no tenéis en cuenta la posibilidad de que realmente estáis observando estrellas y cuerpos planetarios tal como existieron hace muchos años.



De modo que, a partir de esa hipótesis, es razonable pensar que cuando miráis a los cielos, estáis viendo muchas estrellas a millones de kilómetros de la Tierra que, a lo mejor, ya no existen en la realidad física. En el proceso de su evolución, posiblemente ya se han extinguido, han hecho explosión, o han pasado por sus propios cordones astrales en la transición de la muerte y el renacimiento.



Estamos sugiriendo que cuando vosotros miráis el firmamento es como si estuvieseis viendo a través de una máquina del tiempo. Lo que veis brillar en vuestros ojos y en los sofisticados telescopios de los astrónomos es la luz de estrellas, galaxias remotas, y el reflejo de cuerpos celestes tal como existieron hace cientos, miles, tal vez millones de años.


Así como vosotros miráis al pasado cada vez que vuestros ojos se encuentran con la luz de un cuerpo celeste en el espacio, igualmente lo hacen otros que contemplan las estrellas y que viven a cientos de años luz de la Tierra, y hay un sinnúmero de poblaciones de seres a lo largo del universo material que hacen otro tanto. Entonces, desde su perspectiva, ¿no estarían viendo vuestra realidad actual con un retraso de cientos de años?



Inventemos un planeta remoto al que llamaremos «Zargón», situado a tanta distancia de vuestro sistema solar que sus habitantes están mirando a la Tierra tal como era hace dos mil años, alrededor de la época en que el Cristo pasó a ocupar el centro del escenario en vuestro teatro evolutivo. Sin embargo, en vuestra realidad, aquí estáis vosotros, atravesando la era de la tecnología, a punto de sacar a todo el planeta completamente fuera de la tercera dimensión.



O bien podemos cambiar nuestro enfoque y proyectarnos al futuro, donde los zargonianos están observando a la Tierra contemporánea en 1999; entretanto, vuestro sistema solar entero ya ha pasado a su dimensión más elevada y Gaia ni siquiera existe en la realidad material.


Ahora, volviendo a nuestro primer ejemplo, imaginadlo todo desde nuestra perspectiva de seres multidimensionales que podemos observar conjuntamente a los zargonianos mientras miran a la Tierra en el tiempo cero del nacimiento del Cristo, y a la Tierra en los comienzos del siglo XXI; así tendréis una idea aún más clara de lo que queremos decir cuando nos referimos al «tiempo simultáneo». Intentamos mostraros cómo se distorsiona el tiempo en el universo material y, más aún, que el tiempo no es independiente del espacio.



Esto os queda claro sólo cuando os alejáis del punto de referencia tridimensional, y hacia allí os dirigís, amados, cuando nos referimos a vuestro paso por el agujero negro, por los cordones astrales del universo, hasta el próximo nivel de conciencia, a medida que todo un grupo de planetas, estrellas y seres celestes va en ascenso en conciencia.


Éste es el glorioso despliegue del Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será, de lo cual toda la vida es un reflejo; un aspecto: desde una simple piedra en la orilla del río hasta la construcción mental más compleja y los grandes seres celestes de vuestro universo y aun más allá; no somos más que unidades conscientes del Uno. Experimentamos la pulsación de nuestras vibraciones mientras atraviesan el mar de la conciencia, a la vez que recibimos aquellas que pasan a través de nosotros: inhalando la vida, exhalando el amor, en un continuo sin tiempo, como las olas en los océanos.



Ésta es la maravilla de la existencia; es la Razón.



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Al igual que Trydjya, muchos de vosotros estáis siendo convocados al peregrinaje, pues el proceso de vuestra preparación (el despertar de vuestros cuerpos de luz) requiere que os integréis a Gaia, el Ser vivo, en vista de que ella proporcionará una transición segura a aquellos de vosotros que hayáis entrado en la aceleración. Os habéis empezado a congregar en sus centros de chakras para asimilar las energías, y para ser activados y curados.


Tened cuidado con la miríada de los que «abren las puertas a las estrellas», esos que se autodeclaran guerreros del espíritu y que se están infiltrando en vuestros centros de luz y en vuestras redes de comunicaciones, quienes alegan que han venido al cuerpo físico en una misión: la activación de los sitios sin ayuda de nadie. No os dejéis engañar; no hay un solo individuo que resida actualmente en la tercera dimensión que tenga la capacidad de activar un sitio sagrado sin ayuda de nadie. Es vuestra conciencia colectiva la que, mediante la concentración de luz en esos sitios, revitaliza las energías allí presentes.

Los Guardianes de la Energía, quienes pueden dirigir mejor vuestras energías y facilitar vuestra alineación por medio de la ceremonia, la meditación y la oración, se encuentran entre los líderes espirituales indígenas.



El conocimiento de esos sitios les ha sido transmitido en secreto por los Sabios de generación en generación. Recién ahora, cuando finalmente ha llegado la hora del despertar, ellos han empezado a daros la bienvenida, pues ya no están velados en el silencio. Ellos, la voz de Gaia —una voz que atraviesa los océanos y las planicies desérticas—, hoy están emergiendo y os señalan vuestra dirección. De modo que en este momento estáis viajando a los lejanos rincones de la Tierra en búsqueda de los Guardianes.



Estáis entrando en resonancia con las zonas de poder de Gaia, recibiéndola; mediante el inviolable acto del abrazo magnético, finalmente estáis llegando a conocer a la Diosa en su totalidad.


En el intercambio de energía todo se mueve hacia arriba, todo se intensifica. Nos referimos a un proceso en curso que se tiene que experimentar, al cual os están encaminando vuestros guías espirituales y los seres más elevados quienes, al igual que nosotros, están trabajando con individuos como Trydjya para acelerar su proceso, a fin de que puedan cumplir con sus misiones y servir a la colectividad universal.



Hay otros que se están uniendo bajo la guía de dedicados chamanes y seres sensitivos, cuyo propósito consiste en atraer la conciencia hacia estos vórtices como parte de la iniciación planetaria e individual. Sin embargo, a no ser que se tomen de las manos de los Guardianes de la Tierra de esos centros sagrados, no serán capaces de develar los secretos contenidos allí, no importa cuan puras sean sus intenciones ni cuan sinceras sus promesas de experiencias místicas y despertares espirituales.


Sin importar cuál sea vuestra experiencia ni lo que traigáis al regresar a vuestro mundo de vuestras migraciones y viajes del alma, es importante recordar que estáis llevando vuestras vibraciones a los sitios sagrados de Gaia. Allí quedará codificada la música de vuestra alma, el wam, grabada en los éteres para siempre. También vuestros pensamientos y sus proyecciones se unen a las energías de estos poderosísimos centros del espíritu, y tenéis una responsabilidad ante quienes os han precedido y ante quienes vendrán después.



Si deseáis honrar a Gaia y a toda la vida en éste vuestro mundo, y en otros aún desconocidos, tenéis que purificar vuestras vibraciones; necesitáis deshaceros de todo sentimiento de separación y egocentrismo antes de que os congreguéis ante los altares. Entonces, en vuestro honor y humildad, conoceréis la expansión en vuestros corazones y el regocijo de estar integrados, todos unidos en la grandeza del Uno.


Los sitios de ceremonia y oración están vibrando con las energías de seres angélicos, de espíritus elementales, del consejo interplanetario, y de muchos iniciados, adeptos y maestros, y sentiréis el poder del alma grupal cuando os reunáis en el acto de veneración.



Podéis sentir que los espíritus de la luz se congregan y concentran la conciencia en estos sitios, y esto es parte de la atracción que ejercen en vosotros. A medida que ejecutáis vuestra danza en los puntos de convergencia, bajo la luz estelar de los días de la gran transformación, estáis tejiendo la Finísima Red, de regreso a la unión con la Madre.



Daos prisa, pues es mucho lo que tenéis que lograr desde ahora hasta el cierre del tiempo, y al tomar la iniciativa de ir a sus lugares de poder os comprometéis a reconocer conscientemente a Gaia, mientras os fundís con otros seres de luz quienes, al igual que vosotros, están regresando al origen, acelerando vuestro proceso a pasos agigantados.


Los nueve centros de la red primordial de energía de la Tierra son:

la meseta de Giza

el monte Kailas, en el Tíbet

la Triangulación de Inglaterra (Avebury-Glastonbury-Stonehenge), Gran Bretaña

los Andes del Perú

el monte Shasta, en California

el Valle de la Pirámide de Tenochtitlán, en México

Oahu, en Hawai

las ruedas de energía de los indios americanos en Nuevo México

Los sitios secúndanos incluyen:

Ayer's Rock, en Australia

Damasco, en Siria

ciertos puntos de vórtice en Siberia (aún por ser investigados)

el monte Sínaí, en Israel

la isla de Pascua

las ruedas de energía de los indios americanos en México, Guatemala y los Estados Unidos

Tenéis que viajar lejos, superar muchos obstáculos, mas ésa es la naturaleza de la iniciación, y la mayoría de vosotros, los que estáis despertando, ya habéis partido en vuestra travesía. Os ha llegado la hora y no hay vuelta atrás, así que id ya, y diseminad la luz.


