lunes, 3 de enero de 2011

Dialogos con Jesus. Alex Campos y Camila.

















Prólogo

Lo que aquí verán no es otra cosa que lo experimentado en mi ser, ajeno a mi decisión, y que recibí en forma de palabras que aparecían en la conciencia. No soy escritor, así que plasmo lo sucedido tal cual sucedió. Estoy libre de cualquier cuestionamiento, juicio o interrogación que pudiera hacérseme, puesto que vivo esto como un regalo del Padre de todos los hombres, y ninguna Gracia debe ser cuestionada, por pertenecer a los misteriosos e inexorables territorios que quedan bajo la potestad de la fe, la aceptación y el corazón. Así es que reniego de dar cualquier explicación para justificar estos hechos o responder cualquier pregunta sobre los mismos.

Aclarado esto, bajo juramento declaro que estas palabras son auténticas, no premeditadas ni elaboradas por la especulación de la mente, sino que llegan como consecuencia natural del camino impartido por mi instructor, como así también como recompensa que a veces hace ver nuestro misericordioso Señor a los pequeños e imperfectos esfuerzos que realizamos en pos de alcanzar su Divina Mano.

Por lo tanto y sin más preámbulos, expongo humildemente mi experiencia no para ejemplo ni para atraer la curiosidad, sino porque lo dado por Él no debe ser retenido, sino mostrado más allá de cualquier reacción. Apelo a sus corazones más que a sus cerebros, a su sentir más que a su razón, a su amor más que a su duda, y a su reflexión más que a sus intrigas. No sometan a juicio aquello que el Juez mismo no juzga. Tómenlo o déjenlo: si lo toman, que el amor sea el recipiente que contenga este mensaje; si lo devuelven, háganlo limpiamente tal cual les ha sido dado, sin agregados ni dudas, porque La Palabra así me fue entregada, y así debe volver a Él.

Quien escribe este texto es un hombre común e imperfecto, que vino a aprender y no a enseñar al mundo, y que da a sus congéneres aquello que el Creador ha querido dar. Sepan disculpar mi silencio de aquí en más, y sólo quédense con lo que este escrito contiene, pues ya ha dejado de pertenecerme. En mi interior sólo se encuentran estos seres impartiendo una enseñanza más allá de las palabras, y éstas últimas han quedado en el documento que a partir de este instante, tienen Uds. delante de sus ojos.

La Luz los bendiga e ilumine en esta lectura y siempre. Sea Su Voluntad por sobre la nuestra. Amén.

El autor





Diálogos con Jesús



Enero del 2000

Padre amado de la Creación: a Ti me encomiendo en este día. Tú conoces mi necesidad, la de sentirte. Ruego atravieses como una flecha el telón que separa mi mente de las fuertes y dulces palabras, las que viertes en mi corazón día tras día, desde que me creaste, y penetres en mi conciencia con tu inefable Verdad, para que mi ignorancia humana caiga derrotada ante tu sabiduría eterna.

Padre amado, te necesito. Habla en el tumulto de mis gritos interiores para que callen, haciendo silencio ante tu voz. Hazme saber tu voluntad, en forma de palabras, en beneficio de todas tus criaturas, pues tú bien sabes: nada somos sin ti.

Te escucho: ten piedad y hazme oír. Amén.

-: ¿Quieres decirme algo?

JESÚS: Te amo

-: ¿Soy tu hijo?

JESÚS: Eso y más.

-: Padre, ¿cómo hacer para escuchar sólo tus palabras y no las respuestas de mi mente - ego, que tal vez se disfraza de ti?

JESÚS: tú sólo escucha, Yo haré el resto.

-: ¿Eres mi mente o eres Jesús?

JESÚS: Yo Soy.





Padre, aquí estoy de nuevo frente a tu imagen. El otro día en la calle te preguntaba: ¿eres mi Padre? ¿Tú me creaste? Lo hice unas cuantas veces. En un momento vino a mi mente la palabra "hijo". Siempre sucede igual: siento alegría creyendo que Tú has respondido, y dudo de que sea mi mente quien se hace pasar por ti.

Tu palabra es dura y hermosa. Turba y alimenta. Turba a mi mente y alimenta mi alma.

-: Jesús, ¿qué debo hacer?

JESÚS: Amarme

-: ¿cómo venceré mis miedos?

JESÚS: Amándome

-: ¿Cómo puedo amarte sin conocerte?

JESÚS: ¿No me conoces?

-: no con mi mente, sólo mi alma te conoce.

JESÚS: Tu mente nunca me amará

-: Quisiera ser consciente del Amor.

JESÚS: Mírame: ¿que sientes?

-: No podría describirlo

JESÚS: ¿Soy una imagen?

-: Eres más que eso

JESÚS: Mírame: donde estés, allí estaré yo.

-: quiero escucharte claramente a Ti, no en mis pensamientos. Quiero oír tu voz.

JESÚS: De a poco, ya me oirás.

-: ¿Lo prometes?

JESÚS: Sí.

-: Gracias y perdona mi ignorancia.

JESÚS: Sé en Mí.

-: Gracias.







-: Padre amado: ante Ti estoy para escucharte.

JESÚS: Felices los que me aman, porque ellos están en Mí.

-: Padre Jesús, háblame sobre la antorcha que has mandado: mi maestro en la Tierra.

JESÚS: Tú lo amas

-: no con mi mente

JESÚS: ¿puede la mente amar?

-: puede servir. Padre, ¿no son todos estos conceptos de mi mente?

JESÚS: Sí, lo son.

-: Yo quiero tus palabras, no mis conceptos

JESÚS: Aún eres pequeño

-: Sí, por eso te pido ayuda. Háblame, irrumpe en mí.

JESÚS: ¿No te basta con lo que te he dicho?

-: son palabras en mi mente, y no tu voz. Jesús: háblame, límpiame para que pueda escucharte!





-: Padre: entre otros seres que mis ojos no ven, estás Tú. ¿De dónde me viene esta creencia? ¿Es una ilusión o es fe?

JESÚS: Yo estoy aquí, lo sabes al verme.

-: Pero es tu foto, una pintura.

JESÚS: ¿Qué te pasa al ver mis ojos?

-: Veo una mirada

JESÚS: ¿No sientes que te miro?

-: Siento tu mirada

JESÚS: Yo te miro

-: Eso que siento, ¿Viene de tu mirada o viene de dentro?

JESÚS: Mi mirada está dentro de ti, sólo que te es más fácil verme en una imagen.

-: Cristo, ¿quieres Tú que yo haga tu vida?

JESÚS: No puedes, sólo sígueme.

-: ¿Podré seguirte?

JESÚS: ¿Crees que Yo te abandonaría?

-: No concibo que un padre abandone a su hijo.

JESÚS: Me es imposible dejarte.

-: Pero yo sí puedo dejarte, y sufrir las consecuencias.

JESÚS: Tú puedes voltear tu mirada, pero Yo seguiré allí. Sólo que no me verías.

-: Padre, ¿por qué este juego de la vida?

JESÚS: Para que crezcas.

-: Estas respuestas surgen como automáticas. Parece todo lo que aprendí. Sigo sin poder escucharte directamente.

JESÚS: Necesitas un traductor.

-: ¿Eso hace mi maestro con mi mente?

JESÚS: Eso, y más.

-: ¿Qué más?

JESÚS: Te cuida.

-: Y si me cuida, ¿por qué mi mente a veces se enloquece, aún cuando no hago desarreglos? ¿de dónde viene esa locura?

JESÚS: Tu mente la produce para distraerte.

-: ¿Por qué permites que me asuste con esa locura?

JESÚS: Porque quiero que me busques sólo a Mí.

-: ¿No sabes que cuando me aterro, la locura no me deja encontrarte?

JESÚS: Lo sé hijo, pero quiero que trasciendas tu mente.

-: ¿Y cómo haré?

JESÚS: Ámame.

-: ¿Basta con amarte?

JESÚS: Cuando el amor se haga consciente en ti, habrás trascendido.

-: Eso es un precepto Padre, apiádate, dime por dónde.

JESÚS: a través de tu maestro.

-: Tengo miedo de que él me absorba.

JESÚS: No te absorberá.

-: es que temo perderlo todo.

JESÚS: ¿Qué es lo que tienes para perder?

-: Una vida común, a mi mujer, un trabajo que me permite mantenerme.

JESÚS: Todo lo que tienes, Yo te lo he dado.

-: Y sé que puedes quitármelo.

JESÚS: Sólo si es necesario.

-: A eso temo.

JESÚS: ¿Temes perder aquello que no es tuyo?

-: Sí Padre, lo temo. Tú me diste un tesoro, talentos para dar fruto. Y sé que te lo debo devolver.

JESÚS: ¿Crees que soy un dueño malo?

-: No: creo eres justo, severo y bueno.

JESÚS: ¿Por qué temer entonces?

-: Temo quedarme sin nada.

JESÚS: Si te pido los talentos, será para recompensarte luego más aún por tu trabajo.

-: ¿Y si sólo quiero los talentos?

JESÚS: No te pertenecen. Son parte de la vida que te he dado.

-: ¿Mi mujer es parte del juego de la vida?

JESÚS: Ella es mi hija.

-: ¿Con eso me dices que no me pertenece?

JESÚS: Nada te pertenece. Están juntos por mi Voluntad, hasta que sea necesario.

-: ¿Ves? Una vez que haga mi trabajo vendrás a pedirme tus talentos.

JESÚS: Hijo: no seas necio. Yo te amo. Todo está hecho por tu bien aunque no lo entiendas ahora.

-: Me es inevitable entristecer. Yo quiero estar con ella.

JESÚS: ¿Y no lo estás?