Nuestro instrumento ha estado entre los brazos de la Gran Esfinge en las frías horas de luna llena en Giza, envuelta en los rayos violáceos del sueño de Gaia, y ha oído la música que llega por el portal multidimensional, el latido del corazón y el pulso de la Madre Tierra.



En su cuerpo de luz, ha cruzado el umbral de la estela de mármol y ha recuperado la memoria de otras encarnaciones en Egipto, mientras dejaba su huella en los éteres. A solas, ha entrado al Gran Octaedro de Giza en las horas previas al amanecer de su majestuosidad silenciosa, y se ha recostado en el carruaje de granito, pues desde allí la guiamos en su viaje extático a través del portal.



Con ayuda de otra mujer estrella, y desplazándose sobre manos y rodillas, Trydjya ha llegado hasta la profunda cámara subterránea para abordar las grandes naves de otros reinos, donde en tiempos antiguos ella reinó soberana: recuerdos de sus responsabilidades, su misión, sus dotes... Cada momento de exploración, de remembranza, ha contribuido a aumentar su receptividad y a afinar su mente para que sea capaz de descifrar estas transmisiones, a la vez que recupera los fragmentos y partes más relevantes de su antigua historia de encarnaciones en este y otros planos.


Sus viajes por las vastas tierras del Tíbet han servido para reactivar la memoria atlante del sonido grabado en la forma, de manera que pudiese recibir y descifrar la complejidad de nuestro mensaje, pues, para activar el canal, Trydjya tuvo que sentir la sabiduría en su corazón. En Birmania, la reunimos con su maestro anterior, Uarditt Sa, el Santo, quien estuvo junto a ella en el tiempo de su reencarnación como Tse Den, el muchacho lama del templo Kumbum, y en ese encuentro ella vivió una iniciación extremadamente poderosa con la apertura del tercer ojo.



En sus numerosos viajes por Oriente se le mostró la vía del camino medio, reavivando en su alma el conocimiento del sendero budista a la iluminación. Pero fue recién cuando visitó los círculos de las cosechas, primero en la Espiral Hiperdimensional del Templo de Stonehenge y posteriormente, en la Triangulación Fractal, cerca de Silbury Hill 1, que pudimos establecer un claro canal de enlace, pues entonces la comunicación fue instantánea y sin obstáculos.



1 La Espiral Hiperdimensional del Templo de Stonehenge se refiere al Conjunto Julia (véase ilustración), trazado al otro lado del camino de Stonehenge en julio de 1996. La Triangulación Fractal, cerca de Silbury Hill, se refiere a la Estrella de David fractal trazada en un campo a los pies de Silbury Hill en julio de 1997.



Allí, mientras se recostaba por primera vez en el jeroglífico de la cosecha, rodeada de la forma y morfología sagrada de Sirio, Trydjya se despejó para recibirnos: una conciencia colectiva, los Emisarios del Sumo Consejo.



El Conjunto Julia
Este magnífico círculo de las cosechas apareció junto a Stonehenge en julio de 1996



Aquellos de vosotros que aún no habéis explorado los jeroglíficos de las cosechas, en estos próximos años de la Tierra os sentiréis atraídos en gran número hacia los campos de Inglaterra.



Allí descubriréis las señales más significativas de la conciencia estelar que se está manifestando actualmente en vuestra dimensión. Esto es contacto, una respuesta al llamado de SETI 2 y a las rudimentarias imágenes que la NASA, vuestra principal organización espacial, ha estado enviando al cosmos durante años en búsqueda de una respuesta, de algún indicio de vida inteligente en el universo.



2 SETI [Search For Extraterrestrial Intelligence - Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre] - proyecto de la NASA que consiste en el envío de patrones de sonido al espacio con la esperanza de recibir una respuesta inteligente.


¿Os dais claramente cuenta de que los comités «top secret» de vuestros líderes militares nunca han tenido la intención de compartir los saludos de vuestros hermanos y hermanas de la galaxia con la gente de vuestro mundo?



Reiteramos que el Poder pretende disuadiros, retener la información al servicio de sus propios intereses militares y económicos, y por ello os hacen sentir ridículos e inmaduros si os atrevéis a reconocer las verdades que están codificadas en los tallos de trigo aplanados.



Pues,

¿Qué sucedería si vosotros, toda una multitud, de pronto tomarais conciencia de que unos seres inteligentes provenientes de otros mundos en vuestra galaxia han estado trabajando con vuestros gobiernos durante años?

¿O que en la Tierra hay energía libre al alcance de todos?

¿O que todo el arsenal de armas nucleares, que actualmente amenaza con aniquilar la vida en Gaia, podría ser desmantelado instantáneamente?

¿No caería inmediatamente la estructura de Poder?

¿No se vendría abajo Wall Street, cuando bajen los valores de sus actuales baluartes, los recursos que se están arrancando del corazón mismo de la Tierra?

¿No se terminaría la guerra —el producto de que os estimulen para que abriguéis sentimientos de separación y subdivisión entre religiones, países, razas y creencias antagonistas— con el conocimiento de que vosotros sois el pueblo de la Tierra, habitantes del Jardín del Edén, una de las muchas especies de seres inteligentes que pueblan el universo material?

En verdad, ¿no se alteraría por completo vuestro enfoque, mientras examináis el cosmos para encontraros con el linaje largamente esperado de vuestras familias ancestrales?


Si provocamos sentimientos de resistencia defensiva en vosotros, pensamientos de que el panorama es tan diabólico que ni siquiera vosotros lo creéis, entonces os pedimos que consideréis por qué motivo las masas de la humanidad han oído hablar sólo remotamente de los círculos de las cosechas. Por qué razón, a través de los medios de prensa, se ha hecho creer a la mayoría que dichos círculos son la loca fantasía de un par de viejos tontos que, en las oscuras noches de su tedio, no tenían nada mejor que hacer que caminar en círculos, arrastrando un tablón por las sembrados durante lo que debieron haber sido horas insoportablemente largas.



¿Pero por qué?



Aun si hubiese una remota posibilidad de que estos hombres simples pudieran haber sido verdaderamente los arquitectos de formas tan profundas, ¿qué posible motivación podrían haber tenido para justificar un esfuerzo tan arduo?


«Hacer reír al mundo», según se declaró, fue la motivación instigadora del fenómeno, una pequeña travesura graciosa. En cuanto a hipótesis, eso podría explicar unos pocos casos deformes de siembras aplanadas, pero sin duda carece de credibilidad cuando uno observa detenidamente la formidable simetría y diseño geométrico de los intrincados jeroglíficos.



Tampoco explica la abrumadora cantidad de formaciones que se han hecho en el curso de los años, pues desde hace muchos veranos hemos venido recreando nuestras obras de diseño y simbolismo galáctico en los campos, hemos traído hasta vosotros más complejidad de forma y hemos elevado las frecuencias de luz y sonido que contienen.



¿Dónde están los reportajes de prensa que abordan los temas de interés humano, los relatos de las increíbles experiencias transformadoras que mucha gente ha vivido cuando ha visto los círculos y ha entrado en ellos?


A menudo se ven helicópteros de la Real Fuerza Aérea sobre los jeroglíficos, y es muy común que los exploradores de los círculos vean al personal de la Fuerza Aérea filmando desde arriba, haciendo tomas de cerca de la actividad en los campos. Algunos de vosotros os dais cuenta de que en realidad espían a los visitantes de los círculos, acumulando información de quién está transmitiendo la información a la ciudadanía.



De hecho, Trydjya ha sido fotografiada, recostada en el vórtice del círculo central de la Espiral Hiperdimensional, mientras pasaba por el proceso de sintonización. Esa invasión de su libertad tiene mucha gracia, pues ellos cumplen con su trabajo, pero no saben qué es lo que están buscando.


Incontables testigos han dado su testimonio personal de la presencia de los helicópteros de la Fuerza Aérea sobre los jeroglíficos. No cabe duda de que los militares no estarían derrochando el dinero de los impuestos de los contribuyentes tan sólo para seguirle la pista a unos bromistas insignificantes, ¿no? Dada vuestra resistencia contra el régimen tributario injusto y obsesivo, tenemos que deducir que os rebelaríais en contra de un desperdicio tan inútil. ¿Cuál, entonces, suponéis que es su verdadero interés en el fenómeno de los círculos de las cosechas?