-: Sólo hasta que Tú lo dispongas.

JESÚS: ¿A qué te preocupas? ¿Acaso te dejaré sin alimento?

-: A veces lo haces para que pida.

JESÚS: Todo lo que hago tiene una razón.

-: ¿así que sólo me queda someterme a tu Voluntad?

JESÚS: Someterte, como tú lo dices, es resignación. Yo te pido que ames.

-: Yo te amo, y tú lo sabes!

JESÚS: Más hijo! Busca todos los talentos!.

-: Padre, temo flaquear, no me siento fuerte.

JESÚS: Si has llegado hasta aquí, puedes hacerlo.

-: No siento eso.

JESÚS: Hombre de poca fe...

-: Con mi poca fe, ¿cómo crees que puedo hacerlo?

JESÚS: Aún con esa poca fe, tú puedes.

-: Gracias.





-: Padre mío, ¿podrías hablarme de la imagen de tu rostro que apareció en los árboles, cuando caminaba con el maestro?, ¿por qué apareció?

JESÚS: Para que me veas

-: ¿por qué no se me mostró en ese momento tu rostro aparecido en la hoja, sino luego, cuando el maestro lo señaló en la filmación que yo había hecho?

JESÚS: no la hubieses visto en el momento en que filmabas, y te hubieras sobrecogido.

-: ¿por qué?

JESÚS: era muy sutil para ti.

-: ¿cuál es el fin de que aparezcas de ese modo?

JESÚS: es un signo, una señal mía para ti.

-: no comprendo

JESÚS: Yo estoy contigo

-: pero tu rostro aparece confuso

JESÚS: ya me verás claramente

-: ¿todo es siempre para más adelante?

JESÚS: algunas cosas.

-: ¿por qué no te he vuelto a ver?

JESÚS: esa fue sólo una señal. Ya me verás.

-: Padre, todos son susurros, son fantasmas.

JESÚS: da gracias de que eso te doy hoy, pues no a todos se muestran estos signos.

-: gracias

JESÚS: Hijo mío, seguiremos hablando.





-: Padre, sobre tus evangelios: ¿por qué no dejaste nada escrito?

JESÚS: nada de lo que leen fue escrito de mi puño. Esa tarea fue para mis discípulos

-: ¿cómo llegaré entonces a tus verdaderas palabras?

JESÚS: Así, de este modo

-: ¿me hablarás claramente?

JESÚS: me escucharás claramente

-: ¿seré tu discípulo?

JESÚS: ya eres discípulo

-: ¿de ti?

JESÚS: de quien Yo puse en tu camino

-: ¿cuál es la diferencia?

JESÚS: él está a mis órdenes

-: ¿y yo?

JESÚS: tú eres mi buen hijo

-: ¿por qué mi naturaleza es temerosa?

JESÚS: el temor viene del desconocimiento

-: hazme conocerte

JESÚS: eso hago

-: ¿se irá el temor?

JESÚS: se transformará

-: ¿en qué?

JESÚS: en amor

-: ¿todo será amor?

JESÚS: todo será lo que deba ser

-: ¿y yo?

JESÚS: tu serás una columna en que apoyar parte de mi casa

-: un templo...

JESÚS: algo así

-: ¿cómo sabes que no me derrumbaré?

JESÚS: conozco tu esencia, Yo te hice.

-: ¿pero, no soy débil?

JESÚS: por eso te fortalezco de a poco

-: háblame de mi misión

JESÚS: tu misión lleva siglos

-: ¿por qué a mí que soy impuro?

JESÚS: tu mente lo es, y se limpiará

-: ¿por qué no tomaste a alguien puro?

JESÚS: ¿quién te dijo que eres el único? Ya tomé a los puros y a los que les acompañan

-: Padre, ¿cómo reconocer tus verdaderas palabras en los escritos?

JESÚS: ¿no las sientes?

-: sí

JESÚS: respeta lo que sientes

-: Padre, me siento como un ciego yendo a tientas

JESÚS: el ciego usa su olfato, sus oídos; usa tú tus sentidos interiores.

-: ¿quién me enseñará?

JESÚS: Yo

-: ¿a través del maestro que me enviaste?

JESÚS: por muchos medios

-: mi compañera ¿entorpece esa misión?

JESÚS: de ningún modo

-: ¿ayuda?

JESÚS: ella colabora para que tú estés tranquilo

-: Padre, ¿pertenezco a tus criaturas inferiores?

JESÚS: en mi universo Hijo, no hay "criaturas inferiores". Todas son necesarias.

-: conozco tu piedad, me refiero a que en la evolución, estoy en los primeros peldaños

JESÚS: ¿y eso qué importa?

-: tienes razón, no mucho. ¿Veré tu rostro claramente alguna vez?

JESÚS: tan claramente como al sol

-: nunca he podido contemplar al sol pues enceguezco.

JESÚS: ya he respondido a tu pregunta

-: ¿tú te enojas conmigo?

JESÚS: yo te amo

-: ¿y cuando me he portado mal?

JESÚS: tú sólo erraste el camino alguna vez

-: no, he sido necio

JESÚS: ahora ya lo sabes







-: Padre, guíame en el sendero que alcanza tu enseñanza. Llévame a tus palabras

JESÚS: Hijo, aquí estoy

-: Gracias Padre amado. Quería profundizar algunas cosas: eres Tú el creador único de este universo?

JESÚS: ¿qué quieres saber?

-: si sólo Tú has hecho a la Tierra y los demás planetas y astros.

JESÚS: junto con mis colaboradores. ¿Para qué quieres saberlo?

-: tienes razón, en nada me aprovecha ese saber. ¿Encarnarás de nuevo en forma de hombre Padre?

JESÚS: Sí.

-: dije que quería profundizar y no lo estoy haciendo.¿ Por qué mi mente da vueltas y vueltas?

JESÚS: porque a la mente le cuesta ser sencilla

-: ¿cómo la vuelvo sencilla?

JESÚS: así, como haces hoy

-: ¿por qué me has dado esta mente?

JESÚS: porque es una herramienta de muy precisa

-: y a la vez complicada

JESÚS: sólo es complicado lo que no sabes usar: aprenderás, y será una gran herramienta

-: ¿quiere decir que debo conocer mi mente a la perfección para saber usarla?

JESÚS: te irás familiarizando con ella. El sembrador naturalmente aprende a usar arados, y ara la tierra.

-: ¿nadie le enseña?

JESÚS: su naturaleza de sembrador es quien le enseña

-: ¿y cuál es mi naturaleza?

JESÚS: amar

-: ¿y qué tiene que ver mi mente con ello?

JESÚS: tu mente es el instrumento eficiente que te he dado para que sepas cómo dar ese amor

-: ¿sirve esta mente para que sea consciente de ese amor?

JESÚS: la conciencia es más sutil. Esta mente sólo se "sabrá" de ese amor

-: ¿por qué debo ser consciente del amor?

JESÚS: para que seas Uno en Mí.

-: ¿no lo soy?

JESÚS: no con la conciencia

-: ¿lo soy pero no lo sé?

JESÚS: así es

-: como muchas cosas, vivo inconscientemente.

JESÚS: sí, pero has crecido mucho

-: ¿y eso te agrada?

JESÚS: no preguntes con tu vanidad

-: perdona entonces Padre. Me decías que me has hecho crecer.

JESÚS: Quitarte mérito también es vanidad.

-: ¿entonces?

JESÚS: yo envié los hechos. Tú, con tu forma, creciste. Tú aceptaste lo enviado

-: no me doy mucha cuenta de ello

JESÚS: porque tu aceptación es más sutil y fuerte, está más allá de tu mente. Ella no quiere que veas más allá

-: ¿el ego se interpone siempre en todo?

JESÚS: es lo que separa al hombre de Mí.

-: pero no a Ti del hombre

JESÚS: no, yo no estoy separado del hombre

-: ¿el hombre si lo está de ti?

JESÚS: Sólo en su mente, donde el muro del engaño se alza

-: ¿por qué servimos al ego?

JESÚS: Porque es un cruel déspota que los mantiene encadenados en su castillo de ilusión

-: ¿Y por qué no nos liberas?

JESÚS: Porque ustedes ya son libres

-: ¿Y las cadenas?

JESÚS: No existen más que en vuestra ilusión, como el castillo

-: ¿Por qué no te elegimos como amo?

JESÚS: Porque en esta era estáis bajo el dominio de la ilusión

-: ¿Es esto inexorable?

JESÚS: Es parte de la evolución de esta humanidad

-: ¿Cómo servirte Señor?

JESÚS: Amándome por sobre todas las cosas

-: ¿Se te puede amar sin conocerte?

JESÚS: Ya hemos hablado de eso

-: Sí. ¿Cuando terminará el reinado del ego?

JESÚS: Cuando vengáis a mi casa, a compartir mi mesa

-: ¡Llévame!

JESÚS: Vas en camino

-: Amén

JESÚS: Así será

-: Dime Padre ¿extrañaré los placeres?

JESÚS: Los placeres son la ilusión de la mente

-: ¿Pero extrañaré?

JESÚS: A donde vas, tu mente no tendrá poder

-: ¿Seré como una hoja?

JESÚS: Serás mi hijo, como eres hoy, sólo que estarás feliz de ello

-: ¿Por qué no puedo ser feliz hoy?

JESÚS: Porque crees mucho en tus cadenas

-: ¿Cómo puede liberarme?

JESÚS: Amándome

-: ¿Podré?

JESÚS: ¿tú que crees?

-: No lo sé, siempre creo que no puedo

JESÚS: hijo mío: ¡cómo eres engañado por tu mente!

-: ¿Puedo pedirte una señal?