Miembros dignos de crédito de vuestras comunidades espirituales y científicas han identificado en la compleja composición de las ecuaciones de los jeroglíficos la presencia de geometría multidimensional, matemáticas fractales, y formas y vibraciones bio-geométricas. Aun así, observamos con curiosidad que la población en masa está dispuesta a aceptar la explicación que da la clase dirigente de lo que, tal vez, sea la manifestación más tangible de comunicación interdimensional hoy en día en vuestro planeta: en primer lugar, que dos ancianos bromistas en búsqueda de diversión posean semejante riqueza de información; en segundo lugar, que pudieran tener la capacidad de expresar dicha sabiduría en formas tan perfectas como aquellas que ahora estáis presenciando en la campiña de Inglaterra.


La clase dirigente quiere que ignoréis los mensajes colocados en las cosechas, negando que sus configuraciones complejas y significativas sean representaciones reales de vida inteligente en otros reinos, y os priva de vuestro lugar en el esquema cósmico de las cosas. Por esto, para vuestra propia edificación, sería sabio que experimentéis los círculos de las cosechas en persona, pues si estamos imprimiendo símbolos de Sirio en vuestro campo de visión tridimensional es para comunicarnos con vosotros, para estimular vuestra respuesta.



Os traemos una prueba, un mensaje tangible, algo que podéis creer que es real. Nuestro deseo es sacudir a la población para que salga de su trance narcotizado, de su sedación; es ayudar a quienes son inconscientes a que se hagan conscientes de todo lo que los rodea. No obstante, primero tendréis que abrir los ojos a lo que es visible en vuestra realidad antes de que podáis ver lo que flota a vuestro alrededor en los éteres.


Para aquellos que están fuera del ámbito de vuestra experiencia, es muy revelador que la indiscutible claridad de los jeroglíficos, sus orígenes extradimensionales, hayan hecho impacto sólo en un grupo muy limitado de individuos. Esto refleja exactamente hasta dónde llega la ceguera de las masas en su percepción de lo que las rodea. Anestesiadas, se hipnotizan frente a sus máquinas holográficas atiborrando sus cuerpos con la droga de la indiferencia y, desde sus sillones de inercia y adicción, os condenan por vuestra brillantez y percepción, por vuestro atrevimiento de cuestionar a la autoridad o de dudar de lo convencional.



Pronto se enfrentarán a la consecuencia kármica de esa indiferencia, pues, a no ser que se abran al cambio, no habrán desarrollado la conciencia para integrarse a las energías más elevadas y al cambio de tiempo. Muchos optarán por marcharse, por reencarnarse en otros mundos donde puedan continuar con su proceso evolutivo a un paso mucho más lento, y así debe ser.



Aquellos de vosotros que os quedéis, sin embargo, tenéis que despertar de vuestro sueño, para que podáis aunar vuestros esfuerzos a fin de hacer que Gaia recupere el equilibrio antes de la fase final de su transición.


La ley universal requiere que todos los seres sensitivos honren el libre albedrío de todos los demás seres vivos y, por consiguiente, ha sido diseñada como un modelo de no intervencionismo, es decir, la orientación ha de darse libremente a quien la busca y no ha de imponerse jamás en aquellos que no la solicitan. Hacerlo sería interferir en su karma e iría en contra del proceso natural.



Sin embargo, como raza, vosotros tenéis una obligación ante Gaia, sus hijos y aquellas formas de vida que no pueden comunicarse, que no pueden pedir ayuda. Por lo tanto, tenemos la libertad de advertiros de los peligros que enfrentáis como seres en un planeta que está experimentando la intensificación de la brutalidad y la rapiña de seres que todavía no han despertado y que, sencillamente, no pueden percatarse de lo que le espera al planeta Tierra y a toda la humanidad.


Las señales están en todo vuestro entorno; son cada vez más alarmantes y están manifestándose en todos los rincones del globo. Los vientos han empezado a soplar. Y así como solamente un puñado muy selecto de vosotros está dispuesto a reconocer la sabiduría cósmica en los campos de Inglaterra, de igual forma sólo una pequeña minoría de la población global capta las señales que una Tierra moribunda está enviando a sus guardianes en su lucha por sobrevivir a la despiadada mano del hombre.

Observamos que de ese reducido aunque creciente número de vosotros que habéis experimentado los círculos de las cosechas, los que son hipersensitivos sólo necesitan aproximarse a sus perímetros para sentir las corrientes que circulan por los jeroglíficos y pasan a sus cuerpos; los clarividentes, realmente, pueden ver las formas de energía y los seres de luz presentes allí; los clariaudientes, como Trydjya, se han recostado sobre los jeroglíficos, han sintonizado su wam con las frecuencias alteradas y han establecido la conexión galáctica a través de canales abiertos para recibir la transmisión directa del Consejo de Sirio.



Los demás, simplemente, estáis fascinados por la belleza y complejidad de su forma, y muchas son las profundas revelaciones de aquellos de vosotros que habéis sido «llamados». Sea cual sea vuestra respuesta personal frente a un jeroglífico de las cosechas, podéis tener la certeza de que entrar en el círculo os pone en nuestros campos de resonancia, pues vuestro ADN se altera y vuestra vibración sube, facilitando con ello la expansión de vuestros campos de energía.


A pesar de los esfuerzos de la clase dominante para distraeros y alejaros de las formaciones, un número cada vez mayor de vosotros se sentirá atraído por los campos para poder constatar y experimentar en persona esa incuestionable demostración de conocimiento superior, el cual seguimos imprimiendo en la tierra de Gaia.



Cada jeroglífico contiene los datos, códigos e información de las Claves de Sirio de la Ascensión Universal, pues estas son nuestras obras —nuestro medio preferido del sonido aplicado a la forma y al simbolismo sagrado—, la manifestación de la luz de la conciencia.


Somos muy conscientes de vuestro ardiente deseo de saber exactamente cómo se forman los círculos de las cosechas, y estamos encantados con vuestras numerosas teorías, vuestras profundas intuiciones e investigaciones científicas. Es una experiencia conmovedora observar a la humanidad mientras expande y proyecta su mente. Nos deleitamos a medida que, como niños maravillosos, abrís vuestros corazones a vuestra familia galáctica.



Cuando os recostáis silenciosamente en los campos de trigo, nutridos con las energías cósmicas que fluyen por vuestro ser, sintiendo el amor y la maravilla de estar en el hogar, saboreamos vuestra reverencia y asombro. La conexión nos inunda de regocijo y celebración. Quienes ya habéis entrado, sabéis, pues vuestro Espíritu ha sido inexorablemente alterado a partir de ese momento, y estáis radiantes de emoción por vuestra experiencia, la sensación de estar donde pertenecéis: la Reunión.



Vosotros, los que estáis despertando, podéis sentir lo que se avecina. Estáis palpitando al compás de la danza galáctica, y nos conectamos con vuestro ritmo, así como vosotros palpitáis al compás del nuestro. Es intercambio, recuerdo y expectativa. Es la canción del corazón: la Música de las Esferas.


La explicación técnica de cómo se imprimen los jeroglíficos en las cosechas ya la conocéis: está enterrada en vuestra profunda conciencia de raza. Nosotros nos limitamos a utilizar esa sabiduría olvidada de Gaia, la cual os hemos descrito en una lección anterior, cuando hablábamos de transmitir las frecuencias de sonido a través de las formas geométricas sagradas.



Al igual que los sacerdotes tibetanos, aplicamos el sonido a los símbolos sagrados para materializar la conciencia. El proceso involucra activar las redes de energía de esas zonas seleccionadas del paisaje, sintetizar el sensitivo campo magnético de la Tierra, sintonizarnos con el wam de Gaia y concentrar la conciencia de aquellos seres terrestres altamente conscientes que están predispuestos a recibir nuestras frecuencias. Esto es lo único que se requiere para que podamos imprimir la conciencia hexadimensional en vuestra realidad material.



Parece mucho más complejo decirlo que hacerlo. Os pedimos que no permitáis que las palabras os abrumen, pues el papel del lenguaje es comunicar la experiencia, y éste es un descubrimiento propio que aún tenéis que experimentar.


Este procedimiento no difiere mucho de proyectar naves en vuelo en vuestro campo visual y, sin duda, cientos de miles de individuos han presenciado el fenómeno de los ovnis en los cielos. Podemos confirmar que los seres conscientes que transitan el universo material requerirían naves espaciales físicas, y éstas sí existen, en tanto que los seres de las dimensiones más elevadas trascienden lo físico.



Pero nosotros, en verdad, os proyectamos imágenes de discos y naves madre porque eso es lo que esperáis de la inteligencia extraterrestre, mientras aún os halláis confinados en vuestro mundo tridimensional. Por consiguiente, si lo que queréis son naves espaciales, nosotros podemos crearlas para vosotros, y lo hacemos, en forma de imágenes holográficas que parecen ser del reino material, pero no lo son.