JESÚS: ¿Qué es la Palabra que Hablo ahora sino eso? Cree lo que quieras, tarde o temprano estarás en mi casa

-: Que así sea

JESÚS: Así quiero que sea, y será.











-: Sea Padre tu Voluntad en estas notas

JESÚS: Mi voluntad es

-: Gracias Padre por hablarme. ¿Podemos seguir hablando de mi mente? ¿Es esta mente un instrumento divino?

JESÚS: Es un instrumento humano

-: En manos del ego, ¿a quién sirve la mente?

JESÚS: A la ignorancia de la propia mente

-: ¿No es divino entonces?

JESÚS: Es humano como te he dicho ya. Cuando la parte humana que es en Mí la rige, se vuelve a mi servicio.

-: ¿Ahí se vuelve instrumento divino?

JESÚS: se vuelve instrumento para servir a Dios

-: Quiere decir que la mente es parte de la naturaleza humana

JESÚS: Sí, lo es

-: ¿Cómo la vuelvo tu instrumento?

JESÚS: Búscame con el corazón, y como una brújula, se orientará hacia Mí.

-: Cuéntame más de cómo buscarte con el corazón

JESÚS: Recuérdame, haz que lo que sientes en tu espíritu suba a tu mente

-: ¡Entonces la necesito!

JESÚS: Todo lo puesto en ti es necesario en su tiempo, trabajando en armonía

-: ¿Sabes Señor? Siento a veces en esto un laberinto sin salida: la mente debe funcionar obedeciendo al corazón, quien a su vez la necesita para ser consciente del amor, y así sucesivamente

JESÚS: Hijo, son como las partes de un telar trabajando en perfecta armonía, cumplen su función en el tiempo

-: ¿Cuál es mi tiempo?

JESÚS: El adecuado para ti







-: Padre, dime: ¿no es éste Plan algo complicado?

JESÚS: Por qué pretendes entender con tu mente mi Plan?

-: Porque tú dijiste que era un instrumento divino

JESÚS: No es un instrumento que te sirva para comprender el Plan, sino para servir a tu amor

-: ¿Es ese amor "mío"?

JESÚS: Es nuestro

-: Entiendo. Ese amor ¿crece o se manifiesta más?

JESÚS: A medida que crece, se manifiesta más

-: Tus palabras son sabias. ¿Qué hace falta para hacer crecer ese amor?

JESÚS: Es como un árbol: debes cuidarlo día a día hasta su adultez, donde con mi cuidado, se mantiene por sí solo

-: ¿Es el árbol del amor para los demás? ¿El árbol del amor lo alcanza todo?

JESÚS: Todo lo que puede

-: ¿Todos desarrollaremos el árbol del amor?

JESÚS: No todos, algunos retoños se secan, otros son alcanzados por las tormentas

-: ¿Qué sucede con ellos?

JESÚS: Cumplirán otra misión

-: ¿Tiene un árbol misión?

JESÚS: Todo tiene una misión

-: Quién cuida los retoños?

JESÚS: Mis jardineros

-: Gracias Padre

JESÚS: Aquí estaré siempre





Padre: a tu mirada me dirijo, para ser mirado por tu Gracia. Ruego me favorezcas con tus diálogos, mi dulce Jesús.

-: Padre, ¿cómo es tu Reino?

JESÚS: Mi Reino es lo más pequeño y eterno que existe.

-: ¿Está tu Reino en este mundo?

JESÚS: Este mundo es un paso necesario para llegar a mi Reino

-: ¿Todos necesitan pasar por la Tierra para llegar a tu Reino?

JESÚS: No, algunos son desde siempre en mi Reino. Quien es en Mí, es en mi Reino.

-: Tú me dijiste que yo era en Ti aunque no lo sabía. ¿Soy de tu Reino?

JESÚS: En mi Reino, hay un lugar para ti

-: ¿Es ese lugar alguna especie de premio?

JESÚS: Es tu lugar como hijo mío

-: ¿Todos conocerán tu reino?

JESÚS: No

-: ¿Quiénes no?

JESÚS: Quienes vida tras vida me nieguen

-: ¿Qué es negarte?

JESÚS: No seguirme

-: ¿Seguirte es ser como Tú?

JESÚS: Seguirme es serme fiel

-: ¿Qué es serte fiel?

JESÚS: Escuchar mi Palabra a través del Espíritu, y llevarla a cabo como puedas.

-: ¿Estamos preparados para seguir tu enseñanza?

JESÚS: No seríais humanos si no pudieseis. Todo humano tiene una esencia creada por Mí.

-: Tus palabras son muy duras a veces

JESÚS: Para la mente endurecida. El corazón que me ama las toma de buen grado

-: ¿Aunque sea una cruz?

JESÚS: ¿No me subí yo a una cruz? No les pido eso, sólo que me sigan

-: ¿Seguirte es amarte?

JESÚS: Seguirme es amar. Nadie entrará al Reino si no puso en práctica el amor

-: ¿Los animales entran a tu Reino?

JESÚS: Esos seres siguen su evolución

-: ¿Tu reino es el siguiente paso para los hombres?

JESÚS: Después de este mundo, hay muchos mundos que están dentro de mi Reino

-: Padre, ¿tu Reino está en Mí?

JESÚS: ¿Estaría mi Reino sin estar Yo en él?

-: Padre: si tenemos tu Reino y tu Ser en nosotros, ¿cuál es la causa de nuestra infelicidad?

JESÚS: La ignorancia. Me siguen negando

-: Será porque no te vemos

JESÚS: Será porque no miran donde deben

-: ¿Por qué es más fácil mirar lo que no debemos que a Ti?

JESÚS: Porque miráis donde el placer, donde el goce os arrastra y seduce.

-: ¿Por qué no elegimos mirarte, lo que nos daría un goce profundo?

JESÚS: Porque la dicha es sutil, no es grosera; donde estoy Yo, los sentidos caen, y despiertas a una dicha inmensa

-: Sigo sin entender por qué no la elegimos

JESÚS: Elegir Mi dicha, es morir a tu egoísmo y nacer a Mí

-: ¿Qué es morir al egoísmo?

JESÚS: Es quitarle todo poder

-: ¿Puedo yo, simple criatura, quitarle poder?

JESÚS: ¿Puede el domador mantener quieto al tigre?

-: Puede mantenerlo, el tigre gruñe, y no bien el domador se descuida, el tigre lo mata

JESÚS: A menos que lo encierre

-: ¿Adónde encierra el hombre al ego?

JESÚS: En la jaula del amor verdadero, los barrotes son de discernimiento.

-: ¿Nunca escaparía?

JESÚS: No, si lo dejas debilitar

-: ¿Dices que no lo alimente?

JESÚS: Es una fiera que puede arrebatarte la vida. No es sabio mantenerlo fuerte.

-: Debo dejarlo morir

JESÚS: Te dije que lo encierres en la jaula del amor verdadero. Después de mucho tiempo se convertirá en un animal manso

-: ¿Quieres decir que no me dañará?

JESÚS: No, el amor lo habrá transformado

-: ¿El amor todo lo transforma?

JESÚS: Sí, porque proviene de Mí

-: ¿Por qué este mundo no se transforma entonces?

JESÚS: En este mundo casi todas las fieras andan sueltas

-: ¿Pueden otras fieras dañarme a mí?

JESÚS: Las mentes de otros pueden lastimarte

-: ¿Cómo protegerme?

JESÚS: Invócame, Yo te protegeré

-: ¿Y si olvido hacerlo?

JESÚS: Yo estoy en ti igual, pero llámame. No debes olvidarme

-: ¿Sirve esto para cualquiera?

JESÚS: Yo te hablo a ti

-: ¿Cómo deben cuidarse mis hermanos?

JESÚS: En todos estoy Yo en cualquiera de Mis infinitas formas, deben mirarme como puedan

-: ¿El fin de toda esta enseñanza es dejar todo e ir a ti?

JESÚS: Ese uno de los fines

-: Padre, ¿no es ésta una vida dura?

JESÚS: Hijo, ¿no viví yo una vida dura?

-: Pero tú eres Dios

JESÚS: Y a los hombres bajé, para vivir una vida más dura que las vuestras

-: Pero tú eras Dios

JESÚS: Cuando encarné, renuncié a la mayoría de mis poderes. Tuve forma humana

-: Padre, ¿tu mente padeció mis tentaciones?

JESÚS: Mucho más intensas

-: ¿Deseaste una mujer?

JESÚS: Hijo, el Padre es Uno en Mí. Encarné con una mente humana y los demonios me visitaron

-: ¿Aún sabiendo que eras Tú?

JESÚS: ¿Qué mejor para ellos?

-: ¿Algún día hablaremos del mal?

JESÚS: Sí hijo, algún día.

-: Padre, yo te amo

JESÚS: Ésa es tu llave, hijo mío

-: Cuando encarnaste ayunaste en el desierto. ¿Debías purificarte?

JESÚS: Debía ordenar a mi conciencia tomar el mando

-: ¿Era eso es asumir tu misión?

JESÚS: Eso era comenzar formalmente a cumplirla

-: ¿Por qué el ayuno?

JESÚS: El ayuno era el ayuno de todos ustedes. Tomaba sus pesos en mis espaldas.

-: ¿Te enfrentaste al príncipe de este mundo?

JESÚS: Me enfrenté a todo

-: ¿Te sigues enfrentando?

JESÚS: La parte mía que hay en ti enfrenta en combate a la mente endurecida

-: ¿Es el ego el príncipe de este mundo?

JESÚS: Es una de sus múltiples formas

-: ¿Son infinitas sus formas?

JESÚS: Son numerosas, mas Sólo Yo soy infinito

-: ¿Por qué le has dado tanto poder?

JESÚS: Tinieblas y Luz, es uno de mis misterios.