No necesitamos naves para viajar a otros mundos, ni tampoco las requerís vosotros. Hemos hablado de los antiguos egipcios y los lamas tibetanos, y de la forma en que viajaban en el cuerpo a otras dimensiones y otras realidades. Sin embargo, no sugerimos que tratéis de restablecer su metodología en este momento de vuestro desarrollo, pues simplemente no es necesario. Os lo hemos expresado de muchas maneras: el conocimiento está en vuestro interior y siempre ha estado codificado allí, en vuestro ADN, esperando que lo recuperéis mediante la activación de las claves.


Tenéis inmensas minas de conocimiento que traer a vuestra conciencia en este momento, de modo que nos agrada ver que estáis superando vuestra fascinación por los ovnis —yendo más allá de eso—, pues os distrae de vuestra visión global de las cosas. El Gobierno Secreto ha estado trabajando con científicos extraterrestres, durante más de cuarenta años, para producir algunas de las naves espaciales más rudimentarias que surcan el espacio, y gran parte de lo que observáis en vuestros cielos es simplemente el producto del avance de su ingeniería.


La tecnología de discos giratorios, como hemos mencionado anteriormente, consiste en alterar los niveles de la fuerza gravitatoria y liberar a la materia de la atracción de la gravedad. Este conocimiento es fundamental para el viaje sin restricciones a través del universo material, una tecnología necesaria para emprender de lleno la penetración en las profundidades del espacio. No obstante, gran parte de la humanidad, hoy, está moviéndose más allá de los planos materiales y centrando su atención en nuevas posibilidades y horizontes distantes.


Mientras vuestras agencias militares encubiertas se regodean con la adquisición de «tecnología secreta», ésta es de conocimiento común para la vida inteligente de la galaxia, pues hay un extenso comercio e intercambio cultural en todo el cosmos, y el viaje interplanetario beneficia a todas las civilizaciones pacíficas.



La ironía de todo esto —su codicia de conocimiento y el secreto que rodea su experimentación con los discos giratorios— es que cuando ellos decidan admitir abiertamente los recursos con los que cuentan ante la gente de la Tierra, vuestro planeta se encontrará en un estado tan alterado de conciencia que, como raza, habréis llegado demasiado lejos como para que os importe.

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Capítulo V


La geometría de la conciencia manifiesta

Estáis empezando a comprender y a experimentar que vuestro ser, así como el de Gaia, está compuesto de muchas capas compenetradas, y que vuestro cuerpo astral puede viajar y entremezclarse con otras dimensiones, y lo hace constantemente. De igual manera, vuestro sistema solar —y, en verdad, todo el universo material— está compuesto de diversas capas etéreas y también experimenta viajes fuera del cuerpo.



Si bien vuestros científicos debaten con las implicaciones filosóficas y las posibilidades científicas de los universos paralelos, aún les falta mucho para entender el concepto de los cuerpos universales y el doble etéreo de ese universo físico, el cual puede moverse e interactuar libremente con otras realidades dimensionales y con otros universos, como lo hace el vuestro, lo cual es más notorio cuando soñáis, meditáis u os proyectáis astralmente.



En verdad entendemos que, desde vuestra perspectiva, ya es una tarea hercúlea conceptualizar la enormidad de un universo tridimensional aparentemente infinito. Por lo tanto, comprendemos las dificultades que encontráis cuando intentáis imaginarlo como la manifestación física de un ser vivo multidimensional mucho más grandioso, especialmente porque no os dais cuenta de que vosotros mismos sois seres de múltiples dimensiones.



Para complicar aún más las cosas, el término «capas» no describe con propiedad la sustancia etérea del Ser Universal, por cuanto el concepto en sí mismo implica una cierta perspectiva tridimensional de aspectos claramente separados. Sin embargo, es necesario para nuestro propósito, puesto que estamos intentando reducir a un lenguaje comprensible el funcionamiento del cuerpo material, etéreo y astral del Ser Universal.


Considerad el mar del universo material como un cuerpo físico o, más bien, como la manifestación de la materia construida a partir de la voluntad consciente del Creador Original. Como finalmente han reconocido los físicos cuánticos, la fuente de la materia es la conciencia; es decir, vuestros científicos ahora están empezando a entender cómo se forma la materia cuando las ondas cuánticas son activadas por la conciencia.



El pensamiento, el «primer motor», está más allá de la velocidad de la luz, y es sólo cuando aminora su velocidad hasta llegar a la de la luz que la materia adquiere potencia. En un sentido, entonces, os podemos decir que la materia es el resultado del pensamiento que primero reduce su velocidad hasta igualar la de la luz, y luego de la luz, que reduce aún más su velocidad, mientras se mueve de un lado a otro en patrones entrelazados hasta culminar cristalizándose en materia.


En esencia, decimos que el Creador Original concibió inicialmente vuestra galaxia tridimensional como un mar receptivo de conciencia que se manifiesta a través de patrones de onda, y éstos, una vez activados, resuenan en patrones geométricos definidos. Lo que aparenta ser aleatorio o invisible es realmente una exquisita trama de forma, proporción y vibración geométrica entretejida en todo el mundo material. Podemos decir, entonces, que la arquitectura de la materia se estructura sobre ondas de energía conscientemente dirigida, y toma forma en una matriz constantemente cambiante y fluida, de proporción y armonía geométricas.

La organización de estos patrones es lo que plasma la materia en sus infinitas manifestaciones y dimensiones. Si hemos de aceptar que todo el universo tridimensional existe en forma de diversas densidades de conciencia-materia, por definición, entonces, todo lo que está contenido en él habrá de describirse como tal. Aquello que parece un mar infinito de la nada, un vacío, es en realidad un ser físico que se expresa en patrones de conciencia geométricamente formados que se alteran continuamente.



¿Es posible que visualicéis un universo de conexiones infinitas de patrones y ondas que son absolutamente interdependientes?



Os decimos que cada uno de vuestros pensamientos afecta los modelos de la realidad.


Lo que a primera vista consideráis que es un vacío, después de una profunda reflexión es cualquier cosa menos eso. Por ejemplo, cuando contempláis el espacio, tendéis a imaginar un silencio oscuro y, sin embargo, aceptáis de buena gana que en el vacío hay cuerpos celestes, estrellas, polvo espacial, asteroides, meteoros, satélites —vuestra basura espacial—, astronautas, nubes, gases y otros elementos menores, ¡incluso la masa de vida y sus manifestaciones de vuestro mismísimo planeta!



Muchos de vosotros habéis aceptado la realidad de las naves espaciales de otros mundos, naves madre de enorme configuración, y partículas de otras dimensiones aún sin definir. Puede que hayáis oído hablar de las bacterias espaciales, una creciente preocupación de la comunidad científica. No olvidemos los rayos cósmicos, los rayos gamma y los sonidos que emanan de esta materia espacial, y admitiréis que es un vacío en verdad muy lleno.


Las ondas y partículas de la física cuántica son los vehículos elementales de la conciencia, la materia de la cual se forma la sustancia del universo, muy similar a lo que los aminoácidos son para las proteínas. Nada es independiente. Por muy distantes o separadas que parezcan las cosas en la visión tridimensional, toda dimensión, conciencia, oscuridad y luz son solamente aspectos polares del Uno.



Por lo tanto, cuando se os dice que podéis afectar el resultado de todas las realidades, ya sea un aspecto de vuestro mundo individual o aquél de la próxima transformación que acaecerá tras la liberación de Gaia, sabed que poseéis la capacidad de alterar cualquier destino. En vuestra calidad de co-creadores, continuamente centráis vuestra conciencia para cambiar de frecuencias y, al hacerlo, alteráis la materia y afectáis el tiempo, o el tiempo futuro, como aún lo entendéis.


Si arrojáis un guijarro en un estanque, causará suaves ondas en la superficie, mientras que una roca grande formará una ola que romperá contra la orilla. Os recordamos que el universo es inimaginablemente inmenso e infinito y, por lo tanto, para efectuar un cambio de grandes proporciones tenéis que superar vuestro sentido de individualidad y uniros a los demás, para guiar conscientemente el destino de Gaia y enviar esas vibraciones amorosas dirigidas a la inmensidad del Ser Universal.



Las ondas de conciencia, por muy distantes que sean, se experimentan en todas las dimensiones de los cuerpos del alma del Ser Universal. Por esto estamos tan involucrados en servir a la humanidad en esta etapa crítica de nuestra evolución mutua. Las ondas pasan a través de nosotros y se convierten en nuestra vibración, afectando nuestras vidas como afectan la vuestra, tan sólo en diferentes frecuencias de intensidad.


Y luego está la Finísima Red, ese brillante despliegue de los hilos de luz dorada del Espíritu que, al igual que los tejidos de las mujeres pioneras de antaño, se entreteje desde los confines más lejanos hacia el centro y, al unirse, unifica la Luz del Amor del Espíritu en todas sus dimensiones y en toda conciencia. La triangulación de los filamentos de luz, la más sagrada de las formas geométricas del cosmos, personifica la explosión creativa de la Trinidad y es la ruta principal de la Familia de Luz: el camino al hogar.