-: ¿Puedes explicármelo?

JESÚS: Tu corazón lo conoce. No transformes mis misterios en palabras

-: ¿Cuánto debo esperar para alcanzarte?

JESÚS: Vida tras vida, pacientemente, llegarás a Mí.

-: ¿Cuánto?

JESÚS: Poco

-: Poco para Ti puede ser mucho para mí

JESÚS: Poco es poco

-: Gracias Padre. ¿Por qué desde pequeño tu forma se marca en mí?

JESÚS: Porque vida tras vida me sigues

-: ¿Aún cuando encarnaste?

JESÚS: Desde esos tiempos, una parte tuya me es fiel

-: ¿Y cuál no lo es?

JESÚS: Tu concupiscencia

-: ¡Porqué no acabaré con ella! ¿Cómo acabo?

JESÚS: Aceptando, comprendiendo, amando

-: ¿Eso es dolor?

JESÚS: Tu dolor más fuerte ya pasó. Restan otro tipo de dolores

-: ¿Se llega a Ti sin dolor?

JESÚS: Todo nacimiento trae dolor, y dicha

-: ¿Por qué debe ser así?

JESÚS: Es parte de mi misterio

-: ¿Y la dicha?

JESÚS: La experimentarás en Mí con tu conciencia

-: Hay una parte eterna en mí?

JESÚS: Yo

-: ¿Y las otras partes?

JESÚS: Forman ciclos, cumpliendo su misión

-: Padre, por último, ¿seré feliz?

JESÚS: Jamás te hubiese creado para no serlo

-: No todo lo que creaste será feliz

JESÚS: Todo lo que creé será lo que deba ser

-: Ser, ¿es ser feliz?

JESÚS: Ser es existir. Ser es más que dicha

-: ¿Cómo distingo la ilusión de la fe?

JESÚS: Fe es una virtud que puse en tu corazón. Ilusión es una cualidad de tu mente usada por el deseo

-: ¿Cómo la distingo en la práctica?

JESÚS: En la fe no esperas nada, sólo crees.

-: ¿No es mi fe la creencia de que seré uno contigo y en Ti?

JESÚS: La fe mueve tu alma. La ilusión mueve tu mente.

-: ¿Y si sólo tengo ilusiones?

JESÚS: Sabes que no es así. Tú me miras con tu fe

-: ¿Y si no te veo?

JESÚS: Si no me ves, me sientes

-: ¿Padre, por qué me das indicios y no un sentir claro y concreto?

JESÚS: Hijo: tú eres. ¿Qué más claro y concreto quieres que eso?

-: No puedo abarcar mi ser

JESÚS: Si pudieses, me habrías ya abarcado

-: ¿Es otro de tus misterios?

JESÚS: El misterio es uno, sus destellos muchos

-: ¿Y recibiré el sentir de lo concreto?

JESÚS: La gota se funde en el océano, y es el océano

-: ¿Y si me evaporo?

JESÚS: No lo permitiré

-: ¿Voy camino al océano?

JESÚS: Ya te he dicho que vienes a mi casa

-: ¿El maestro me lleva?

JESÚS: El servirá tu mesa, y todos comeremos

-: Dime que es Verdad

JESÚS: Todo lo que digo lo es

-: Padre, ¡apúrame a llegar!

JESÚS: Estás yendo por el camino más directo

-: Amén. Júrame que esto es así, que no me engaño

JESÚS: Cree y Créeme

-: Es que tengo temor de que seas mi mente

JESÚS: Si lo fuese, igual llegarás a mí, porque lo he trazado

-: Lo que más quiero es creerte

JESÚS: Mírate, y deberás creerme

-: Aún esta gota que soy me es inabarcable

JESÚS: Porque en esencia es agua, y has llegado al misterio

-: ¿Qué más me queda por hacer?

JESÚS: Sigue caminando hacia mí, no dejes de mirarme

-: ¿Corro peligro?

JESÚS: La vida del hombre está rodeada de peligros

-: ¿Confío en que me cuidas?

JESÚS: Confía, pero nunca te detengas

-: Lo haré, pero ayúdame

JESÚS: Tienes toda mi ayuda

-: Si yo, con toda tu ayuda, temo tanto, ¿qué les queda a los otros?

JESÚS: Temer más, pero nunca dejar de caminar por eso

-: ¡Cuán inescrutables son tus caminos!

JESÚS: Cuando estés en mi mesa, nada te inquietará, ni mis misterios

-: Nada tengo hoy más que mi creencia en ese día

JESÚS: Entonces lo tienes todo

-:También tengo mis miedos

JESÚS: No son tuyos. Son los aliados de la duda que te obligan a presentar a batalla

-: ¿Quieres que sea un guerrero?

JESÚS: Lo eres. Un guerrero, un niño, un sabio, y mi hijo

-: Si soy todo eso, ¿por qué temo?