Allí donde confluyen los tres rayos, en esos cruces de la Red, los coloridos rayos del espectro de vuestro arco iris se irradian por todos los cuerpos del Ser Universal, y ése es verdaderamente el «puente» de la tradición mítica y de los pueblos indígenas. En nuestra experiencia mutua del despertar espiritual a través de la Red, centelleando con la música del Corazón Único, compartimos la gran vibración wam del Ser Universal, y con estas cuerdas se canta la música de las esferas.



La orquesta primordial no es más que el corazón que pulsa las cuerdas de la conciencia.


Aquí reside la solución al panorama del Apocalipsis, el cual niega vuestra divinidad e invalida vuestro poder de concentrar la conciencia en el resultado positivo, pues vuestra creencia en él le da vida, a medida que las ondas de miedo e impotencia alteran la sustancia misma del universo. Os hacemos un llamamiento a la unidad, a que elevéis las frecuencias vibratorias de vuestros pensamientos y reconstruyáis el universo para que resuene con la esperanza y la visión extática de un mundo brillante y amoroso, y nosotros experimentaremos esas ondas de amor y os las reflejaremos a través de la Finísima Red desde nuestra dimensión del cuerpo del alma del Ser Universal.


Hemos llevado a nuestro instrumento, Trydjya, en su cuerpo etéreo hasta los confines más remotos de vuestra galaxia, y para hacerlo simplemente resonamos con su wam y la transportamos en las ondas cuánticas hasta su hogar estelar, donde ha recibido la afinación vibratoria necesaria para descodificar estas transmisiones. Ha conocido el esplendor del viaje por el pasaje del vórtice hasta el cuerpo etéreo de vuestra galaxia, donde se ha conectado con seres de universos paralelos en niveles más elevados de conciencia.



Somos conscientes de que vuestra credibilidad se pone a prueba cuando tratamos de describir la enormidad y complejidad de las realidades simultáneas mediante simples estructuras de pensamiento lineal; no obstante, creed que vosotros, lazos del corazón de Alción, hoy estáis preparados para aceptar estas verdades tal como llegan a vosotros a través de nuestro instrumento, Trydjya, uno de los muchos mensajeros enviados para ayudaros en vuestra recuperación de las claves de la ascensión.


Para explicar el Ser Universal multidimensional, y cómo se pliega y despliega en sus cuerpos etéreos, usaremos como metáfora el volcán y su actividad eruptiva. Cuando el mundo interior bajo la superficie, en estado fundido y gaseoso, llega a la fase yang explosiva de su cuerpo vibratorio, sale disparado a través de los vórtices volcánicos, llenando el espacio conocido como «aire» con partículas de su forma.



Entonces, cuando el campo de fuerza magnética yin de la Tierra lo atrae de nuevo hacia abajo, se precipita hasta los océanos y formaciones de tierra para enfriarse y cristalizarse, adquiriendo una nueva forma que constituye «la superficie». En esencia, presenciáis un torrente de materia que emana de un vórtice y que luego, en cierto modo, regresa a sí misma en forma alterada. Con el tiempo, como en el caso de Atlántida, los sismos, los cambios continentales y los hundimientos hacen que estas masas de tierra regresen abajo y, al hacerlo, completan una revolución en la rueda de los infinitos ciclos de transmutación de forma y energía de la Tierra.


A vuestros científicos les falta mucho para entender el propósito, función y forma de los agujeros negros que impregnan el cosmos porque/ como ya dijimos, están trabajando a partir de un contexto tridimensional. Sin embargo, nosotros no, de modo que tenemos la libertad de ofrecer una perspectiva muy diferente de aquella que se genera en la hipótesis científica, perspectiva que tendréis que contemplar y procesar a través de vuestro cuerpo emocional e intelectual a fin de determinar si resuena con la verdad de vuestro interior.


El espíritu de vuestro universo físico en expansión se abre paso a través de sus vórtices y viaja por planos astrales para experimentar sus yo dimensionales más elevados, así como sus universos paralelos, que coexisten como cuerpos deidades del Creador Original. Descritos como «agujeros negros», los vórtices a través de los cuales pasa la conciencia en evolución del alma del Ser Universal son en realidad curvaturas del espacio, tubos toroides de energía en espiral que desafían todas las leyes de la física con las que contáis actualmente.


Vuestros científicos modernos quieren definir un agujero negro como un punto de salida por donde la materia, de una u otra forma, abandona el universo material, y ni siquiera se aventuran a explicar adonde va luego. Igualmente, si la ciencia quisiera describir un agujero blanco como un punto de resurgimiento de la materia, ¿no tendría que definir el lugar del cual emana, dada la contradicción anterior de que al marcharse se ha ido a «ninguna parte»?


Un agujero blanco es, entonces, ese vórtice a través del cual un aspecto de la conciencia del alma del Ser Universal regresa a su cuerpo material. En ambos casos estamos describiendo, en esencia, el cordón de plata, esa conexión entre lo astral y lo físico que o bien habéis experimentado personalmente en vuestros viajes fuera del cuerpo, o lo estáis leyendo y oyendo ahora de parte de quienes tienen experiencias cercanas a la muerte y visiones astrales.


Es por medio de este renacimiento cíclico que vuestra galaxia se renueva continuamente, y os recordamos que el proceso del nacimiento, como tal, es siempre un paso de una forma a otra, a través de la sagrada oscuridad y la luz, y de regreso otra vez.


Pensad en la magnitud de lo que os estamos pidiendo que concibáis: la conciencia en evolución del alma del Ser Universal que deja su cuerpo físico a través de los túneles de sus cordones astrales para viajar a otras dimensiones, otros universos, otros estados de conciencia. Si le describiésemos vuestros propios viajes astrales a la conciencia de un átomo de vuestras células, ¿no le resultaría tan inconmensurable e inimaginable como esta inmensa hipótesis? ¿Y qué propósito tiene todo eso?



La respuesta es obvia: así como vosotros (como una unidad de conciencia) buscáis la iluminación espiritual mediante la conquista de la materia y de vuestra limitada percepción física, también lo hace el Ser Universal, quien mediante la ascensión a su cuerpo astral experimenta la apoteosis de su yo-Dios, la renovación del Todo-lo-que-es, Que-siempre-ha-sido y Que-siempre-será.


Los primeros faraones, descendientes (en todo sentido de la palabra) de los seres del cuerpo de luz de los sistemas estelares de las Pléyades y Sirio, disfrutaban y se deleitaban con los placeres del mundo de los sentidos, y por éste motivo desarrollaron su capacidad de preservar la forma física con esa intensidad y concentración, como lo manifiestan sus sofisticados métodos de momificación del cuerpo.



Sin duda ha de pareceros que este es un parangón interesante. Ahí estáis vosotros, que os sentís «atascados» en la realidad tridimensional, ejercitando vuestro deseo de pasar a vuestro cuerpo de luz, en tanto que ellos persiguieron fervientemente el deseo de retener el cuerpo físico en un contexto inmortal.


Observar vuestra realidad desde nuestra perspectiva es mucho menos intrincado que vuestros intentos de alcanzar la conciencia y visión más elevadas que se requieren para experimentar esta dimensión desde la densidad de la realidad tridimensional. No obstante, estáis desarrollando estas capacidades, y no está muy lejos en el tiempo lineal el momento en que conoceréis la fusión de estas realidades de capas múltiples. Os estáis esforzando por imaginar qué es lo que os espera, y aunque aún no podéis percibirlo, sentís que se está acercando. Las cosas ahora están moviéndose más rápido, mucho más rápido, girando hacia el gran vórtice.


Ahora podéis entender con mayor precisión el propósito del Gran Octaedro, el acelerador de energía libre. Los primeros faraones, habiendo alcanzado la realidad física sin perder su conciencia del cuerpo de luz, deseaban viajar en el cuerpo a las dimensiones superiores con la misma determinación con que deseaban conservar su forma en la muerte. Dioses orgullosos, llevaron a los reinos de las Pléyades y Sirio la experiencia de la expresión a través de la materia densa, y reflejaron las frecuencias más altas de la existencia material a los seres de luz de muchas dimensiones.


Sus cuerpos emocionales intensificados, polarizados por la dualidad electromagnética de Gaia, enviaban ondas de inmenso amor, deseo y placer a las Pléyades, el chakra del corazón del universo.



La conciencia siriana recibió un campo fértil de nuevas ecuaciones, desafíos y realidades probables para hacerlos cristalinos y darles forma.


Plantar la semilla de Egipto fue uno de los grandes experimentos de las dimensiones más elevadas, y todos los ojos estaban fijos en Gaia, así como hoy, una vez más, hemos puesto nuestra atención en el grandioso despertar de vuestro mundo.



Sentimos y experimentamos nuevamente vuestro amor vertiéndose en los cielos, y con la alianza siriano-pleyadiana, que ahora ha tomado vuelo, deseamos estimular vuestra memoria estelar de la geometría y forma sagradas de la conciencia del sexto nivel, unida al amor de la vibración pleyadiana, para que podáis enviar la música de vuestra alma a través de las ondas de la conciencia universal y conozcáis al Creador Original en cada momento de vuestra existencia.


Ya no volveréis a sentiros huérfanos. Vuestra familia galáctica anhela el momento en que os reuniréis en la celebración de la liberación de Gaia desatados de vuestras restricciones tridimensionales. La red que una vez sujetó a la Tierra en la oscuridad del control de los Anunnaki sencillamente no puede soportar las frecuencias que la Finísima Red está enviando a través del Ser Universal y, además, ellos se han cansado de su experimento. Han mirado en sus tubos de ensayo y han encontrado que la naturaleza de la conciencia humana híbrida ha alterado el resultado.



Finalmente, reconocen que el atraparos en la polaridad extrema de sus controles deliberados es una denota definitiva. Mientras la Tierra avanza hacia la iluminación, el juego está prácticamente perdido.


Los descendientes de los Anunnaki, la élite de poder, sienten que el control se les está escapando de las manos, su red se está desintegrando y la luz está ganando, y están aferrándose al poder para su propia supervivencia. Se ha elaborado y montado una amplia estrategia para evitar que abortéis su misión, y por este motivo han recreado una forma de la jaula estructural Anunnaki en Internet, la red tecnológica a la que nos hemos referido anteriormente.


Diseñada para aparecer como la suprema red de comunicaciones de la humanidad —la tecnología «imprescindible» de la década de los noventa— es, por el contrario, una herramienta de control muy peligrosa de la estructura de poder. Lo sabemos: muchos de vosotros estáis encantados con Internet, por cuanto tenéis la libertad de jugar y compartir vuestros pensamientos, conocimiento y curiosidad con hermanos y hermanas a lo largo y a lo ancho de la gran expansión de vuestro planeta en tiempo instantáneo, pues tenéis un gran anhelo de desembarazaros de vuestras restricciones del tiempo lineal.



Os estáis promoviendo, haciendo contactos y derribando viejos sistemas con gran entusiasmo y deleite, conforme admiráis vuestros avances y celebráis las tendencias de la tecnología de punta. Muchos de vosotros estáis creando vuestras páginas de Internet, os estáis uniendo a los trabajadores de luz del mundo entero en cada instante de éste, el más apasionante de todos vuestros tiempos.



Experimentáis el acceso y conexión infinitos que proporciona como un paso positivo y vital —una necesidad— para vuestra travesía a la luz. Sin embargo, os pedimos que sopeséis cuidadosamente nuestra visión de la red tecnológica, por cuanto creemos que necesitáis una imagen objetiva de sus implicaciones de largo alcance, y desde la sexta dimensión percibimos un panorama bastante diferente de aquel que se está representando en vuestras mentes.


Hace poco tiempo, en vuestra primera fase tecnológica de desarrollo, apareció la radio, y la vida nunca volvió a ser la misma para vosotros. Reunidos alrededor de vuestro juguete nuevo, os regocijabais con la voz del entretenimiento y las noticias mundiales, y os convertisteis en receptores de ondas de sonido conscientemente dirigidas, y teníais la libertad de percibirlas e interpretarlas en muchos niveles de comprensión.



Creasteis imágenes visuales en vuestra mente, experimentasteis nuevas emociones, y empezasteis a conocer las posibilidades de comunicación global que la humanidad entera tenía por delante. Una herramienta limitada, pero efectiva, la radio alteró vuestras percepciones, manipuló hasta cierto punto vuestras decisiones y afectó vuestras emociones; ésta fue la primera forma tangible de control mental en masa que experimentasteis. No obstante, en el silencio de vuestros campos lejanos y poblaciones aún relativamente remotas, fue una amiga bienvenida en esas noches solitarias de vuestro aislamiento.


La televisión fue el siguiente gran paso para despojaros gradualmente de vuestro poder. Esta vez usurparon vuestras capacidades imaginativas y de visualización creativa, suplantándolas con las imágenes holográficas y los sonidos que llegan a vosotros desde vuestras pantallas.



El Poder ahora tenía una ventaja enorme sobre vosotros, porque a través de este medio podía controlaros emocionalmente, compraros y venderos, drogaros y alterar por completo vuestro estilo de vida. Pegados a vuestro televisor, atascados en vuestra creciente impotencia, habéis sido explotados a través de la televisión con resultados bastante desastrosos. Físicamente, os están convirtiendo en gordos y aletargados, y mientras tanto, llenan vuestra aura de polución electromagnética, formas negativas de pensamiento y «enganche» adictivo.



Os sentís frustrados y aburridos, y si «no hay nada bueno en la tele», os volvéis irritables e indiferentes.


¿Y qué hay de los niños?



Están perdiendo su inocencia creativa, el deleite del descubrimiento de la naturaleza y su simplicidad, y están haciéndose insensibles a la violencia y la desesperación. ¿No habéis notado el aumento drástico de suicidio infantil en vuestras culturas? ¿No os habéis preguntado tampoco por qué un número tan elevado de jóvenes está optando por marcharse quitándose la vida?








de Warning To The World



Los niños pasan tantas horas delante de las pantallas del televisor, entregados a las imágenes vacías y al violento trastorno representado allí, que para nosotros es un milagro que se las arreglen para superar eso. Sus pequeños y preciosos cuerpos absorben cantidades tan excesivas de radiación, que podéis tener la certeza de que una cantidad abrumadora de ellos desarrollará enfermedades muy graves relacionadas con la televisión y la computadora cuando lleguen a los veinte años.


Este síndrome ya está apareciendo en forma de fatiga crónica y manía depresiva en la primera oleada de adultos criados con adicción a la televisión. También se están dando con mayor frecuencia casos de niños que sufren ataques después de pasarse horas usando la computadora, para gran perplejidad de los doctores, quienes no tienen el conocimiento ni el entrenamiento para tratar los casos de manipulación de la energía sutil, el síndrome de la pantalla, y los efectos de la radiación electromagnética.



No tienen idea de cómo tratar los síntomas, mucho menos la causa, pues son pocos los que quieren creer en los peligrosos efectos secundarios de estar enganchados a la pantalla. El número de niños afectados aumentará con alarmante rapidez, hasta que os conmocionéis lo suficiente como para rebelaros en contra de vuestra obsesión y quitéis los enchufes.


No ignoréis los muchos miles de millones de dólares invertidos en los comerciales de televisión, donde el conglomerado multinacional bombardea vuestro subconsciente con productos entremezclados con mensajes subliminales de control mental; es una campaña tan feroz, que sencillamente sois incapaces de oponer ningún tipo de resistencia.



Ellos saben mucho más que vosotros acerca del impacto que tienen las imágenes, los mensajes y los sonidos encubiertos. Los subliminales en los anuncios, como es el caso de las imágenes superpuestas, las imágenes inducidas y las bandas sonoras encubiertas en el mensaje perceptible, atacan vuestros chakras inferiores. Pronto, sin que lo sepáis conscientemente, estáis comprando productos, pues vuestro yo sexual y animal ha sido excitado en el área de la respuesta subconsciente para que entre en acción. Esto es un hecho. Aunque gran parte de las empresas de publicidad niegan el uso de subliminales, podéis identificar fácilmente el material en muchos de los anuncios que se ven en revistas, carteles y otras modalidades de publicidad fija.


Enfrentadlo: el Equipo de la Gerencia Corporativa de la Tierra os considera ovejas inconscientes y controlables, a quienes es fácil incitar a consumir, reaccionar y comportarse como ellos quieren.



Os venden la convicción de que no sois bastante hermosos, bastante delgados, bastante ricos, bastante listos o bastante chic. Entretanto, los productos que pretenden proporcionaros belleza, cuerpo, riqueza, inteligencia y distinción, os los meten a empujones en la conciencia, constantemente y de manera enervante, en todos los momentos en que estáis mirando. Los anuncios comerciales no sólo están presentes en el texto promocional oficial, también están disimulados en los cuerpos perfectos de las estrellas; en una toma donde se ve la etiqueta de algún producto; en la marca de un automóvil... Todo está muy bien pensado y hecho con premeditación.



No tenéis idea del tiempo y dinero que se invierten en crear estos paquetes de imágenes, pues la tarea de las agencias de publicidad, su objetivo, es garantizar el aumento de las ventas al cliente.