JESÚS: ¿Acaso el guerrero no teme, o el niño, o el sabio, o el hijo?

-: Supongo que sí

JESÚS: Entonces no te preocupes

-: Lo intentaré

JESÚS: Hazlo

-: Gracias Padre














EXTRACTO PEQUEÑO DEL LIBRO:

Domingo, 08 de Octubre de 2000

Dice La Voz:

" No es mayor el siervo que su amo, y comparten la casa del amo. Os pido fe, porque no puedo pediros amor si no tenéis fe, ni entrega, ni nada antes que fijéis vuestro rumbo. La fe os pone ante el camino: en el comienzo del camino sólo tenéis a la fe de vuestro lado. ¿Acaso cuando debéis ir a un lugar desconocido no le preguntáis a quien ya lo conoce cómo hallarlo? Y el que conoce el lugar os dice: id por este camino, y luego de un largo trecho hallaréis el lugar que procuráis. Y el que conoce os habla del camino y sus recodos, y vosotros le escucháis, y os ponéis en marcha hacia el lugar. ¿por qué le creéis? Porque algo en vosotros os dice: este conoce el camino, y me ha mostrado cómo llegar. Sin dudarlo, emprendéis la caminata, y recorréis el camino naturalmente y con esfuerzo, hasta llegar al lugar que buscabais. Sin daros cuenta, habéis tenido fe, le habéis creído y habéis llegado. ¿Por qué entonces no creéis en La Palabra? ¿No habéis acaso reclamado una y otra vez que se os muestre cómo llegar a la casa del Padre? Habéis preguntado cómo, y mi Voz os ha hablado, la escuchasteis y has ido a preguntar a otros. Muchos de vosotros pasáis los días preguntando por dónde es el camino, y los días se pasan, y no habéis emprendido vuestra marcha. ¿no sabéis que el tiempo para recorrer el camino dura toda la vida? ¿cuándo empezaréis a caminar? ¿sólo caminaréis si estáis absolutamente seguros de cada paso del camino? Dejadme deciros que no hay paso absolutamente seguro en el camino más que el primero de los pasos. Pues no es el mismo el caminante, como no son iguales los pasos que ha de dar para avanzar en el camino. Si tuvieseis la misma fe en La Palabra que os muestra el Camino, como la que tenéis cuando preguntáis a diario cómo llegar al lugar que buscáis, ya habríais hecho gran parte del trecho, y no os invadiría temor, pues estaríais por el buen camino. Olvidáis también que el Señor os acompaña, pues Él no dejaría que ninguno de sus amados hijos se extravíe camino de Su Casa. Por eso es que nada puedo pediros si aún no tenéis fe siquiera para dar el primero de los pasos. La fe en sí misma es el primer paso, y cada uno de los siguientes será dado sólo si dais el primero. ¿cómo podéis comenzar a caminar dando el quinto o décimo paso, si no camináis el primer paso?. Fe, fe es lo que os hace avanzar por vez primera en el Camino. Mas si cuando aparece la fe dudáis, os quedáis paralizados. Aparece la duda, el temor de vuestra mente, justo cuándo daréis el primer paso. He visto en este mundo como muchos de mis amados pasan siglos dudando, eligiendo el temor antes que la fe. Os acongojáis, sois terriblemente infelices, sufrís, y cerrando los puños os golpeáis el pecho diciendo: ¿dónde está el camino? El camino amados míos está delante de vuestros pies, aguardando el primer paso. No hay camino si no hay pasos. El Camino es para vosotros, pues el Padre no necesita el Camino. Lo ha dispuesto para vosotros. Abandonad el dolor, abandonad la congoja, abandonad la duda que os carcome como el gusano que penetra en el fruto joven y lo corrompe, haciéndolo incomible. La duda os envenena, os paraliza, os inutiliza. La fe os da fuerzas, os hace avanzar aún en medio de las sombras. El hombre de fe no se detiene a dudar, y aunque no ve con claridad porque aún no ha amanecido, la fe lo hace avanzar en el camino. ¿o creéis que el Padre dejará que os extraviéis cuando estáis caminando? Si eso creéis, le creéis a la duda. Cuán engañoso es vuestro pensamiento, que hasta sois capaces de creer en vuestra duda. ¿cómo es posible que el hombre persevere en esta mentira? Hermanos míos: la fe es lo único que os puede hacer comenzar en el camino, y no os mentiré: a cada paso sigue otro, pues el camino es bello, pero sólo es camino, y existe porque lleva al lugar para el que fue hecho. ¿Quién ha hecho el Camino? Si sabéis Quien, caminaréis, porque sabéis que Él os espera. Os pongo otra vez más ante el camino, pues Él ha dicho: Yo Soy el Camino, La Verdad, y La Vida. No os contentéis sólo con mirarle, sin dar el primer paso. Pues también os he mostrado el primer paso hacia el Camino. Que abandonéis toda duda, y pongáis vuestra creencia en la fe. Amén."

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