Con ese fin, la mayor parte de la gerencia corporativa se valdrá de cualquier medio disponible si pretenden permanecer en el negocio altamente competitivo de induciros a comprar un producto. La publicidad financia a la televisión, el medio que, hasta ahora, ha sido el más efectivo en movilizar a las masas de la humanidad al consumo compulsivo e irresponsable.



Os vuelve pasivos y receptivos al dogma político y socioeconómico, a los productos y a la opinión. Mientras más horas miráis, más os amoldáis subconscientemente a los mensajes y, más importante aún, consumís más. Ellos tienen la tecnología; no os podéis escapar de ella del todo, pero podéis reducir enormemente el efecto de la manipulación subliminal al liberaros de los instrumentos de telecomunicación y persuasión masiva.


El auge de la industria de la informática realmente fue un aliciente para los equipos de tecnología, pues ahora contáis con hardware y software que son imprescindibles y que inmediatamente se vuelven obsoletos, y ellos tienen a una colosal población inerte situada frente al monitor de su computadora o pantalla de televisión durante gran parte de las horas en que está despierta. Considerando que hoy las computadoras en el ambiente de trabajo, en los hogares y en las instituciones educativas emulan la adicción a la televisión, eso bien puede significar que estáis pasando más de doce horas diarias poseídos por las imágenes de una pantalla.



¿Todavía creéis que dicha tecnología os «ahorra tiempo»?



Sed francos: si aún no habéis quitado el enchufe, preguntaros cuánto de vuestro precioso tiempo pasáis mirando pantallas.



¿Cuándo fue la última vez que os tomasteis el tiempo para caminar por un bosque o un campo de hierba? ¿Os habéis tendido con vuestros hijos entre las flores silvestres en una pradera alguna vez? ¿Les habéis mostrado la suave brisa del viento en las olas?



Con toda seguridad, vuestros hijos están tan atrapados por la tecnología que prefieren un salón de juegos electrónicos o sentarse pegados a la televisión, y no ese tipo de descubrimiento, porque es muy fácil, y ellos también se están volviendo adictos a su inercia.


Las computadoras, en verdad, son útiles si las usáis como una extensión de vuestra inteligencia creativa, y no queremos sugerir que regreséis a un estado de existencia primitiva y que os privéis de los beneficios de la tecnología. Más bien, quisiéramos iluminaros en cuanto a los peligros y el mal uso de esa tecnología, cuya existencia os atrapa y os vuelve impotentes. Ésta es nuestra advertencia en cuanto a Internet: simplemente os pedimos que, junto con los aspectos aparentemente beneficiosos, tengáis en cuenta el impacto negativo de esta red, pues eso es exactamente lo que es.



Ahora que la fibra óptica se está instalando alrededor del globo, podéis conceptualizar la realidad material de dicha red, pero ¿reconocéis las sutiles implicaciones contenidas en su formación etérea?


Estáis empezando a creer que sin la red no podéis ser miembros funcionales de la era de la tecnología. Creéis que estáis ahorrando tiempo, haciendo a un lado el tedio con el brazo de Internet, y también estáis convencidos de que si no sois eficientes en el manejo de la red, caeréis en alguna categoría nebulosa de mente anticuada e ineficaz y ya no podréis funcionar en la sociedad.



Se invierten muchos miles de millones de dólares para asegurarse de que sigáis creyendo que dependéis de la tecnología, y esos mismos miles de millones salen directamente de vuestros bolsillos. Irónicamente, sois vosotros quienes estáis poniéndole combustible al mecanismo para que se perpetúe a sí mismo en un legado que os hace alimentar al monstruo que os mantiene esclavizados.


Si se nos permite plantear una hipótesis siniestra con el fin de sacaros de vuestras convicciones, sugerimos que conectaros a la red os hace interactivos de muchas formas que no os favorecen. El Poder adquiere la capacidad de rastrear vuestros contactos, hábitos y poder adquisitivo, y la información que dais en vuestra ingenuidad no tiene fin, pues creéis en la red y en el dios tecnológico, y, en verdad, habéis sido programados con ese objetivo.


Dentro de poco tiempo, todos los vehículos serán programados a través de la red. Ya no necesitaréis estudiar rutas, consultar mapas o confiar en vuestro sentido natural de orientación, pues el autonet —disfrazado de útil dispositivo de localización— en realidad estará rastreando dónde os encontráis exactamente cuando no estáis en línea o enchufados en vuestra casa u oficina. Dispositivos de rastreo por satélite ya se están infiltrando en vuestros mercados, se los venden a los desprevenidos bajo la apariencia de «tecnología de protección contra el robo».



¿Reconocéis el potencial que tiene esto? ¿Qué habría ocurrido en los oscuros años del régimen de McCarthy en la historia de Estados Unidos (apenas unos cincuenta años atrás) si Internet ya hubiese estado en funcionamiento? ¿Realmente creéis que nadie se interesaría en tener acceso a vosotros con intenciones que no fueran altruistas y constructivas?



Con una comprensión elemental del marketing de segmentos y la publicidad basada en estadísticas, ¿no es acaso probable que alguna organización esté muy interesada en el tipo de datos estadísticos influyentes que provendrán de millones de usuarios de la red y sus hábitos, necesidades y preferencias adquisitivas? Sin duda, esto presenta un número de posibilidades interesantes para la explotación comercial (como mínimo), si consideramos las listas de correo y los perfiles de usuario propios del sistema. ¿Reconocéis lo vulnerables que os estáis haciendo a vosotros mismos y a aquellos con quienes interactuáis electrónicamente cuando os exponéis de lleno a través de los cables?


Demos un paso hacia delante. Supongamos que las fuerzas oscuras quisieran perseguir y reprimir una vez más a los trabajadores de luz, a los líderes espirituales, a los sanadores holistas y a cualquier individuo librepensador cuyo trabajo o intereses pudiesen considerarse amenazas para el sistema.



¿Pensáis en esto, o habéis olvidado los días del holocausto, el macartismo y las cruzadas?



Vuestra memoria es muy corta.



¿Qué podría ser más penetrante y certero que recurrir a los grandes bancos de datos de Internet, y simplemente buscar las páginas de las organizaciones e individuos que, como trabajadores de luz, ofrecen servicios y alternativas a lo que el equipo corporativo de control vende en masa a la humanidad? Salidos de la clandestinidad, aquéllos de la luz están exponiéndose peligrosamente en la red, atrapados intrincadamente en ese mecanismo como moscas en una telaraña.



Sí; Internet aparenta ser una invención extraordinaria, y la mayoría de vosotros lo defenderá con vehemencia, arguyendo que ahorra tiempo y el alto coste de la tecnología de comunicación convencional; que abre nuevos horizontes y llega a lo inalcanzable.

Os pedimos que ejercitéis la precaución y la objetividad con respecto a vuestra necesidad de la red; sobre todo, que reconozcáis que, en definitiva, vuestra obsesión, con el tiempo, os ha esclavizado durante largas horas a la pantalla de la computadora. Cuestionamos si en verdad estáis siendo liberados como creéis, o atados aún más fuertemente a vuestras ilusiones del tiempo: la limitación tridimensional que aún no comprendéis.


En la red de la tecnología de Internet se encuentran codificados mensajes subliminales más poderosos y manipuladores que aquéllos de las cadenas de televisión y publicidad. Hay una poderosa atracción, proveniente de vuestros monitores, que ha sido creada por métodos altamente sofisticados que os enganchan al sistema, los cuales utilizan mensajes codificados y velados, percibidos únicamente en el nivel subconsciente de vuestra mente.



También hay una activación de frecuencias de sonido imperceptibles en el nivel consciente, lo que crea un enganche energético del cual es extremadamente difícil liberarse. Lamentablemente, vuestra comprensión de la mente humana aún se limita a la función de una parte muy pequeña de la así denominada «materia gris» que compone el cerebro material. Sigue siendo relativamente desconocido para vosotros cómo el subconsciente puede percibir información y experimentar estímulos, en tanto que la mente consciente no puede hacerlo. Éste es un gran peligro para vosotros.


Si damos la impresión de poner excesivo énfasis en que entendáis la metodología de control mental que ejerce la estructura de poder, eso se debe a que ellos han iniciado una feroz campaña en las cuatro direcciones para explotaros desde ahora hasta el gran cambio que se experimentará en la Tierra y en todo vuestro sistema solar. Deseamos serviros estimulando vuestra conciencia para que seáis capaces de oponer resistencia a la maraña de sus redes.



Nuestro instrumento, Trydjya, ha sido afinado para captar las emanaciones que provienen de la mera lectura de un documento impreso de Internet, y puede reconocer que la esencia etérea emitida al leer dicho material ya contiene la fuerza magnética de atracción. El fijar la mirada en la pantalla es mucho más hipnótico, mucho más dañino; esto explica, en parte, por qué hoy tanta gente admite ser adicta a la red.


La red emite sonidos subliminales inaudibles mucho más allá del alcance de vuestra percepción consciente, y éstos están filtrándose por los cables subterráneos de fibra óptica hasta vuestras unidades. Estos cables están siendo instalados en vuestras calles metropolitanas y conectados a vuestros hogares, escuelas y oficinas, y su propósito es enredaros en la red de control por medio de la tecnología de sonido y otros mecanismos avanzados a los cuales hemos aludido aquí.



Si sois escépticos en cuanto a la manipulación mediante frecuencias de sonido, constatamos un reciente suceso de sabotaje político: cuando la embajada estadounidense experimentó frecuencias de sonido de control mental y emanaciones electromagnéticas que estaban siendo emitidas hasta sus oficinas de Moscú.



Salió en las noticias, pero sabéis demasiado poco de este tipo de manipulación de la energía como para responder y reaccionar ante sus implicaciones; y se presentó de tal manera, que creéis que pertenece al mundo de James Bond y no puede afectaros personalmente, así que os desentendéis del asunto.


Nos preocupa que entendáis cómo y por qué se usan estos métodos, y que luego aprendáis a percibir estas frecuencias en el nivel consciente, pues una vez que hayáis hecho aflorar la información en la conciencia ya no pueden manipularos a través de ella. Siendo conscientes, podéis aprender a desviar las ondas y enviarlas de regreso al emisor, eliminar sus efectos de vuestro cuerpo energético y liberaros de sus mecanismos de control.


No sugerimos, en absoluto, que le tengáis miedo a vuestra tecnología, pues no estimulamos el miedo en vosotros. Más bien, os pedimos que despertéis a la posibilidad de que exista la tecnología de control mental en este contexto y, por ende, sugerimos que si tenéis que utilizar la red, lo hagáis discriminadamente. Para prepararos, empezad por envolver a vuestro ser en un campo de fuerza de luz blanca dorada; luego, visualizad que rodea vuestra computadora, penetra en los circuitos y en la fibra óptica del sistema, y finalmente que sale y llega a la computadora receptora de vuestro contacto.



Debéis tener la intención de que vuestro instrumento tenga la capacidad de desbaratar las ondas de sonido de alta frecuencia que vienen a través del equipo, y que estéis escudados de cualquier información subliminal que esté siendo irradiada a través de la pantalla. Ésta es una preparación absolutamente necesaria antes de que trabajéis en la red.



Al hacerlo, no sólo os escudaréis parcialmente, sino que estaréis liberando en ciertos niveles los mecanismos de control programados a través del sistema, contribuyendo así a su desmantelamiento. Sin embargo, nada será tan efectivo como simplemente no haceros usuarios, y permanecer «fuera de línea», si podemos citar la jerga de vuestra tecnología de punta.


Os advertiremos ahora, sin embargo, que el autonet es el eslabón perdido de la cadena con grillete que pondréis en torno a vuestra libertad. Dada nuestra explicación concerniente a controles y emisiones electromagnéticas, os sugerimos que no os dejéis seducir y creáis que sólo podréis encontrar vuestro camino guiados por el circuito móvil de Internet. Eso sería, verdaderamente, una declaración de resignación total y de que os han lavado el cerebro, y ya sabemos cómo os manipularán para que creáis que no llegaréis a «ninguna parte» sin él.


¿No diríais que ya es hora de que desarrolléis algún tipo de sistema de alarma en contra de la explotación tecnológica?



Como miembros del amanecer, tenéis que ser claros en este asunto. El objetivo del marketing tecnológico del pasado fue la introducción masiva de Internet en los terminales de computadoras personales y de negocios; ahora se inicia la intensa comercialización de la conexión interactiva entre Internet y la televisión. El autonet ha empezado a aparecer en una versión más inofensiva del trazado de mapas asistido por computadora para vuestra conveniencia mientras conducís, y ya es «opcional» en los últimos modelos de coches de lujo. Hay laboratorios que ya están listos para insertar chips computarizados en las redes nerviosas de vuestro cuerpo que os robotizan mentalmente y os vuelven físicamente «rastreables».



Os harán implantar software biológico directamente en vuestro cerebro —chips biológicos computarizados que cubren un sinnúmero de temas—, y así desaparecería la educación que conocéis en la actualidad, así como también la inteligencia natural. No os engañéis creyendo que ésta es una fantasía disparatada, pues la tecnología ciberbiónica es el último grito de la industria, y no penséis que no os están preparando lentamente para aceptarla también como un «progreso».


Sin duda estáis al tanto de la implementación de órganos artificiales, pues se han hecho muchos avances en este campo, y algunos son muy positivos. Nos preocupan más los trasplantes de órganos y genes, precursores de la tecnología de computadoras biológicas. Muchos de vuestros gobiernos están poniendo en vigencia legislaciones que autorizan al Estado el libre acceso a vuestro cuerpo una vez que lo dejáis, para ser utilizado en la rentable práctica médica de la cirugía de trasplante de órganos.



Estad seguros de que cada célula del cuerpo es un reflejo plenamente consciente de la vibración de vuestra alma, y al imponer a otro cuerpo vuestra matriz etérea y vuestro tejido físico están violando absolutamente las leyes de la creación divina, interfieren en vuestro karma mutuo y niegan a vuestra alma su viaje sin tropiezos de regreso a la luz. Un fragmento de vuestro ser queda inexorablemente atado a otro individuo, y el destino del alma de ambos se altera permanentemente.


En Atlántida se vio mucho este tipo de intervencionismo; y ya hemos aludido a las monstruosas mutaciones creadas por la transferencia de genes y otros experimentos biológicos antinaturales, incluyendo el trasplante de órganos. Estos procedimientos no constituyen ningún beneficio para el propósito supremo, y son un ejemplo más de que la tecnología aparentemente «humanitaria» actúa, de hecho, en contra del orden superior.


Algunos de vosotros habéis desarrollado vuestra conciencia y sensibilidad para reconocer la música de vuestra alma: la vibración del wam. En cierto grado, sentís y experimentáis cada célula, en verdad cada partícula subatómica, mientras ejecutáis la vibración de la esencia de vuestra alma a través de las ondas de vuestro ser y hasta el mar de la existencia. El trasplante de órganos donados, inevitablemente, crea una disonancia atonal en el cuerpo del receptor, pues se ha interrumpido la totalidad en la sutileza de las frecuencias vibratorias que trascienden vuestra esfera física; la música ha sido afectada.



El donante, cuyo wam está retenido como una vibración remota en el cuerpo del otro, queda atrapado en el interior de la zona gris entre el Espíritu y la materia, la luz y la oscuridad.


El cuerpo humano, la sede del alma, se ciñe a un modelo predeterminado y único de expresión del alma, creado para cumplir con ciertos requisitos kármicos que ésta fija antes de entrar. El ADN, el arquitecto inteligente, establece la geometría del cuerpo físico (determinada por la especie, raza y memoria genética) de tal modo que los huesos, tejidos, líquidos y órganos llevan al alma —sujeta a las intenciones de vuestro libre albedrío—, a través de la encarnación física, desde la concepción hasta el fallecimiento.



En ese lapso de tiempo, cuando el cuerpo aún vibra energéticamente aunque haya sido declarado «clínicamente muerto» (un estado cuestionable determinado por fuerzas ajenas al libre albedrío del individuo), todavía resuena la canción del alma y, por ende, el cuerpo debe dejarse en un agradable silencio mientras la transmutación llega a su fin. Para cuando la música ha cesado en los tejidos y fluidos del cuerpo, éste ya no es viable para llevar a cabo la cirugía de trasplante de órganos; ésta es la zona de peligro. En esencia, si el órgano tiene suficiente fuerza vital como para ser trasplantado, aún lleva la frecuencia del alma y no debe ser molestado.


Vuestro cuerpo, el vehículo de manifestación y expresión del espíritu, nunca pretendió ser incorporado y superpuesto artificialmente en la matriz vibratoria de otro ser humano, cuyo deseo (impuesto o no) de aferrarse a la vida física niega el proceso del alma originalmente establecido antes de encarnarse. En verdad, no cabe ninguna duda de que vuestro cuerpo no previo un gobierno que simplemente autoriza el acceso sin restricciones a vuestra alma, negando todo libre albedrío en la materia.



Esto va absolutamente en contra de las leyes del karma, y se opone a vuestro propósito más noble.



También es altamente indicativo de vuestro actual miedo y concepción errónea del proceso de la muerte, el cual, en gran parte, aún se considera el Final de Finales en vuestro mundo moderno. La transformación de la materia es el comienzo de la nueva forma, y el proceso natural es que el ser entero, una expresión física consciente de la vida, experimente en su totalidad la disolución de lo físico como un proceso normal de su propia evolución.


La muerte, entonces, ha de percibirse como un paso, la continuación de la existencia, y una experiencia evolutiva, y no como el fin de la vida.



De la semilla, al árbol, y luego, de regreso a la semilla.
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